Ruiz-Mateos 'regala' Nueva Rumasa al dueño de Marsans
El empresario dice que "malvende" su grupo a Back in Business, sociedad de Ángel de Cabo · El nuevo propietario asume la deuda de 1.500 millones y el compromiso con los inversores.
La operación se cerró de madrugada. La familia Ruiz-Mateos ponía fin a cinco largos meses de negociaciones con la venta de Nueva Rumasa a los propietarios de Marsans, que se hacen cargo de las matrices del grupo heredero del holding de la abeja a través de Back in Business, sociedad instrumental vinculada al empresario valenciano Ángel de Cabo creada ex profeso para formalizar la operación. La venta se cifra en 1.500 millones, que es el importe del pasivo que acumulan las empresas de Nueva Rumasa, la mayoría en proceso concursal y con la familia apartada de la gestión.
En un escueto correo interno, la familia Ruiz-Mateos informaba a primera hora de la mañana de la venta de Nueva Rumasa, noticia que no tardó en saltar a las portadas de las ediciones digitales de los periódicos y que los trabajadores de las firmas bodegueras esperaban después de que este Diario avanzara -ver edición del miércoles 31 de agosto- los detalles de la operación en ciernes, que se justifica en la situación de insolvencia y en los problemas de financiación.
El acuerdo estaba pendiente de un último fleco, las garantías que exigió José María Ruiz-Mateos de continuidad del negocio bodeguero que dio origen a la antigua y a la nueva Rumasa, compromiso que compradores y vendedores recogen en sus respectivos comunicados de confirmación del cierre de la operación y que hacen extensivo a todas las empresas del grupo, cuya venta justifica el empresario jerezano en la necesidad de "garantizar la viabilidad futura de las empresas".
Horas más tardes, la familia Ruiz-Mateos emitía un comunicado en el que admite que se ha visto obligada a "malvender" sus empresas a precios "irrisorios" a causa de la "injusta, cruel, encarnizada y continúa persecución". La operación se ha llevado a cabo en beneficio de los acreedores inversores de pagarés y empleados, prosigue la nota, en la que aseguran que la venta supone un "grave deterioro" de su patrimonio, toda vez que los Ruiz-Mateos cifran en 6.000 millones el valor de sus activos frente a los 1.500 millones de su deuda, el pasivo que asumen los nuevos propietarios al hacerse cargo del grupo.
José María Ruiz-Mateos asegura en su nota informativa que la familia no obtiene ningún beneficio a cambio de la venta, si bien según la información a la que ha tenido acceso este medio, el acuerdo contempla el reparto de dividendos de los beneficios que pudiera obtener el grupo -se entiende que con la venta de activos y después del pago a acreedores-, así como la incorporación de varios miembros de la familia del empresario jerezano a la nueva sociedad propietaria de Nueva Rumasa o al entramado empresarial de De Cabo.
La venta de Nueva Rumasa es un calco a la de Marsans, operación que se realizó a través de la también sociedad instrumental de Ángel de Cabo Posibilitumm y tras la que el anterior propietario y expresidente a la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, aseguró que "el comprador tiene la experiencia y los recursos necesarios para gestionar la situación actual de la empresa", las mismas palabras que utilizó ayer Ruiz-Mateos, quien reiteró su compromiso personal de reembolso a los tenedores de pagarés, a los que respeta las garantías de cobro, entre ellas la cesión de los derechos de la antigua Rumasa.
Los nuevos propietarios de Nueva Rumasa asumen tanto el compromiso con los inversores como el de reflotar las empresas, coletilla que aparece en todas las transacciones en las que intervienen sociedades vinculadas al entramado empresarial de De Cabo, también en Marsans, a la que primero llevó al concurso para luego entrar en proceso de liquidación.
Otra de las similitudes entre la compra de Nueva Rumasa y la de Marsans es el nombramiento como nuevo director general de Iván Losada, hombre de confianza de Ángel de Cabo según el que "nuestras prioridades a corto plazo son tener claridad y transparencia con las distintas administraciones concursales, evitar el desmembramiento del grupo y alcanzar una sostenible vía de convenios -con los acreedores- que consoliden el futuro de las distintas compañías.
Back in Business se publicita como una sociedad vehicular vinculada al grupo empresarial de Ángel de Cabo, "especializado en la reestructuración ordenada de sociedades en dificultades". En círculos bursátiles, el empresario valenciano y su grupo están considerados un fondo buitre o tiburones, que se caracterizan por la compra a precio de saldo de empresas al borde de la quiebra para el logro del máximo beneficio posible a través de la liquidación.
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