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LA crisis ha convencido a la Junta de que no se puede mantener en pie a empresas inviables a base de dinero y más dinero. La semana próxima tendremos un ejemplo práctico con la suerte de Santana Motor. El consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, se enfrentaba a un dilema: privatización o cierre. Como no ha habido ningún socio industrial solvente interesado, la compañía se enfrenta a su final. El secretario regional de la UGT, Manuel Pastrana, es consciente de que Santana como firma automovilística no va continuar su actividad, porque no se ha encontrado un inversor.
Este dirigente sindical es el único que ha roto el pacto de silencio que hay entre las autoridades regionales y los sindicatos. Pastrana ha pedido a la Junta públicamente el desarrollo de un proyecto empresarial alternativo, para potenciar el parque industrial de las empresas proveedoras. Según el líder ugetista, el proyecto de regeneración industrial de la zona está bastante ultimado y hay compromisos de empresas concretas. Sobre los trabajadores de Santana, ha dicho que algunos tendrán derecho a prejubilaciones, otros a indemnizaciones y otros que encajarán dentro de nuevos proyectos.
Los viceconsejeros de Economía y Empleo han negociado toda esta semana sobre la puesta en marcha de ese plan de relanzamiento de la actividad en Linares. Santana tiene en la actualidad 400 trabajadores y ha llegado a tener siete veces más. La compañía es propiedad de la Junta desde 1995, cuando se la compró a Suzuki por una peseta. Y aunque lleva 15 años bajo tutela de la Administración regional, ya cumple un cuarto de siglo en crisis.
El Gobierno autónomo ha enterrado en este proyecto más de 500 millones de euros. La empresa se fundó en 1956 para construir maquinaria industrial. En el 61 pasó a ser una filial de Land Rover y después construyó el famoso jeep bajo licencia. Los japoneses de Suzuki llegaron en 1985 y estuvieron diez años. La Junta ha buscado socios industriales y desde hace cuatro años se ha hecho cargo de la gestión.
En los últimos meses, los delegados de las consejerías de Empleo y Economía han negociado con los sindicatos CCOO y UGT un plan de futuro para la industria de Linares, que posibilite el fortalecimiento del tejido productivo, la implantación de nuevas iniciativas empresariales y la generación de empleo, en el marco de un modelo de economía sostenible, según la versión oficial. En vísperas de la decisión final, y como medida de presión, el viernes de la semana pasada hubo un encierro en el salón de plenos del Ayuntamiento de Linares de medio centenar de delegados sindicales.
La oferta por la empresa de la rusa TagAZ fue descartada por falta de solvencia. Algunos de sus interlocutores han tenido la impresión de que su diseño para la captación de subvenciones y ayudas estaba más acabado que su proyecto industrial. Y, por otra parte, la italiana Iveco no ha ejecutado la opción de compra que tenía. La solución a este embrollo la dará el consejero, quizá la semana que viene. Jaén, por cierto, es la provincia de origen de Antonio Ávila, que nació en Alcalá la Real y es vocal de la ejecutiva provincial del PSOE jiennense.
El destino de fondos públicos, estos europeos, también ha sido objeto de tensión en el capítulo agrario. Asaja-Andalucía, presidida por Ricardo Serra, se quejó hace dos semanas por la pretensión de la Junta de que se aplicara la "máxima subsidiariedad" al reparto de ayudas directas a los agricultores andaluces en la nueva PAC. Esa frase ha sido ya sustituida en la última versión del texto. Pero fuentes de la patronal agraria señalan que hay malos precedentes en la regionalización de ayudas, por ejemplo con los fondos para el desarrollo rural.
Según Asaja, ha habido desviaciones para construir tanatorios en Villanueva del Rosario (Málaga) o Conil (Cádiz). Una práctica que no quieren que se produzca con la partida más importante del presupuesto agrícola. Las mismas fuentes señalan que en la provincia de Sevilla con los fondos de desarrollo rural se costeó la instalación de un escudo en una rotonda en Osuna, se hicieron unos viales urbanos en Estepa y se financió durante seis años un campeonato de palomas mensajeras en Écija.
La marcha de las mejores empresas andaluzas también merece la atención de la opinión pública. Hay dos compañías que cotizan en el Íbex 35 lideradas por empresarios andaluces. Abengoa presenta sus resultados de 2010, el jueves 24. La otra es Ebro Foods, liderada por Antonio Hernández Callejas, que registró en 2010 un beneficio neto de 388 millones de euros, lo que representa un incremento del 120% respecto al ejercicio anterior, según los datos provisionales adelantados por la compañía.
Ebro es una de las empresas más saneadas del Íbex 35. Su resultado bruto por explotación (Ebitda) creció un 11%, hasta los 271 millones de euros. La empresa ha aumentado sus cuotas de mercado y el volumen de sus ventas, a pesar de la crisis. En 2010 vendió su división láctea, Puleva, al grupo francés Lactalis por 630 millones de euros. Y a continuación compró una importante compañía australiana, con la que compondrá la mayor estructura arrocera mundial de la historia.
Y en España, adquirió la división de arroz de SOS en noviembre por 195 millones y se hizo con una participación del 9,33% en la matriz de esta Corporación Alimentaria, por la que pagó 47,3 millones de euros.
Esta semana se entregaron los premios del concurso de Emprendedores universitarios Joly-EOI-Andalucía emprende, que en esta edición han tenido una jovencísima ganadora: Clara de Miguel Buckley, de 22 años. Por parte de madre, Clara tiene ancestros irlandeses: su abuela es bioquímica y su abuelo médico y dentista. Ella sigue esta senda científica y termina este año la carrera de Biotecnología. Hizo un curso de Erasmus en Würzburg (Baviera, Alemania) y allí hizo prácticas en un laboratorio de genética, donde adquirió un conocimiento técnico avanzado.
Con este aprendizaje ha planteado un proyecto empresarial, llamado Criatech, en el que aplica la tecnología genética a la optimización de la cría de caballos y perros, para -entre otras cosas- determinar el pelaje o detectar enfermedades hereditarias. Una iniciativa empresarial que ha sido considerada una de las más innovadoras de las que han participado en el certamen desde su nacimiento. Le dio forma a su idea durante un curso que recibió en la EOI y ahora busca los 95.000 euros que necesita para poner en marcha su empresa. El premio le facilitará la financiación.
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