OWO Game prevé tener 40.000 pedidos antes de sacar al mercado su chaqueta háptica de sensaciones
La empresa malagueña inventora de una chaqueta que produce sensaciones reales lanzará su producto a nivel mundial a finales de año tras una ronda de inversión de seis millones de euros
Ya tiene acuerdos de confidencialidad con las grandes tecnológicas mundiales, colabora con el Ejército norteamericano y ha patentado su producto para videojuegos, móviles, películas o entrenamiento
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No suele ser habitual que una empresa que no ha salido aún al mercado tenga garantizado su éxito. O diremos mejor -toquemos madera- casi garantizado. La malagueña OWO Game estuvo a principios de año en la feria CES de Las Vegas, la mayor del mundo de tecnología de consumo, y obtuvo 6.000 preorders (pedidos realizados antes del lanzamiento) de su producto. Y prevé hacer gira por distintos eventos en el mundo y llegar a los 40.000 este mismo año. Si este producto vale algo menos de 400 euros eso quiere decir que el día uno de actividad en el mercado OWO tendrá ya (previsiblemente) una facturación de 16 millones de euros. Algo bastante insólito para una startup.
"Nos hizo un reportaje el Washington Post, hicimos hasta 150 demostraciones, había colas para probarlo y hasta gente que retrasaba sus vuelos para no perdérselo", dice José Fuertes, CEO de OWO. La empresa ha decidido, tras lo peor de la pandemia, retrasar el lanzamiento de su producto hasta final de año. "Queremos hacerlo bien", dice Fuertes. Por eso ha aplazado la ronda de financiación de seis millones de euros en la que iba a entrar y sus inversores actuales -business angels y entidades como Sucesores de W. Hoffman y Grupo Soloptical- han realizado una aportación de 1,5 millones de euros para afianzar todos los detalles del producto y del lanzamiento.
¿Y cuál es el producto? Es revolucionario, según Fuertes. Se trata, afirma, de "convertir el mundo virtual en real, añadiendo el sentido del tacto". ¿Y cómo? Hasta ahora, la tecnología háptica (la que se interrelaciona con el hombre mediante sensaciones tactiles) se ha basado en vibraciones: "Aunque la intensidad sea diferente, la sensación siempre es la misma", indica Fuertes. OWO ha superado esa limitación y ha creado "sensaciones físicas reales". Lo ha conseguido gracias a un algoritmo propio que, a través de nueve parámetros, va "componiendo trenes de pulso", lo que conforma microsensaciones. Las posibilidades son infinitas:abrazos, caricias, la sensación de un disparo, de una puñalada, un arañazo... Y sus aplicaciones son amplias: videojuegos, películas, metaverso, entrenamiento, ciudad inteligente, etc.
La materialización física de esa innovación es una chaqueta háptica (hay diez tallas) que es como "una segunda piel ligera" y que "es perfectamente customizable, se le puede poner el diseño que se quiera", afirma Fuertes. OWO, que ya funciona como empresa pero aún no ha sacado a la venta su producto, ha aprovechado la pandemia para mejorar esa chaqueta e ir patentando la adaptación de su producto a ámbitos diversos como consolas, móviles, gafas de realidad virtual, etc. "Hemos aprovechado para contratar gente y acelerar el desarrollo. Con el mundo parado, nadie nos iba a adelantar".
La empresa ya trabaja en experiencias en el metaverso con la firma de zapatillas deportivas Nike y con el Principado de Mónaco. Tiene acuerdos de confidencialidad con algunas de las grandes tecnológicas mundiales y colabora ya con la Armada norteamericana (el Ejército de Tierra) en un producto de entrenamiento con diferentes escenarios. "Ahora mismo están validando la chaqueta en diferentes verticales (segmentos de actividad) pero ya les gusta. Son ellos los que nos empujan a colaborar, nos lo pagan todo por adelantado, están encantados", asegura Fuertes.
La tranquilidad de tener un producto a priori exitoso hace que OWO haya decidido que la ronda de inversión de seis millones de euros se haga en "un proceso competitivo" y no porque haya una necesidad de la empresa. Será OWO la que elija, en principio, entre tres o cuatro fondos norteamericanos cuál o cuáles son las mejores opciones. Fuertes prefiere un inversor de EEUU porque el lanzamiento de la chaqueta será a nivel mundial y el gigante norteamericano es una plataforma ideal para ello. La idea de Fuertes, en cualquier caso, es mantener la sede social en Málaga (OWO está en el Polo de Contenidos Digitales), aunque todo va a depender de la negociación con la empresa inversora. Ahora mismo trabajan en OWO 19 personas y se prevé llegar a 30 a final de año y doblarlas a 60 en el ejercicio siguiente. La empresa proyecta vender un millón de unidades (a todo tipo de públicos, no solo a empresas) en cuatro años. El éxito, casi sin haber nacido, está ya a la vuelta de la esquina.
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