Análisis
Santiago Carbó
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Se esperaba como agua de mayo la intervención de Juan Roig, presidente de Mercadona, después de los ataques al empresariado (más bien a las grandes empresas y sus beneficios) de una parte del Gobierno, la de Podemos, y, en concreto, los que profirió contra él la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, al llamarlo "capitalista despiadado".
Pese a las insistentes preguntas de los periodistas, no entró al trapo. Al menos directamente. Se limitó a repetir, ante esas críticas, que se siente "orgulloso" de sus hechos; y que respeta otras opiniones, aunque no las comparta.
Pero ese ambiente creado por Podemos estaba tan presente que Roig dedicó los primeros minutos de la rueda de prensa de resultados a teorizar sobre el beneficio de las empresas y sus virtudes. Y empezó afirmando que las ganancias no solo sirven para repartirlas entre el capital, sino que el objetivo principal es satisfacer a los cinco componentes de la empresa: clientes, trabajadores, proveedores, sociedad (a través de los impuestos) y también el propio capital.
Para a continuación reflexionar: "¿Es una cosa buena o mala? ¿A ver si es malo tener beneficios? Para mí comer es indispensable; ahora, si tú único propósito es comer, eso no es saludable; (en la empresa) si tu único propósito es tener beneficio, solo ganar dinero, eso tampoco es saludable, hay que compartir con los cinco componentes de la empresa".
¿Y cuántos más beneficios mejor? Pues sí. "Si no hay beneficio no puedes reinvertir, ni ampliar una empresa ni mantenerla ni actualizar sus activos. Hay que transmitir ese mensaje; y cuántos más beneficios hay mejor funcionan los cinco componentes: se pagan más impuestos, mejores sueldos puedes pagar, más reformas puedes hacer y mayores dividendos puedes repartir entre unos accionistas que han puesto su dinero para obtener un rendimiento".
Cuando fue preguntado por los beneficios en concreto de Mercadona, respondió: "Nuestros beneficios son pocos, deberíamos ganar más para lo que queremos invertir"
Roig volvió a incidir, por otro lado, en la necesidad de crear un buen clima para los empresarios. "El bienestar de la sociedad dependerá del número de empresarios honrados que haya; cuanto más beneficio compartido haya, mejor", afirmó. Más tarde, en la ronda de preguntas, incidió en esta idea: "La única forma de crear riqueza es crear un caldo de cultivo bueno para los empresarios, verlos como un amigo de la sociedad. Favorezcámoslos al máximo, veámoslos como los que tiran del carro".
Preguntado sobre Ferrovial y su salida de España, aseguró que él, en particular, no piensa moverse de Valencia y que su deseo es que todas las empresas, "incluida Google", trasladen su sede social a la capital del Turia. Pero también admitió que Ferrovial ejerce un derecho, al haber en la Unión Europea libre circulación de trabajadores, mercancías y empresas.
Sobre el tope a los precios que pide Podemos se mostró totalmente en contra. "Solo funciona la oferta y la demanda, lo demás es un brindis al sol", afirmó.
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