Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
EPA del segundo trimestre
Sevilla ha sufrido el duro golpe de la pandemia en lo laboral, pero el colchón que han proporcionado los ERTE ha mitigado en buena parte una catástrofe mayor. Así, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre (entre abril y junio) la provincia redujo el número de ocupados en 47.600, hasta situarse muy por debajo de los 700.000 (689.000, en concreto). La cifra se corresponde casi exactamente con la pérdida de afiliación en la segunda quincena de marzo, una afiliación que luego, en abril, mayo y junio, se mantuvo más o menos estable gracias a los ERTE. Y es, casi no hace falta decirlo, la mayor caída de la ocupación en términos EPA de la historia, al menos desde que hay estadísticas homologadas, a partir de 2020. Recordemos que el periodo entre abril y junio suele ser tan bueno en Sevilla que desde 2002 sólo en 2009 y 2012 había habido caídas, y bastante leves.
El retroceso de 47.600 trabajadores -que no incluye los ERTE de suspensión temporal, cuyos afectados se siguen considerando ocupados- no tiene correspondencia con el dato del paro, que es sorprendente. Así, Sevilla registra nada menos que 26.500 desempleados menos, hasta 177.700 (claramente por debajo de 200.000), una cifra tan extraña que hay que buscar una explicación razonable.
El propio Instituto Nacional de Estadística la ofrece: la inmensa mayoría de los que han perdido su empleo no han pasado a engrosar la lista de parados, sino la de inactivos, no se han considerado desempleados a los parados de hostelería y comercio. Según explica el instituto en su nota de prensa, "el cierre de empresas ha impedido a 1.628.500 personas [a nivel nacional] buscar empleo a pesar de estar disponibles para trabajar. Por ello, no han podido cumplir todas las condiciones que la definición OIT [Organización Internacional del Trabajo] exige para ser clasificado como parado y han quedado clasificados como inactivos". Con esta premisa, la EPA del segundo trimestre sólo supone una caída coyuntural del paro que anticipa la espectacular subida que, seguro, se producirá en el siguiente trimestre.
Ello tiene como consecuencia un brutal descenso de la población activa de 74.100 personas, hasta situarse en 866.700 personas, el nivel más bajo desde el primer trimestre de 2007. Y también que, por culpa del descenso del desempleo, la tasa de paro (relación entre el número de parados y la población activa) baje un punto porcentual. Pasa del 21,7% al 20,50%, un descenso que es coyuntural. Es muy probable que en el siguiente trimestre esta tasa se dipare.
La EPA ya refleja el cambio drástico de tendencia en lo que se refiere a la evolución de la ocupación. Debido al insólito dato del segundo trimestre, el número de trabajadores en un año (del segundo trimestre de 2019 al segundo trimestre de 2020) se reduce en 46.300 personas, el peor dato entre abril y junio desde 2009. Por lo que respecta al paro, el descenso es de 27.600 personas, pero es bastante engañoso, ya que por la pandemia gran parte los que han dejado de estar desempleados no han encontrado un trabajo, sino que han pasado a clasificarse como inactivos.
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