La OCDE rebaja el PIB de España al 4,1% y sitúa su inflación en el 8,1%
La caída de hasta 1,4 puntos porcentuales respecto a la estimación de diciembre se debe al impacto de la guerra en Ucrania.
La vivienda se encareció un 8,5% entre enero y marzo, la mayor subida desde la burbuja
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado a la baja sus previsiones macroeconómicas globales teniendo en cuenta el impacto que la guerra en Ucrania están teniendo para la economía mundial, según se desprende de su informe 'Perspectivas Económicas', publicado este miércoles.
En relación a España calcula que este año crecerá un 4,1 % frente al 5,5 % que había estimado en diciembre, mientras la inflación media se disparará al 8,1 % frente al 3 % de 2021.
En dicho informe anticipa un crecimiento de solo un 2,2 % en 2023 con una inflación que se mantendrá relativamente elevada aunque menos fuerte, con un 4,8 % de media.
Se muestra más pesimista que el Gobierno, que espera una progresión del producto interior bruto (PIB) del 4,3 % este año y del 3,5 % el próximo.
También ve las cosas peor en lo que se refiere a la inflación que la Comisión Europea, que a mediados de mayo proyectaba un índice de precios al consumo medio en 2022 del 6,3 % en España y del 1,8 % en 2023.
La corrección a la baja de las previsiones de crecimiento desde el anterior informe de la OCDE del 1 de diciembre es general para casi todos los miembros y particularmente fuerte en los países de Europa continental, que están entre los más afectados por la invasión de Ucrania.
Esa corrección, de 1,47 puntos porcentuales para España, es todavía mayor para Francia (1,83), Italia (2,09) y sobre todo Alemania (2,19). Por debajo se quedan Estados Unidos (1,28) o el Reino Unido (1,10).
Al final, el aumento del 4,1 % del PIB español en 2022 que estiman los autores del estudio será netamente superior al de los otros grandes países desarrollados como son Estados Unidos (2,5 %), Reino Unido (3,6 %), Italia (2,5 %), Francia (2,4 %) o Alemania (1,9 %). El único que está por encima es Australia (4,2 %).
Esas cifras, que comparativamente pueden parecer buenas, hay que relativizarlas porque España es uno de los países más retrasados en la recuperación de la actividad económica que tenía a finales de 2019, antes de que comenzara el choque del coronavirus.
La OCDE considera que la alta inflación y la incertidumbre van a reducir el gasto de las familias en España y que los cuellos de botella en el aprovisionamiento de semiconductores también limitarán la inversión privada y las exportaciones.
La tasa de paro, que lleva dos años a la baja, se reducirá del pico del 15,5 % en 2020 al 13,6 % en 2022, pero volverá a subir al 13,9 % en 2023.
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