"Pedir el rescate siempre será mejor que dejar que España se ahogue"

El problema fundamental de España es su gran endeudamiento combinado con una fuerte falta de confianza en su economía, lo que da como resultado que, a la hora de afrontar los pagos que debe, no encuentre financiación en los mercados. O lo que es lo mismo, España tiene deudas y no tiene dinero para pagarlas. ¿Qué hacer entonces? Según el director ejecutivo y economista jefe de La Caixa, Jordi Gual, "lo ideal sería que ese dinero que necesita viniera del sector privado". Pero, como la realidad es otra, y el capital no llega por los cauces tradicionales, si hay que recurrir al sector público, esto es, al rescate europeo, "pues será mejor que permitir que España se ahogue", añade.

Durante una conferencia titulada La crisis de la Eurozona y las perspectivas de la economía española, impartida en el Campus de Sevilla de Loyola Leadership School, Gual quiso hacer hincapié en que no podemos permitirnos tener que afrontar pagos pendientes y no hacerlo por falta de liquidez. "Eso es insostenible, una situación anómala que no se debe alargar en el tiempo". De ahí que instara a la toma de "decisiones rápidas" para evitar la asfixia total del país.

Por otra parte, este doctor en Economía por la Universidad de California, Berkeley, subrayó en varias ocasiones a lo largo de su intervención en los Diálogos Loyola que, para salir de la actual recesión, España sólo cuenta con el arma de las exportaciones. "El sector exterior es la clave de la recuperación; hoy por hoy, no contamos con más palancas", sentenció. Y es que, según su análisis, del sector público no debemos esperar un impulso del crecimiento y la demanda interna aún tardará bastantes años en reactivarse. "El sector público aún pide prestado y gasta más de lo que ingresa, algo ante lo que los financiadores internacionales están a punto de decir basta", explicó. A lo que se suma que el privado, que fue protagonista del exceso de endeudamiento en los años del boom inmobiliario, se enfrenta también a la necesidad de devolver sus préstamos, todo ello agravado por la actual situación del paro.

De ahí que el economista jefe de La Caixa deposite todas sus esperanzas en las ventas en el extranjero. "Ya han demostrado en crisis anteriores que funcionan muy bien, tanto en volumen como en valor", indicó. A su juicio, España dispone de un sector exterior competitivo, que debe controlar firmemente dos variables para no dejar de serlo: los costes y la productividad. "Los primeros deben acotarse lo máximo posible, mientras que la segunda debe incrementarse para que, realmente, esta palanca sea la que nos saque de la recesión", manifestó. "Cuanto más tardemos en mejorar la competitividad, más tardaremos en dejar atrás la crisis", reiteró. E hizo hincapié en la dicotomía empresarial que hay en España: "Necesitamos más empresas grandes y exportadoras, pero el problema es que nuestro tejido está compuesto por pymes que cuentan con una clara desventaja competitiva", concluyó.