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La nueva rotonda de Nervión no convence

La UE cierra un acuerdo para ayudar a Grecia

Bruselas se limita a una declaración política y elude tomar medidas financieras concretas. Atenas deberá contener su déficit y colocarlo, en 2012, por debajo del 3%.

Fernando Heller (Dpa)

11 de febrero 2010 - 13:04

Bruselas/Como un cortafuegos. Francia y Alemania, el eje sobre el que gravita la Unión Europea (UE), salieron al rescate de Grecia, con sus finanzas publicas desbordadas, para evitar que el mal de las cuentas públicas helenas se extienda a otros socios de la zona euro. Los países de la zona euro se comprometieron a ayudar a Grecia y a acudir a su rescate si es necesario para evitar el contagio a otros países de la eurozona atacados por los mercados como España y Portugal, pero no concretaron qué medidas concretas adoptarán si se agrava la inestabilidad de la eurozona.

Es la primera vez en la historia de la zona euro que sus socios deciden unirse para evitar el colapso de uno de sus miembros. Por ello, según los analistas, se trata de un verdadero ejercicio de solidaridad paneuropea, que podría ser comparado con el primer germen de un futuro gobierno económico en la UE. Según fuentes diplomáticas, el peso específico de la operación de salvamento fue gestado a comienzos de semana desde las capitales de las dos economías más fuertes del bloque: Alemania y Francia, en una renovada edición del eje Berlín-París.

El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, aseguró -tras una entrevista con la canciller germana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy- que los líderes de los 27 han acordado crear una especie de cordón sanitario en torno a Grecia. El objetivo es evitar que la grave situación que supone el altísimo déficit público griego (casi del 13 por ciento del PIB en 2009) ocasione la suspensión de pagos del país mediterráneo, que se sumó al euro en 2001, y por efecto dominó el contagio a otros socios del flanco sur, como España o Portugal.

Las maniobras ocultas de Atenas, que informó (y mintió) al colocar su déficit público en algo más del tres por ciento del PIB en 2009, ha hecho perder credibilidad al país y a la zona euro en su conjunto. "El gobierno griego no ha pedido ningún apoyo económico", especificó Van Rompuy en una declaración leída ante la prensa. Los socios de la Unión Europea, agregó, arrimarán el hombro para ayudar a Grecia y los países del euro a tomar "acciones determinadas y coordinadas", subrayó. "Grecia es parte de la UE y no la vamos a abandonar, pero hay reglas que se deben cumplir", dijo por su parte Merkel en referencia a que Atenas deberá hacer enormes esfuerzos para contener su déficit y colocarlo, en 2012, por debajo del tres por ciento que marca como techo el Pacto de Estabilidad europeo.

También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, expresó su solidaridad -y la del Ejecutivo europeo- con Grecia (socio de la UE desde 1981), pero instó a Atenas a hacer todo lo necesario para volver a una situación "normal" de sus cuentas públicas. "Habrá que aplicar rigor y determinación", aseguró el portugués.

Por eso mismo, el plan de salvamento de Grecia no será un cheque en blanco: la Comisión de Bruselas hará, mensualmente, a partir del próximo mes de marzo, evaluaciones sistemáticas del plan de austeridad que ha prometido Atenas.

Merkel mantuvo una reunión a puerta cerrada con Sarkozy, con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con el primer ministro griego, Georgios Papandreou, y con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, entre otros líderes de la UE, para acordar salir al rescate de Grecia. En ese encuentro, según Van Rompuy, se acordó que la UE no abandonará a Grecia y que el país europeo recibirá apoyos del bloque comunitario mientras cumpla con las normas y se "apriete el cinturón".

Rodríguez Zapatero aseguró la noche anterior, en el marco de una reunión de los partidos socialistas europeos, que Grecia puede contar con la "plena solidaridad" de la UE para superar la crisis. En caso de que Grecia necesitara, en una fase ulterior, la concesión de créditos, el dinero podría otorgarse con ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI). No obstante, la UE no quiere que sea el FMI quien se ponga al frente de los esfuerzos porque ello - argumenta Bruselas- restaría credibilidad internacional a la Eurozona. "La UE tiene capacidad de sobra para salir de esa situación", aseguró una fuente diplomática.

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