Grecia pone en jaque el plan anticrisis y en riesgo su propia supervivencia
El plan anticrisis europeo está interconectado con el segundo rescate griego. Sin rescate griego, todo el acuerdo está en peligro.
Bruselas/La UE recordó a Grecia sus compromisos con la eurozona ante el referéndum que pretende celebrar sobre el segundo rescate y que ha puesto a los gobiernos europeos en alerta máxima por el riesgo de que su gran plan anticrisis se quede finalmente en papel mojado y el país heleno abocado a la quiebra. Grecia, el epicentro de la crisis de deuda soberana en Europa, es el eje del acuerdo global anticrisis que aprobaron en la madrugada del jueves los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona, y pese a haber sido saludado como la salvación del país por el propio primer ministro griego, Yorgos Papandréu, éste ha puesto pocos días después en riesgo todo el plan europeo y provocado más nerviosismo en los mercados financieros del Viejo continente.
El plan anticrisis europeo está interconectado con el segundo rescate griego, que asciende a 100.000 millones de euros y a 130.000 millones si se tiene en cuenta que la eurozona aportará 30.000 millones en garantías a los acreedores privados para que acepten condonar a Grecia el 50% de la deuda (100.000 millones). Sin rescate griego, todo el acuerdo está en peligro, pues prepara a la banca ante un impago de Grecia y el impacto de la deuda soberana de países con problemas con una recapitalización de 106.447 millones de euros -incluidos 30.000 millones para las entidades griegas- y eleva la capacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) a un billón de euros para servir de cortafuegos y prevenir el contagio a economías más grandes, como Italia y España.
El malestar y la irritación por el anuncio sorpresa de Grecia por parte de los socios de la eurozona ha sido expresado por el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, quien ha asegurado que Papandréu tomó la decisión "sin haber consultado" previamente a sus homólogos europeos.
El anuncio ha provocado frenéticas gestiones en las principales capitales de la eurozona. No es para menos, porque la agencia de calificación de riesgos Fitch advirtió de que un resultado negativo en el referéndum heleno aumentaría el riesgo de una quiebra forzada y desordenada y de una salida de Grecia del euro, al tiempo que tendría implicaciones financieras severas para la estabilidad financiera y la viabilidad de toda la eurozona. Tampoco Juncker pudo descartar una suspensión de pagos: "No puedo excluir que ése sería el caso" si ganara el "no", en las urnas, dijo a una emisora de radio luxemburguesa.
Un tono más diplomático emplearon los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, quienes, tras conversar por teléfono con Papandréu y otros líderes de la eurozona, recordaron sin embargo a Atenas sus compromisos y las obligaciones que conlleva compartir una moneda. "Tomamos nota de la intención de las autoridades griegas de celebrar un referéndum. Estamos convencidos de que este acuerdo es lo mejor para Grecia. Confiamos plenamente en que Grecia honrará los compromisos que ha asumido con la eurozona y con la comunidad internacional", afirmaron.
En el Elíseo, Sarkozy convocó una reunión interministerial y una conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, tras la cual ambos reafirmaron su determinación de garantizar que el rescate griego y todo el plan anticrisis será aplicado, porque su puesta en marcha "es más necesaria que nunca" y permitirá a Grecia recobrar un crecimiento sostenible.
Frente a la convicción de la eurozona de haber logrado una buena solución para Grecia, el 60% de los griegos están en contra del plan, según un reciente sondeo. La situación no solo incomoda a la eurozona, sino es sobre todo incómodo para Papandréu, quien tendrá que viajar a Cannes en vísperas del G20 y aguantar los más que probables reproches de Sarkozy, Merkel y de otros líderes por el anuncio del referéndum.
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