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El Santander admite que ya no confiaba en Benjumea pero no que impuso su cese

Echenique declara que trasladó una "observación del mercado" pero que "no fue una condición" porque no tenía potestad para ello

Felipe Benjumea entrando al juicio. / EFE
EFE

19 de octubre 2017 - 11:51

El Banco de Santander ofreció ayer su versión del relevo en la cúpula de Abengoa, previa a la presentación del preconcurso, en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional, donde los acusados han señalado al banco como el que impuso el cese del ex presidente de la compañía, Felipe Benjumea.

El presidente de Santander España, Rodrigo Echenique, reconoció ayer que trasladó a Benjumea "la falta de confianza en su gestión" por parte de las entidades que iban a apoyar la ampliación de capital, aunque matizó que el cese del empresario "no fue una condición" al no tener potestad para ello. En calidad de testigo, Echenique aseguró que comunicó al ex presidente de Abengoa ahora juzgado que "mientras estuviera al frente era imposible que progresara" la ampliación, operación para la que Felipe Benjumea, acompañado de su hermano y ex consejero de la compañía, Javier, solicitó personalmente en agosto de 2015 la ayuda del Santander con el fin de solucionar lo que le dijo era una situación "muy tensa, difícil" y "bastante dramática" para Abengoa.

"En aquella primera reunión en mi casa les dije que sí, pero que no podíamos ayudarlos solos", explicó el también vicepresidente del Santander, quien aseveró que finalmente accedieron a dar su apoyo al tratarse de una firma "muy importante para España, para Sevilla y para nosotros, por su antigua relación con el Banco Hispano Americano", hoy integrado en el grupo financiero que preside Ana Botín.

Ante la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Echenique afirmó que Benjumea, para quien la Fiscalía pide cinco años de cárcel por presunta administración desleal, "no opuso resistencia" a su salida y dijo que "haría lo que fuera más conveniente para la compañía". Al respecto, insistió en que sólo se dirigió a éste "para hacerle una observación del mercado, no la nuestra propia", la cual comunicó además al que fuera consejero coordinador y miembro de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, Antonio Fornieles, también procesado en esta causa y para quien el Ministerio Público pide tres años y medio de cárcel.

Aclaró que "en ningún momento" el Santander intervino "en las condiciones económicas" por las que el hasta entonces presidente, que percibió 11,4 millones de euros en concepto de indemnización, fue cesado en septiembre de 2015, y apuntó que entendieron que "nadie tenía que decirnos nada" al respecto "porque no era cosa nuestra".

Sobre la imagen de la multinacional sevillana, especializada en energías renovables, Echenique señaló que en ese periodo, apenas dos meses antes de que Abengoa solicitara el preconcurso de acreedores, "las cuentas no estaban claras", y destacó que los bancos lamentaron la tardanza de la auditora KPMG a la hora de remitir el informe acerca de la situación económica.

En este sentido, matizó que la deuda de la compañía en noviembre de ese año no superaba los 1.200 millones de euros, y aunque asumió que Santander "perdió mucho dinero", obvió dar detalles por razones de confidencialidad.

El director general de banca global de HSBC, Pablo López, dijo que su entidad, que junto con Santander y Crédit Agricole se habían comprometido a asegurar 465 millones de euros de la ampliación, "jamás" propuso un cambio en la presidencia, y se mostró "convencido" de que no firmaron el contrato de la operación cuando Benjumea todavía estaba al frente "por otras condiciones".

Por su parte, Carlos Sundheim, integrante del Consejo en la época, relató que a mediados de 2015 "se intuía que podía haber falta de liquidez" por la precarización de los mercados latinoamericanos en los que Abengoa tenía presencia, argumento en el que coincidió con José Joaquín Abaurre, quien habló del cese de Benjumea como "una de las decisiones más importantes" de su vida.

Borrell sostiene que se indemnizó ajustándose a los contratos

El ex ministro Josep Borrell declaró ayer como testigo en el juicio contra la antigua cúpula de Abengoa que la indemnización de 11,4 millones percibida por el expresidente Felipe Benjumea, tras su cese, siguió cláusulas vigentes desde 2011 y fue abonada tal y como "quedó definida en su contrato".

Borrell, único integrante de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones que no figura como acusado, aseguró que no participó en la reunión de septiembre de 2015 -que estudió la salida de Benjumea- por motivos profesionales, y que delegó su voto al pensar que los bancos aseguradores de la ampliación no iban a mantener "su exigencia" de relevar al presidente para apoyar la operación. De igual modo, dijo que Antonio Fornieles, le comunicó que el presidente de Santander España, Rodrigo Echenique, puso como "condición casi inexcusable que Benjumea dejara la presidencia y el consejo, y que fuera sustituido por una persona que ya tenían pensada", en alusión al ex presidente de Indra Javier Monzón. Sobre los contratos de alta dirección suscritos con Benjumea y Manuel Sánchez Ortega, en febrero de 2015, sostuvo que le consta que ninguno "estaba muy satisfecho del cambio, ya que habrían preferido seguir con el anterior" de carácter laboral y que reconocía indemnizaciones de hasta 14 millones.

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