Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
La economía andaluza crecerá un 1,8% en 2023, según las previsión hecha pública este martes por el Observatorio Económico de Andalucía (OEA) en su informe ‘Economía andaluza. Segundo trimestre de 2023', realizado en colaboración con la Fundación Cámara de Comercio de Sevilla. La cara positiva es que panel de economistas del OEA revisa al alza en tres décimas el avance que estimaba en mayo (1,6%). La negativa, que la región pierde comba con respecto a España, ya que en el conjunto del país el alza del Producto Interior Bruto (PIB) superará el 2%, según el consenso de los analistas. La última estimación es de este mismo lunes: la Comisión Europea certificaba que España crecería en 2023 el 2,2%, más que las principales economías de la Eurozona.
¿Por qué revisa el OEA al alza el crecimiento andaluz? Básicamente, por el muy buen comportamiento del primer semestre, y especialmente del primer trimestre. El instituto de estadística andaluz, el IECA, ya elevó en mayo el crecimiento intertrimestral de los primeros meses del año hasta el 0,7%, lo que condiciona positivamente el resto del ejercicio. Las razones las da Francisco Ferraro, presidente del OEA (se refieren a España, pero valen para Andalucía): "Nuestro país se beneficia (en el arranque del año) de la recuperación del mercado tras la invasión de Ucrania y el Covid; y hay mejoras de competitividad porque tenemos precios energéticos más baratos y los salarios suben menos en España que en Europa".
Sin embargo, ese efecto diluye poco a poco y el crecimiento se ralentiza. Ya se aprecia un descenso del impulso del PIB en el segundo trimestre y se prevé que en el tercero sea aún mayor, con un crecimiento que será del 0,1% o del 0% en tasa intertrimestral, según Manuel Alejandro Hidalgo, miembro del panel de expertos del OEA.
Esta clara desaceleración en la segunda mitad del año será algo más acusada en Andalucía, según Francisco Ferraro, por varios factores, entre ellos la sequía. "Aquí el peso del sector agrario es más elevado (6,2% del PIB frente al algo más de 2% nacional), por lo que los efectos van a ser mayores; adicionalmente, nuestra agricultura es más dependiente del regadío y nuestras capacidades hídricas son bastante limitadas". Ferraro advierte de que, en cualquier caso, incluso en el sector primario la afectación será desigual: el aceite de oliva, por ejemplo, será muy perjudicado, mientras que zonas como la de Almería baten récords de producción.
No solo la sequía es un factor limitante para Andalucía. Ferraro cita, también, el debilitamiento del turismo nacional, cuyo peso es mayor en nuestra comunidad; la ralentización de las exportaciones por el menor consumo de países de demanda; y la pérdida de impulso del sector inmobiliario debido a la subida de los tipos de interés y las menores peticiones de crédito por parte de los compradores de vivienda. Manuel Alejandro Hidalgo ya anticipa que 2024 no será un buen año para la construcción, que ahora mismo vive de las inercias de la expansión de los últimos años.
Estas fuerzas negativas estarán compensadas (no lo suficiente) por la mayor inversión pública, en parte vinculada a los fondos Next Generation, y por un sorprendente buen comportamiento de la inversión privada en bienes de equipo, que Hidalgo atribuye a que las empresas están usando fondos propios en vez de recurrir a la ahora más cara financiación bancaria. En cualquier caso, esta buena evolución está destinada también a ralentizarse en unos meses.
Con estos ingredientes, el OEA anticipa que en 2024 la economía andaluza crecerá aún un 1,5% (Bruselas prevé un 1,9% para España), con un periodo de crecimiento débil en estos últimos trimestres del año y el primero del ejercicio que viene. Previsiblemente, llegaría la remontada en la primavera.
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