Análisis
Santiago Carbó
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Ginebra/En una medida sin precedentes desde finales de la década de 1970, el Banco Nacional Suizo (BNS) intervino para debilitar el franco suizo, que se ha convertido en el último año en valor refugio frente a la debilidad del euro y el dólar, y amenaza la estabilidad de la economía nacional.
En comunicado que pilló desprevenidos a los mercados, el BNS anunció que el franco tendrá un tope de cambio mínimo frente al euro de 1,20 para evitar que el fortalecimiento de la divisa suiza frente a la moneda única europea y el dólar continúe en los próximos meses. "Desde ahora, el BNS no permitirá un cambio inferior a 1,20 francos por euro en el mercado de divisas", afirmó el BNS, que expresó su disposición a hacer valer esta medida "con toda la determinación requerida", sin descartar la compra "ilimitada" de divisas.
El instituto monetario emisor suizo subrayó que la apreciación actual del franco suizo frente al euro es "extrema" y manifestó que constituye "una grave amenaza para la economía suiza". El efecto fue inmediato y el franco se devaluó un 8,62% frente al euro, cambiándose a 1,2043; un 8,04% frente al dólar, cambiándose a 0,8504, y un 7,49% frente al yen, cambiándose a 1,1004. El impacto se notó también de manera positiva en la Bolsa de Zúrich, que tras su batacazo del lunes, jornada en la que cayó un 4,04 por ciento, ganaba un 3,77 por ciento.
El banco emisor suizo reconoció que pese al establecimiento de un suelo en el cambio frente a la moneda única europea, el franco suizo seguirá estando excesivamente alto si se estabiliza a partir de ahora en el entorno de los 1,20 francos por euro. De ser este el caso, el BNS aseguró que adoptará medidas suplementarias si considera que así lo exigen las perspectivas económicas y existe un riesgo de deflación en la economía.
La decisión del BNS recoge parcialmente las peticiones planteadas desde hace meses por los distintos agentes económicos y sociales, preocupados por el efecto negativo del fortalecimiento del franco. Hace 10 meses, en noviembre de 2010, el euro se cambiaba a 1,37 francos suizos, pero ambas divisas rozaron la paridad a mediados de agosto, lo que desató todas las alarmas económicas en Suiza.
El 9 de agosto, el euro casi alcanzó la paridad con el franco, cambiándose al cierre del mercado a 1,0201 francos, lo que hasta ahora constituye el máximo histórico para la divisa suiza. El Gobierno decidió entonces emprender un programa de estímulo económico, con inyecciones de liquidez al sector turístico y de la exportación, los más afectados por la revalorización del franco, y el euro volvió a una horquilla de entre 1,10 y 1,15 francos.
Pero la incertidumbre en la zona euro ante la crisis de la deuda soberana en varios países, que hace temer por nuevas caídas de la moneda única europea, hicieron reaccionar a las autoridades monetarias suizas con una medida inédita desde hace décadas. En 1978, en una situación de fuerte apreciación del franco frente al marco alemán y el dólar en el marco de la crisis del petróleo y el final del sistema fijo de cambios, el banco central suizo también puso un límite a la revalorización de la divisa nacional.
La decisión del BNS fue acogida con satisfacción en líneas generales, aunque la Unión Sindical Suiza (USS) manifestó que el tope se debía haber establecido en 1,40 francos por euro, un nivel por debajo del cual los salarios y los empleos corren peligro, en opinión de la principal central sindical del país. Desde el Gobierno, el consejero federal y ministro de Economía, Johann Schneider-Ammann, dijo a la emisora Radio 24 estar "satisfecho de que el paso se haya dado" y consideró que la medida aportará seguridad y alivio a las cuentas nacionales. Schneider-Ammann subrayó que la decisión ayudará a las empresas a establecer con mayor precisión sus previsiones presupuestarias y se mostró partidario de no subestimar el efecto psicológico que tendrá en los mercados que haya un suelo fijo para el cambio del franco.
El economista jefe del banco Pictet & Cie, Bernard Lambert, destacó por su parte la consistencia de la medida y aseguró en un comunicado que la cifra fijada por el BNS es razonable. Sólo un fuerte agravamiento de la crisis en la eurozona, con una eventual suspensión del pago de la deuda por parte de algún país grande, o una gran crisis bancaria "impedirían que el Banco Nacional Suizo lograra su objetivo", señaló Lambert en un comunicado.
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