Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado este martes que la economía española creció el 2,5% en 2023, después de que el avance del PIB aumentara dos décimas en el cuarto trimestre, hasta el 0,6%.
El INE ha mantenido asimismo el patrón de crecimiento anual, con una aportación de la demanda nacional (consumo e inversión) de 1,7 puntos porcentuales y una contribución de la demanda externa (exportaciones e importaciones) de 0,8 puntos.
El crecimiento anual se ha sustentado en la fortaleza del consumo de las familias impulsado por la creación de empleo y del consumo público, así como en la buena evolución del sector exterior, en un contexto en el que los tipos de interés están en su nivel más alto de las dos últimas décadas.
La inversión, en particular la empresarial, ha mostrado una mayor debilidad y sigue sin recuperar el nivel previo a la pandemia.
En el conjunto de 2023 el consumo de los hogares creció el 1,8% y el de las administraciones públicas, el 3,8%, mientras que la inversión avanzó un 0,8%.
El valor del PIB a precios corrientes para 2023 se situó en 1.462.070 millones de euros, un 8,6% superior al de 2022.
El avance del 2,5% está en línea con los crecimientos anuales registrados antes de la pandemia, pero por debajo de los dos últimos años en los que se registraron avances del 6,4% en 2021 y del 5,8% en 2022.
El INE ha rebajado una décima (respecto a los datos adelantados en enero) el crecimiento del consumo de los hogares en el cuarto trimestre, al 0,2%, y cuatro décimas el consumo final de las administraciones públicas, al 1%.
Aun así, el consumo ha tirado en buena medida del crecimiento económico en los últimos tres meses del año, ya que la inversión empresarial en maquinaria y bienes de equipo se desplomó el 4,7%, mientras que la inversión en vivienda y construcción cedió el 0,3 %, en ambos casos menos de lo adelantado en enero (4,8% y 0,7%, respectivamente).
También ha aportado al crecimiento trimestral el avance de las exportaciones del 2,7%, dos décimas inferior al avanzado.
Con los reajustes del INE, la composición del crecimiento trimestral fue de 0,4 puntos porcentuales aportados por la demanda nacional y 0,2 puntos sumados por la demanda externa.
Todos los grandes sectores de actividad registraron incrementos trimestrales: del 5,3% para la agricultura, ganadería y pesca, del 2,3% para la industria (1,1% para la industria manufacturera) y del 1,2% para la construcción, mientras que el sector servicios apenas avanzó un 0,1 %.
El práctico estancamiento del sector servicios se debió las caídas de actividades como el comercio, transporte y hostelería, las actividades financieras y las artísticas y recreativas.
Por el lado de las rentas, la remuneración de los asalariados subió el 1,2% trimestral, mientras el excedente de explotación bruto (asimilable al margen de las empresas) se incrementó un 8,3%. Los impuestos netos sobre la producción y las importaciones cayeron el 12%.
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