La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
El avión militar A400M, cuyo montaje final se realiza en Sevilla, se enfrenta a nuevos desafíos. Los malos momentos por los que atraviesan las cuentas de los estados, sus principales compradores, hacen planear de nuevo el fantasma de las cancelaciones de pedidos, el aplazamiento de las entregas o la renegociación de las condiciones de los contratos. En este contexto, España comunicó ayer que ha decidido que sólo 14 de los 27 aparatos comprometidos, a los que no puede renunciar, sean entregados plenamente operativos y con todos los equipamientos. Los 13 restantes se venderán a otros países.
Según indicó el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, en el Congreso, esta decisión supone un ahorro de 800 millones de euros -de 5.819 a 5.018-, aunque el abaratamiento podría ser de 2.360 millones si además se consiguen vender los 13 aviones que se considera que el Ejército del Aire no necesita y para los que hay que encontrar compradores.
Argüelles admitió que la negociación con los socios del A400M -han hecho 174 pedidos- ha sido "complicada", pero explicó que España "no es una excepción" y hay otros países que están estudiando sus necesidades.
La decisión sobre el avión militar de Airbus Military forma parte de la hoja de ruta del Ministerio de Defensa para rebajar en 3.850 millones la factura de los grandes programas de armamento, desde los 33.345 millones hasta los 29.495. De esta cantidad, ya se han pagado 6.000 millones y otros 15.000 fueron prefinanciados por el Ministerio de Hacienda, por lo que el "reto" es encontrar financiación para 8.495 millones hasta 2030, que sin la renegociación, habrían sido 12.345.
El grueso de estos pagos habrá que afrontarlos en los próximos años. En concreto, Argüelles prevé que serán necesarios entre 800 y 1.000 millones anuales entre 2013 y 2015, unos pagos que en origen duplicaban estas cifras. El secretario de Estado es partidario de que estos pagos se hagan por la vía de créditos extraordinarios, como ocurrió en 2012 para cumplir con los compromisos que se debían desde 2010. Este año deberá ser así si se atiende a los pagos -que antes de la reconducción eran de 1.594 millones- ya que los presupuestos para 2013 no incluían ninguna partida para estos programas.
Tras un año de análisis del estado de la situación "insostenible" en la que estaba Defensa, el Ministerio fijó en diciembre de 2012 en 33.345 millones el techo de gasto sobre el que tenía que trabajar hasta 2030, una cifra que se ha rebajado ahora en 3.850 millones.
En este escenario de recortes, las malas noticias para los programas que se desarrollan en Andalucía no quedan en el A400M. Y es que Santa Bárbara Sistemas, que también cuenta con una fábrica en Sevilla, es una de las más perjudicadas. Se reduce en 163 millones la factura del programa de los vehículos de combate Pizarro, después de que se haya rebajado el pedido desde los 190 iniciales a los 117 que finalmente recibirá el Ejército de Tierra, por 787 millones, que incluyen apoyo para el sostenimiento durante cinco años. Los blindados se fabrican y ensamblan en dos factorías: la de Trubia, en Asturias, y la Sevilla.
La compañía, no obstante, ha recibido un respiro al ver cómo su programa de carros de combate Leopard queda intacto, ya que contará con los 2.524,56 millones comprometidos por el Estado.
Por su parte, los cambios en el contrato de Eurofighter -programa en el que España participa junto a Italia, Alemania y el Reino Unido- supondrán una disminución de 2.966 millones. Defensa renuncia a 14 de los 87 cazas comprometidos, los correspondientes a la última fase del programa, y, además, disminuirá el número de unidades de su flota que tendrá operativos, lo que permitirá ahorrar en gastos de sostenimiento. Al mismo tiempo, se mantiene el aplazamiento de entregas de 15 aviones de combate que el Ejército del Aire debería haber comenzado a recibir en 2012 y que no comenzarán a llegar hasta 2015. Con todo, se logra pasar de los 13.596 millones que suponía el programa a los 10.269.
En el caso de los helicópteros de ataque Tigre, no se ha rebajado la cifra total comprometida de 24 aparatos, pero Defensa ha decidido poner a la venta los seis primeros que ya ha recibido -ya hay tres desplegados en Afganistán-. Además, a estos seis aparatos no se les reconfigurará como los de las siguientes fases, de manera que se ahorrarán 33 millones.
Por lo que se refiere a los helicópteros NH90, es el único programa en el que, a pesar de recortar a más de la mitad el pedido, el resultado es una factura más abultada: 190 millones más. Se pasa de 45 a 22 unidades, pero se garantiza que las que se reciben tiene "todos los apoyos y equipos esenciales", además de sostenimiento durante cinco años, algo que, según el secretario de Estado, no se incluía en el importe fijado para 45 unidades, que estaba en 1.492 millones.
Las renegociaciones se completan, sin incidencia en el número de unidades, con 20,4 millones menos en el programa de los buques de acción marítima (de 530,4 a 501); 43,1 millones menos en el programa para el buque de proyección estratégica Juan Carlos I (de 505,4 a 462,3) y 8,5 millones menos en la fragata F-105 (de los 836,2 a los 827,7). El resto de programas continúa sin cambios.
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