FU: El liderazgo andaluz en formación no presencial

Formación Universitaria es una de las empresas punteras de España en su categoría, con sede en Sevilla y una plantilla que ronda las 180 personas

Ignacio Campoy, CEO de Formación Universitaria / José Ángel García

Tiene casi veinte años de vida y, a la chita callando, se ha convertido en la primera empresa de formación no presencial de Andalucía y una de las primeras de España. Formación Universitaria (FU) lleva años recorriendo un camino que ahora está de moda por razones obvias. Ha sido pionera en muchas cosas, como explica su CEO Ignacio Campoy: “en dar una estructura de profesorado y de tutores de seguimiento” al material didáctico que producían las editoriales; en “desarrollar programas formativos para las pruebas directas para acceder a la FP”, allá por 2006; y en “ofrecer cursos adaptados para los certificados de profesionalidad”.

FU también tiene incursiones en la Universidad y, de hecho, ofrece títulos propios, másteres y cursos de experto universitario de la Universidad Nebrija, una de las instituciones privadas más prestigiosas del país. El propio nombre de la empresa, Formación Universitaria, se debe a que inició su andadura con la comercialización de títulos propios de la Universidad Oberta de Catalunya, aunque luego derivó hacia otras vías y volvió con el paso del tiempo al terreno universitario a través de la Universidad Nebrija.

Formación Universitaria tiene una estructura de centro de formación grande, a pesar de ser no presencial. Tiene un edificio base de 1.600 metros cuadrados en Sevilla, tres oficinas en Barcelona, Madrid y Gran Canaria, 140 personas en plantilla (de ellas unas 110 en Sevilla) y 40 expertos docentes. “Tenemos expertos en cada una de las materias, y también hay licenciados en Pedagogía y diplomados en Magisterio que también hacen un seguimiento del alumno”, afirma Ignacio Campoy. El modo de funcionar lo explica el propio Campoy: “El alumno quiere presentarse a unas pruebas, y nosotros buscamos el material didáctico, el producto que han publicado las editoriales. A partir de ahí actuamos igual que cualquier instituto de enseñanza reglada”.

Ligada al movimiento Capitalismo Consciente

Fundada por el empresario de la construcción Fernando Begines, FU pertenece al movimiento empresarial Capitalismo Consciente. “Nunca hemos buscado el beneficio económico, sino el de la sociedad en general y eso lo tenemos muy marcado en nuestro ADN”, afirma Ignacio Campoy. La empresa quiere profundizar en proyectos sociales y acaba de firmar un acuerdo conMujeres Valientes para otorgar becas. También trabaja con el Banco de Alimentos, mujeres maltratadas, mayores y menores en riesgo de exclusión y escuelas de países en desarrollo. Su plantilla, por otro lado, está compuesta en un 90% por mujeres, y como curiosidad, lo más demandado ahora son los programas sociosanitarios.

Formación Universitaria, de hecho, cuenta con su propio campus virtual, con masterclass, bibliografía, artículos, mapas conceptuales, vídeos, etc., “necesarios para ampliar el contenido en papel”, dice Campoy, que considera que este soporte debe seguir siendo la base del aprendizaje.

La empresa, además, también está habilitada como agencia de colocación a través de medios electrónicos, y eso ha posibilitado unas 2.500 empresas, organismos públicos y asociaciones, hayan ofrecido prácticas no remuneradas a los alumnos de FU, con un alto grado de inserción laboral.

En el futuro, Campoy ve a Formación Universitaria más implicada en proyectos sociales –una de las patas de la compañía– y ampliando su colaboración a otras universidades, además de Nebrija. Ya negocia impartir títulos propios de alguna universidad del Espacio Europeo de Educación Superior y tiene su mirada puesta también en Latinoamérica para un acuerdo similar. Su vocación es la enseñanza en español sin restricciones geográficas, como demuestra que ya han pasado por FU alumnos hasta de 88 países.

La empresa también afronta el reto de la competencia, ya que muchos centros se van a apuntar ahora a lo virtual. “Queremos ir profundizando en la enseñanza síncrona (en streaming), en lo que tiene que ver con la presencialidad virtual”, afirma Campoy, que reconoce que “el Covid ha hecho que todo el que no hacia nada de virtual se haya metido en ello. Nos hemos dado cuenta de que si el sector era muy atomizado y competitivo ahora lo va a ser todavía más. Esto es bueno para los alumnos, que van a ser cada vez más exigentes”.

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