La Campana
José Joaquín León
Mucho más que un fotógrafo
Grecia
La policía griega se enfrentó con grupos de jóvenes encapuchados en el centro de Atenas, mientras que decenas de miles de trabajadores en huelga marcharon por la capital, en repudio a la implementación de dolorosas nuevas medidas de ahorro.
La policía empleó gases lacrimógenos. Funcionarios policiales indicaron que cinco personas resultaron heridas en los disturbios, mientras que se realizaron 20 arrestos. Las violentas protestas se produjeron mientras el Parlamento se disponía a votar sobre recortes presupuestarios de 28.000 millones de euros así como subidas de impuestos hasta 2015.
Las últimas medidas de austeridad, que también contienen un plan de privatizaciones de 50.000 millones de euros, enfrentarán dos votaciones parlamentarias el miércoles y el jueves. Su aprobación es decisiva para que se aprueben nuevos créditos que salvarían a Grecia de la suspensión de pagos.
La estabilidad financiera global depende de que la crisis griega se resuelva positivamente y de que, concretamente, el Parlamento heleno apruebe mañana el nuevo paquete de austeridad a cambio de más ayudas de la UE y el FMI, comentó hoy el presidente del Consejo de la UE, Herman van Rompuy.
"Las próximas horas serán cruciales, serán absolutamente vitales para la población de Grecia, pero no solo para el pueblo, también para la eurozona en su conjunto e incluso para la economía mundial", comentó el belga.
En Atenas, cientos de jóvenes encapuchados se desprendieron de una manifestación pacífica que convocaba a unas 20.000 personas y comenzaron a destrozar tiendas y bancos, a la vez que apuntaron también contra el edificio del Ministerio de Finanzas.
Decenas de turistas fueron vistos mientras corrían en busca de refugio a los cafés y restaurantes cercanos, mientras se producían los enfrentamientos de los jóvenes con la policía frente a lujosos hoteles de la Plaza Sintagma, donde los manifestantes acamparon durante semanas.
Otros jóvenes incendiaron cestos de basura y los arrojaron a las calles. Uno de los grupos incendió un camión de comunicaciones equipado con un transmisor de telecomunicaciones móviles, que se incrustó en llamas en un quiosco.
Desde primera hora ni los autobuses ni los tranvías en Atenas funcionan y los trabajadores del puerto impiden que zarpen los ferries desde el puerto del Pireo, en la capital griega, cumpliendo así con la huelga de 48 horas en protesta por las medidas de ahorro.
Los ministerios, las empresas estatales y los bancos secundaban ampliamente la medida de protesta, mientras que los controladores aéreos también suspendieron durante unas horas su trabajo. En los hospitales los médicos tan sólo estaban atendiendo las urgencias. Sin embargo, sí abrieron las puertas supermercados, hoteles, restaurantes y cafés.
La huelga ha sido convocada por los principales sindicatos, pero a ella se suman un movimiento ciudadano surgido a través de Internet y denominado "ciudadanos indignados". Éstos planean además bloquear todas los accesos al edificio del Parlamento mañana miércoles, el día en que está prevista la votación sobre el nuevo programa de ahorro.
Desde hace más de un mes se manifiestan a diario ante el Parlamento y gritan a los políticos del país mediterráneo que son unos "ladrones" y unos "traidores". El lunes por la noche, el primer ministro griego, Giorgos Papandreu, apeló urgentemente al Parlamento a aprobar el duro programa de ahorro. "Les insto a que escuchen lo que su alma y su patriótica conciencia les dicta", dijo Papandreu ante los diputados.
De la aceptación de estas medidas, que prevén el ahorro de 78.000 millones de euros hasta 2015, depende el pago de otro tramo del crédito ya concedido por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de 12.000 millones de euros.
Además, este ahorro estricto es una condición indispensable para aprobar un nuevas ayudas por un monto de 120.000 millones de euros, al que darán el sí definitivo el próximo fin de semana los ministros de Finanzas de la Unión Europea.
Los socialistas en el gobierno cuentan con una mayoría de 155 diputados en el Parlamento de 300 escaños. Dos de sus parlamentarios ya han anunciado que "con las actuales circunstancias" no pueden apoyar el paquete de medidas.
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