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Optimismo, a pesar de la Covid-19, para el pujante sector cítrico andaluz

Desayuno de Redacción

La campaña citrícola ha comenzado con buenos precios para los agricultores y una alta demanda y, aunque los representantes del sector están preocupados por la incertidumbre que está generando la pandemia sanitaria, no dudan en ensalzar la calidad de la naranja española

Izquierda a derecha: Carlos Fernández Sierra, Roberto García Torrente, Enrique Pérez Saturnino, Lorenzo Reyes, Antonio Carmona y Alberto Grimaldi. / Juan Carlos Vázquez
Eva Hernández

29 de octubre 2020 - 02:00

El agroalimentario siempre ha sido un sector de primera necesidad, pero quizás sea ahora, en plena pandemia sanitaria por la Covid-19 cuando la sociedad se está dando cuenta. Dentro del agro, la citricultura sea quizás una de las áreas más desconocidas aunque importantes a nivel regional y nacional. Para conocer su situación y reflexionar sobre sus retos y preocupaciones, ayer se celebró en Diario de Sevilla y con la colaboración de Cajamar, un desayuno de redacción bajo el título Una hoja de ruta para la citricultura española.

Coincide el título del encuentro con la reciente publicación de Cajamar, entidad financiera muy pegada al agroalimentario y cuya visión, junto con la de los representantes del sector en Andalucía, ofrecieron una fotografía de cómo empieza la campaña para nuestros cítricos. Tras la presentación del moderador del encuentro, el jefe de Economía del Grupo Joly, Alberto Grimaldi, el primero en intervenir fue el gerente de Empresas Agro de Cajamar, Carlos Fernández Sierra.

Para Cajamar , aseguró, “el sector agro es prioritario y estratégico. Hemos nacido y crecido en su seno y hemos mostrado interés en sus necesidades, creando productos que les permitan iniciar sus proyectos y ser más fuertes”. De ahí que la entidad bancaria no solo preste a los agricultores apoyo financiero, sino también herramientas tecnológicas, estudios y publicaciones sobre el sector agro y “una labor intensa en la transferencia y formación en tecnologías y gestión de empresa”.

Mesa de redacción en la sede de Diario de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

En este marco es donde Cajamar ha presentado su estudio Una hoja de ruta para la citricultura española “que queríamos presentar de forma presencial y Andalucía, en Sevilla, donde el agro es importante y debatir con los actores del sector” pero les ha sido imposible debido al coronavirus. Por último, Fernández Sierra quiso resaltar que el sector citrícola es muy importante en Andalucía occidental, “en Córdoba, Sevilla y Huelva ha crecido mucho en los últimos años y creemos aún en su potencial para seguir haciéndolo”. Sobre esta publicación también se pronunció el director área de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García Torrente: “son más de 300 páginas en las que señala la importancia del sector citrícola en la economía española. El valor de la producción en el campo es de 2.500 millones de euros más todas las acciones anexas, como la recolección o transformación que añaden otros 5.000 millones de euros” y sin olvidar la generación de empleo. Recordó García Torrente que España es el primer exportador de cítricos del mundo, con 4 millones de toneladas, “con frutas de calidad y cumpliendo la normativa más alta”.

España es el mejor país para producir cítricos por sus condiciones agroambientales

Sin embargo, España tiene que lidiar con la competencia de terceros países productores fuera de la Unión Europea y también con otros de la cuenca mediterránea, lo que altera los precios, aunque esto no ha parado el crecimiento del sector en Andalucía donde, en los últimos 20 años, ha aumentado su producción en un 140% frente a la estabilidad de su competidor, la Comunidad Valenciana. También quiso resaltar Roberto García que las innovaciones tecnológicas están logrando cada vez más variedades de productos y que la producción sea mejor y auguró un proceso de mecanización en la recolección en los próximos años.

Futuro prometedor

Para los dos representantes de Cajamar el futuro de la citricultura es prometedor y explicaron que los cítricos siempre están entre los alimentos mejor valorados por los consumidores. Una opinión que también compartieron el presidente de la Asociación de citricultores de Huelva (ACPH), Lorenzo Reyes; el presidente de la Asociación de Empresas Productoras de Frutas y Hortalizas y Exportadoras de Andalucía (Asociafruit), Enrique Pérez Saturnino y el gerente de Sunaran SAT, Antonio Carmona.

