La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Sitges/El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado este sábado que, si bien es "natural" que la gravedad de la crisis actual genere "temores", España no está "al borde del precipicio", no va a "naufragar" y saldrá de la "tormenta" o la "borrasca" actual con su esfuerzo y con el apoyo de la UE.
El jefe del Ejecutivo, que ha participado en la clausura de la XXVIII edición de las jornadas económicas que organiza el Círculo de Economía, ha querido de esta forma hacer un llamamiento a la "serenidad" en una semana en la que la prima de riesgo española ha vuelto a marcar récords. "España saldrá de la tormenta con esfuerzos propios y con el apoyo de nuestros socios comunitarios", ha sentenciado Rajoy, haciendo un símil marinero.
"Vamos a salir, porque lo que está en juego no solo es el futuro económico de España, sino la propia continuidad de la Unión Monetaria Europea", ha remarcado, al tiempo que ha añadido: "España es un factor en esta situación, pero entre otros muchos. Ni es el único ni es el peor".
En este contexto, ha dicho que, si es "urgente" resolver la situación española, no lo es menos resolver los problemas del conjunto de la unión monetaria, "y esos, crean que tengo razones fundadas para afirmarlo, van a comenzar a resolverse en no mucho tiempo", ha garantizado.
El presidente del Ejecutivo ha admitido que las dificultades "son muy graves", y ha apuntado que nadie "puede dudarlo", pero ha querido subrayar que España no está "en las vísperas del Apocalipsis". En este afán de ofrecer tranquilidad frente al clima "de turbulencias" actual, ha apuntado que el país podrá "soportarlas" y, más adelante, podrá "sobrepasarlas con éxito". Ante un auditorio formado por importantes empresarios, básicamente catalanes, ha dicho que el potencial de la economía española "es claro", y que hay "importantes márgenes de mejora". Es por ello que ha insistido en que en los momentos actuales "lo que no es razonable es alimentar los temores y permitirles crecer más allá de la realidad", porque entonces se arrastraría al país al terreno "de la irracionalidad".
Por ello, ha apelado a la memoria histórica para apuntar que no es la primera vez que España atraviesa una crisis, y que no será la primera vez que salga de ella, al tiempo que ha recordado que es la cuarta economía de la zona del euro. "Lo que yo quiero dejar aquí hoy es un mensaje de serenidad, que no significa olvido ni descuido ni indiferencia. Tampoco tranquilidad. No pido a nadie que se despreocupe porque seguimos, de momento, en plena borrasca", ha sentenciado, para matizar después que reivindica una "serenidad preocupada" ante la situación actual.
Volviendo al símil marinero, ha comparado a España con la situación de "un barco castigado por una tormenta en alta mar y que se mueve mucho", y que al hacerlo "alarma a los pasajeros", y ha concluido que todos estos vaivenes significan que se navega en circunstancias "más difíciles de las habituales, pero nada más". "No sé si va a desaparecer el ruido que nos está acompañando. Lo que puedo asegurarles es que en España no dejaremos de hacer lo que sea necesario (...) Este es nuestro compromiso. Nuestra convicción es que España y la Unión Monetaria, con ruidos o sin ruidos acompañantes, saldrán de esta borrasca y dejarán la crisis a su espalda", ha dicho. El presidente de CaixaBank, Isidre Fainé; el del Banc Sabadell, Josep Oliu; el consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca; el presidente de Abertis, Salvador Alemany, y el director de Telefónica en Cataluña, Kim Faura, entre otros, están siguiendo el discurso del presidente del Gobierno.
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