Razones (de otros expertos) para no reformar las pensiones

En pleno debate, varios especialistas desaconsejan abordar ahora los cambios e incluso hablan de "engaño" sobre los motivos aducidos para cambiar las reglas para jubilarse.

María Del Mar Domínguez (Efe)

16 de junio 2013 - 18:17

Málaga/En pleno debate sobre la necesidad de reformar las pensiones para garantizar el sistema, varios expertos desaconsejan abordar ahora los cambios, destapan elementos olvidados en el informe encargado por el Gobierno e incluso hablan de "engaño" sobre los motivos aducidos para cambiar las reglas para jubilarse.

Especialmente crítico se muestra el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla Juan Torres, quien califica de "irresponsabilidad" abordar la reforma "en una situación de tempestad" como la actual, porque "hace que la gente se retraiga todavía más". La reforma se impulsa "sólo para hacerle un favor a la gran banca y a las aseguradoras, en perjuicio de la inmensa mayoría de la población y con argumentos que son tramposos", ha aseverado.

Torres, coautor del libro Lo que debes saber para que no te roben la pensión (Espasa), comenta que con las pensiones se produce un "engaño impresionante" y observa una "estrategia bastante antigua", que consiste en ir debilitando el sistema público para que la mayor gente posible suscriba planes de pensiones privados. El mensaje va calando con la presentación periódica de informes que "asustan mucho" con la idea de que "todo se viene abajo", pero este experto niega que el equilibrio financiero del sistema de pensiones dependa sólo de la relación que haya entre jubilados y trabajadores.

Si la productividad ha aumentado en las últimas décadas, cree lógico pensar que dentro de veinte o treinta años menos trabajadores puedan sostener a un mayor número de pensionistas, a lo que se une que el equilibrio no depende sólo de que haya menos gastos, sino también de que haya más ingresos. Aunque a priori nadie pone en duda que vamos a vivir más, la esperanza de vida -aclara- es sólo una media estadística, que puede aumentar porque mueran menos jóvenes, y ve una "injusticia" que se obligue a jubilarse a todas las personas a la misma edad.

Las mujeres, y en concreto el aumento de la tasa de actividad femenina, son otro factor a tener en cuenta, junto a un posible incremento de la productividad y la posibilidad de que vuelva la inmigración, en opinión del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga Antonio García Lizana. Partidario de una actitud "más calmada" para abordar con perspectiva la reforma de las pensiones y que no ocurra como con las leyes educativas, García Lizana plantea que los jóvenes se incorporen antes al mercado laboral, para lo que sugiere fomentar que se compatibilicen estudios y trabajo.

Llega a ser más beligerante sobre la vinculación entre pensiones y ciclo económico porque mantiene que, como refleja "cualquier manual" de economía, "la actuación tendría que ser anticíclica", con lo que quiere decir que si se reducen las pensiones cuando hay déficit, aumentan los problemas. Y ello implica un respaldo a tirar del fondo de reserva como "forma de equidad social" en momentos de dificultad o alimentarlo con aportaciones públicas, pero también sugiere incentivar las aportaciones extraordinarias con desgravaciones fiscales en momentos de bonanza. Lo importante es garantizar que los jubilados "no sean pobres" y para ello propone invitar a los debates a las ONG, que soportan en buena medida las consecuencias del paro, y a las asociaciones de pensionistas, que conocen la realidad de los ya jubilados.

Más temprano que tarde debe abordarse la reforma a juicio del profesor de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Málaga y ex presidente del Observatorio Económico de Andalucía, Joaquín Aurioles, quien asegura que es "inevitable" y no se puede permanecer "indiferente" ante una situación que amenaza con "hundir el sistema". La solución a los quebraderos de cabeza que ocasionan las cuentas está en la recuperación económica, y para ello, según Aurioles, hay que cambiar el "cóctel" de la política económica mezclando ajustes con estímulos al crecimiento. De momento no hay receta.

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