Lorenzo Reyes, presidente de la Asociación de citricultores de Huelva, aseguró que “somos líderes en calidad y esa tiene que ser nuestra bandera”. Apuntó a que la campaña ha empezado muy bien, sobre todo para la fruta pequeña (mandarina), y venimos de otra campaña 2019-20 con precios históricos de la naranja”. En Huelva, explicó, la tendencia de consumo es más de mandarina que de naranja y “superamos el 60% de la superficie con estas variedades protegidas que hasta ahora son más demandadas y cotizadas en el mercado”. A pesar del buen comienzo, Reyes afirmó que ahora pasa“por altibajos debido a la incertidumbre del coronavirus y la sobreproducción de terceros países”. Para él, al sector español le falta promoción y abrir nuevos mercados.

El valor de la producción citrícola en el campo asciende a 2.500 millones de euros

Sobre esta incertidumbre que genera la Covid-19 sobre el consumo también se pronunció Enrique Pérez Saturnino, como agricultor y como presidente de la Asociación de Empresas Productoras de Frutas y Hortalizas y Exportadoras de Andalucía (Asociafruit): “yo creo que la incertidumbre de la pandemia nos afectará muchísimo, ya se está notando, aunque no dejo de ser optimista. El sector es pujante, va para delante la I+D y el cambio de variedades que demandan los mercados, pero creo consumo empieza a fallar” y eso repercute en el resto de la cadena. “Con un 16% de paro en España la gente no tiene dinero y si no compra, el mercado se hunde. Como citricultor y como comercializador tengo que ser optimista pero me llegan indicadores que encienden la alarma”.

Un momento del desayuno de redacción sobre el sector citrícola. / Juan Carlos Vázquez

Por último, el gerente de Sunaran SAT, Antonio Carmona, introdujo en el debate algunos retos del sector, como la competencia desleal de países de Sudáfrica o Egipto, el Brexit o las inminentes elecciones en Estados Unidos y que pueden afectar a los aranceles. “Hemos pasado de tener la peor campaña de la historia (2018-19) a una excelente en 2019-20 con otras circunstancias distintas. Yo creo que para la estabilidad necesitamos conocimiento y unión” para poder elevar la voz y defender en Europa que todos los países productores “tengamos la misma legislación sanitaria, poder competir con las mismas armas”, ya que los países fuera de la UE pueden trabajar con productos fitosanitarios prohibidos en Europa. En este sentido, apostilló Lorenzo Reyes, competir con la brutal diferencia salarial con Egipto por ejemplo, donde el salario no supera los 5 euros al día frente a los 13 euros diarios en España” es casi imposible.

Todos los participantes en el encuentro coincidieron en que el consumidor es el que manda y el que demanda fruta buena pero bonita, sin daños ni manchas y del mismo tamaño, limpia de fitosanitarios..., “unas características casi imposibles. El consumidor tiene que adaptarse y ser razonable con lo que pide. Si hay manchas no influyen en la calidad, tienen que asumirlo pero no pedir cada vez frutas más perfectas sin el uso de fitosanitarios”, como es el caso español. Unos parámetros sanitarios y de calidad que, por ejemplo, no se piden a las naranjas de Marruecos.

Reclaman a las grandes superficies un correcto etiquetado de las naranjas

No obstante, y a pesar de las trabas que se encuentra, la citrocultura en Andalucía es una tendencia “al alza y que en zonas del valle del Guadalquivir, en Sevilla Córdoba y Huelva, es una alternativa otros cultivos como los frutos rojos, el olivar o el almendro, afirmó Antonio Carmona, quien auguró que aún quedan “un par de campañas buenas”. Y si no se extendió aún más su superficie de producción en nuestra comunidad es “más por la seguridad de agua que por el interés del agricultor. Una naranja de una zona costera no es igual que otra. En Huelva, la expansión de la naranja está limitada por la posibilidad de tener agua disponible” para su cultivo, aseguró Lorenzo Reyes.

Como conclusión, Enrique Pérez, al igual que sus compañeros, auguró que el sector es fuerte. “La naranja es un producto de alto consumo y hay que ser optimistas, su consumo debe de aumentar porque es bueno para la salud, de calidad y regionalista. El sector, con sus problemas, seguirá hacia delante”.

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