Ferrovial prevé que la fusión con su filial holandesa tenga efecto desde mayo
El Gobierno advierte de que va analizar la letra pequeña del traslado a Países Bajos
Ferrovial entiende que su traslado no necesita ningún permiso del Gobierno
Ferrovial espera que la fusión inversa por la que su matriz pasará a ser una sociedad europea con sede en Países Bajos tenga sus efectos a partir del 14 de mayo, fecha para la que la nueva cabecera internacional del grupo recomprará una emisión de bonos que suma 500 millones de euros.
En una breve declaración a inversores de renta fija, el director general Económico y Financiero del grupo, Ernesto López Mozos, ha indicado que estos bonos hídridos serán recomprados en metálico y se sacarán de nuevo al mercado cuando las condiciones sean favorables y competitivas.
Asimismo, ha señalado que se espera que para el tercer o el cuarto trimestre del año la operación -anunciada al mercado el pasado 28 de febrero- tenga el visto bueno de la junta general de accionistas y se complete la fusión inversa de Ferrovial SA por parte de su filial Ferrovial Internacional, que ya aglutinaba el 86 % de los activos. Posteriormente, solicitará su cotización en Estados Unidos.
El directivo ha insistido en que no se contemplan cambios en el consejo, en la remuneración a los accionistas ni en los derechos de voto de una operación que está condicionada a que las peticiones contrarias de los accionistas no superen los 500 millones de euros y a los que se ha ofrecido una compensación económica de hasta 26 euros por título.
No obstante, Ferrovial ya ha reconocido que sus principales accionistas, que excluyendo a su presidente, Rafael del Pino, son básicamente internacionales, señalaron la idoneidad de este traslado para potenciar el crecimiento del grupo y favorecer su cotización en la Bolsa de Nueva York.
El director financiero ha insistido en que este cambio de domicilio social –duramente criticado por el Gobierno con su presidente, Pedro Sánchez, a la cabeza– no tendrá un impacto en la estrategia, en la operación, en las inversiones, en el empleo, ni en la cotización en España.
La compañía sigue comprometida con el grado de inversión y cree que, al margen de los bonos, no serán necesarias otras refinanciaciones.
Ferrovial, que también cotizará en Países Bajos, entiende que esta operación es un paso natural a su internacionalización, responde estrictamente a argumentos empresariales para competir contra los gigantes de las infraestructuras y reportará una mayor liquidez, un acceso a la financiación en mejores condiciones y una mayor capacidad para atraer inversores internacionales.
La compañía, en la que Del Pino es su principal accionista con más de un 20 % del capital, ha señalado esta semana que una decisión de este calado no se adopta por el interés personal de nadie, y ha aclarado que Países Bajos tiene un marco jurídico tan bueno y estable como España.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha advertido de que el Gobierno va a analizar "la letra pequeña" del traslado de la sede social de Ferrovial a Países Bajos para asegurar los intereses de España y espera que la empresa recapacite en su decisión porque "nunca" tuvo razones para marcharse".
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