Mercadona presenta sus novedades para Halloween

El 31 de octubre se acerca y la fiesta más aterradora del año necesita de muchos dulces y golosinas para llegar a un trato y poder librarnos del truco. Mercadona no ha querido esperar más y ha ampliado su oferta de chocolatinas y chucherías.

La compañía de Tabernes Blanques ha puesto a disposición de sus clientes infinidad de productos para la fiesta que se aproxima. Entre los más destacados se encuentran el saco Halloween, un nuevo bote de golosinas y un murciélago que contiene chocolatinas individuales para que este año los más pequeños puedan celebrar Halloween en sus casas y evitando al temido coronavirus.

Estas novedades se suman a los productos tradicionales que se ven en las estanterías de sus supermercados desde que esta moda estadounidense se implantara dentro de nuestras fronteras. Una noche que se prevé mágica gracias al terror dulce de las bolsas surtidas y brochetas de golosinas, piruletas de chocolate o figuras de calabaza y catrina de cacao.

Esta gama de productos ha sido elaborada por especialistas como las catalanas Vira Brands y Cantalou, la belga Kims Chocolates, Artesans del Sucre con sede en Rumanía, la alicantina Damel y King Regal de la Comunidad Valenciana.

¿Por qué celebramos Halloween en España?

La noche de Halloween, víspera del tradicional Día de Todos los Santos, es una fiesta que tiene su máximo esplendor en Estados Unidos. España ha empezado a tomar como suya una celebración que no se había celebrado con tanta efusividad hasta el momento.

Celebrar Halloween se ha puesto muy de moda en nuestro país en los últimos años y, aunque no llegamos a los niveles estadounidenses, cada año que pasa esta festividad adquiere más importancia. Los grandes centros comerciales, las televisiones, películas y plataformas como Netflix están haciendo que los españoles tengan curiosidad por la diversidad en cuanto a costumbres.

Sea como fuere, durante el 31 veremos a jóvenes disfrazados y pidiendo caramelos por las casas, las fiestas en los colegios y centros de idiomas son ya un hecho y la diversidad cultural es un valor añadido que puede enriquecer la educación de los jóvenes, eso sí, sin perder de vista nunca las costumbres y tradiciones de la tierra.