"Jerez tiene que innovar en vinos, no puede mantener la tradición a ultranza"

El marqués de Griñón anima a los bodegueros jerezanos a buscar nuevos productos y conquistar al público joven · Cree que el futuro pasa por marcas fuertes y empresas pequeñas con poco mercado pero con imagen

Carlos Falcó, marqués de Griñón, con algunos de los vinos de su bodega Dominio Valdepusa, en Toledo.
Tomás Monago / Sevilla

06 de marzo 2010 - 05:02

Aparte de ser Marqués de Griñón, Carlos Falcó es un bodeguero de reconocido prestigio. Introductor en España de nuevas variedades de vino como la Syrah o la Petit Verdot, y precursor también del riego por goteo, ahora está centrado en revitalizar el comercio a nivel mundial, muy castigado por la crisis. Éste es uno de los objetivos de la feria Iberwine 2010, el mayor acontecimiento del negocio en el ámbito español, portugués y latinoamericano. Este año se celebra en Valladolid, del 25 al 27 de mayo.

-¿Puede explicar de forma somera la filosofía de la feria?

La idea es agrupar las bodegas de España, Portugal e Iberoamérica. Ya hemos hecho varias versiones, una en Madrid y dos en Miami, y este año se va a celebrar por primera vez en Valladolid. Vamos a invertir mucho en traer a compradores importantes, de Estados Unidos y de otros muchos países.

-Parece que ahora es el mercado norteamericano la gallina de los huevos de oro.

-En valor es ya el primer mercado y va camino de convertirse en líder en volumen. Debe ser un objetivo prioritario, sin olvidar que nuestro destino tradicional, el norte de Europa, es también importante.

-¿Cómo está afectando la crisis al sector en España?

-Bastante, tanto para regiones líderes como Rioja o Ribera del Duero como para el resto. Quizás donde más se esté notando sea en la hostelería, y ha afectado sobre todo a los vinos de un precio medio y alto, por encima del umbral de veinte dólares en Estados Unidos, o aquí de los 15 euros.

-O sea, que los que triunfan ahora son los más económicos.

-Los Don Simón de mi amigo Pepe García Carrión han crecido con la crisis. El público está ahorrando en todo y una parte muy importante se la lleva la hostelería. Y hay que tener en cuenta que el español sale mucho a comer.

-¿Cómo están reaccionando los bodegueros ante esta situación?

-Muchos de los que nos dedicamos a vinos de elite hemos hecho ofertas diferentes, a un precio más asequible dentro de una relación buena de calidad. Para nosotros hay dos tipos de actitud. Una es reducir gastos y aguantarse, y la otra salir a vender y acudir a ferias como Iberwine para conseguir más cuota en el mercado.

-En Andalucía el Marco de Jerez lleva mucho tiempo en crisis, y fuera de las denominaciones de origen cada vez hay más vinos de calidad.

-Es bueno que haya más oferta. Respecto a Jerez, es un vino que me encanta, tanto manzanilla como fino y oloroso. Pero hay un cambio del mercado. En los dos principales, Inglaterra y Holanda, se está notando un desapego por parte de las generaciones más jóvenes. Yo creo que nunca hay que tirar la toalla. Jerez tiene mucha historia y muchos recursos. Lo que hay que hacer, a lo mejor, es fabricar algún producto innovador, no mantener la tradición a ultranza, y al mismo tiempo ir a vender. Hacer comunicación, que suene Jerez en los medios de comunicación de todo el mundo. Si dejamos que la clientela decrezca, ya que es de edad avanzada, tendremos que conquistar a los más jóvenes.

-¿Cómo se hace eso?

-Organizando cosas divertidas, invitando a gente joven a a catar vinos que no conocen. Que los comenten con los sumilleres, que sea algo interactivo. También debemos usar medios de comunicación emergentes como Google, Facebook o Twitter.

-En otros sectores, como el del aceite, se habla de concentrar la oferta para sobrevivir. Imagino que en el mundo del vino va a pasar lo mismo.

-Van a quedar menos bodegas. Muchas no van a sobrevivir a esta crisis, porque no tienen posibilidades de acceder a importadores y consumidores. Tenemos que pensar en marcas potentes, que se conozcan dentro y fuera de España, con una cierta dimensión y capacidad de inversión.

-¿Significará esto la desaparición de las pequeñas bodegas con una oferta especializada?

No. Hacen falta las dos cosas. Por un lado, grandes bodegas con capacidad económica y de distribución, que sepan llegar a los grandes centros comerciales: hipermercados, supermercados, etc. Y también es necesaria la pequeña bodega que aporta una imagen de calidad a la región. Aunque sea una parte pequeña del negocio crea la imagen, que es muy importante en el mundo del vino, como en todo.

-Su bodega, Dominio Valdepusa, está en Malpica de Tajo (Toledo), en una región donde hasta su llegada apenas había tradición vitivinícola, al menos en el embotellado. ¿Ve alguna zona de Andalucía con muchas posibilidades de futuro?

-Hay muchos terrenos sin explotar, muchos lugares donde se podrían hacer grandes vinos. Entre ellos Ronda. Tiene un potencial altísimo, desde mi punto de vista.

-Hábleme de su proyecto en el sector del aceite de oliva.

-Estamos haciendo mucho I+D. Es una producción pequeña, pero de altísima calidad, con una alta tecnología que preserva los polifenoles, que son los antioxidantes del aceite de oliva y que son los responsables de la mayor parte de los efectos benéficos para la salud. Esperamos en no muchos años revolucionar el mundo del aceite de oliva.

-¿Cuentan para ello con apoyo científico?

-Contamos con la colaboración con un profesor italiano, que trabaja con dos universidades, en Toscana, y con la Cámara de Comercio de Florencia. Y también vamos a ver si conseguimos las ayudas suficientes para hacer una almazara experimental en España.

-Volviendo al vino, ¿qué países ve con más potencial como productores para el futuro?

-Chile y Argentina están creciendo mucho. Venden la imagen del país, y de eso tenemos que acordarnos los españoles. Lo que se vende fuera de España no son precisamente las regiones, sino España.

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