El G-20 se fija la meta de un repunte del PIB mundial del 2% en el próximo lustro

Draghi advierte que la deuda pública es aún muy elevada en Europa. Los emergentes no logran ganar protagonismo en el FMI.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, en una comparecencia ante los medios desde Sidney.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, en una comparecencia ante los medios desde Sidney.
Rocío Otoya (Efe), Sidney

24 de febrero 2014 - 05:02

Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los países del G-20, reunidos ayer en Sidney, acordaron acelerar el crecimiento de la economía global en un 2% durante el próximo lustro. "Este crecimiento supone más de 2 billones de dólares (1,4 billones de euros) adicionales en términos reales y generará una suma significativa de empleos", señala el escrito emitido al final de la cumbre.

No obstante, el G-20 admite que a pesar de los signos de recuperación, la economía global aún está lejos de alcanzar un crecimiento fuerte y sostenido. El presidente de Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, consideró que la recuperación de Europa es aún "modesta" y la deuda pública se mantiene muy alta. "Vemos progresos pero también vemos riesgos que pueden comprimir la recuperación", declaró.

El comunicado indica que si bien la reducción de estímulos monetarios pueden "conducir a una excesiva volatilidad" y dañar el crecimiento, su "respuesta principal será fortalecer y perfeccionar los marcos de política estructural y financiera macroeconómicas internas". Para lograr este objetivo, ese ha establecido el Plan de Acción de Brisbane, que incluirá acciones en materia de empleo, incremento de la inversión, mejoras en las políticas comerciales y promoción de la competencia.

El tesorero australiano, Joe Hockey, anfitrión de la cita, calificó como "ambicioso" pero "tangible" el acuerdo que contó con el beneplácito de la directora del FMI, Christine Lagarde, y el ministro español de Economía, Luis de Guindos, entre otros. La proyección de crecimiento está en línea con el FMI, que recientemente consideró que la implementación de una serie de reformas agresivas permitiría un repunte mundial del 0,5% anual.

De Guindos, que acudió como invitado, afirmó que "comparte" el objetivo marcado. El documento pactado, que consta de dos páginas con 11 puntos y anexos, se compromete a crear un clima que facilite las inversiones, particularmente en infraestructura de las pymes, y remover las barreras para promover la inversión privada y crear un clima de confianza entre los inversores.

Los países del G-20 se comprometen a luchar contra la evasión fiscal de las grandes multinacionales en la era digital y a apoyar el Plan de acción contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios, conocido como BEPS, por sus siglas en inglés. El grupo espera que para la cumbre de noviembre en Brisbane se implementen "medidas efectivas, prácticas y sostenibles" en materia tributaria.

Sin embargo, el G-20 fracasó en avanzar en la reforma del FMI para permitir una mayor participación de los países emergentes y se limitó a instar a EEUU a hacerlo antes del próximo abril. "Si a la larga el FMI no tiene la legitimidad entre los países emergentes, estos se alejarán", alertó en una entrevista publicada por un diario local el gobernador del Banco Central de la India, Raghuram Rajan. El G-20 cuenta entre sus miembros a la UE, el G7 (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, el Reino Unido, Italia y Francia), además de Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, la India, México, Indonesia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía y Rusia.

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