Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
La falta de efectividad (por ahora) de los Fondos Next Generation, el lento crecimiento de nuestra economía, la ausencia de respaldo al sector industrial o la preocupación por el pequeño tamaño del tejido empresarial de nuestra tierra son algunas de las peculiaridades que empresarios y economistas destacaron sobre la actualidad de la economía andaluza en la segunda jornada del foro 'La economía andaluza en un mundo en transformación'.
El foro estuvo organizado por el Observatorio Económico de Andalucía (OEA) y la Asociación de Empresarios del Sur de España, Cesur.
Tras la jornada de viernes, donde se analizó la situación de las economías mundial y española, ayer el evento se centro en el estado y las oportunidades que tiene Andalucía en un nuevo escenario mundial, caracterizado por las tensiones geoestratégicas y los cambios tecnológicos.
Durante la jornada, Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research, y Manuel Alejandro Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y senior fellow en EsadeEcPol, hablaron sobre los Fondos Next Generation.
Rafael Doménech destacó como “España necesita retomar la senda de convergencia económica más avanzada, lo que necesita el máximo acierto de la gestión de los NGEU”. “Por el momento, tras tres años de ejecución no se observa ningún cambio de tendencia”, dijo, aunque admite que se podrían ver a largo plazo.
Por su parte, Manuel Alejandro Hidalgo aseguró que “el análisis detallado de la información sobre la ejecución de los fondos europeos en Andalucía revela un ritmo de movilización que se aceleró a finales de 2023, alcanzando los 2.600 millones de euros. De estos, la ejecución habría superado los 1.150 millones de euros, buena parte correspondiente a la Junta de Andalucía”. En este sentido, afirmó que las agencias –acostumbradas a licitar– van mucho más rápido que las consejerías en la ejecución de los fondos.
La panorámica y perspectivas de la empresa andaluza fue el tema del segundo encuentro, en el que han participado Manuel Contreras, presidente de Grupo Azvi, y José Luis Martínez Lázaro, presidente de la Asociación Andaluza de la Empresa familiar.
Ambos analizaron el escaso tamaño de las empresas andaluzas. Contreras destacó que las firmas que facturan más de 100 millones y son de capital andaluz o tienen sede en Andalucía no pasan de 50. Y pidió una oficina en la Junta de Andalucía para incentivar empresas que puedan ser “campeones en cada sector”, igual que existe un organismo para acelerar proyectos estratégicos.
Por su parte, Martínez Lázaro aseguró que “las familias empresariales estamos preocupadas por el relevo generacional y por la gobernanza de la familia, ya que ponemos a las personas en el centro de la empresa. Pero también nos preocupa, como al resto, su crecimiento”.
El análisis de la Perspectiva estructural estuvo a cargo de Juan Francisco Iturri, CEO de Grupo Iturri, y Francisco Ferraro, presidente del Observatorio Económico de Andalucía.
Francisco Ferraro puso sobre la mesa como “en el último siglo, la economía andaluza está creciendo a un ritmo mucho más lento que el resto de las economías de primer nivel”. Y alertó de que en la productividad horaria hay cada vez mayor divergencia con los países más desarrollados, y eso sucede por la composición sectorial de la economía andaluza, muy especializada en sectores poco productivos como el turismo”.
Juan Iturri apostilló que el principal motivo de esta tendencia es “la falta de producción industrial”. “En Andalucía hemos maltratado a la industria. El entorno no es ágil, no es competitivo, es difícil encontrar talento, por lo que son pocos los empresarios andaluces los que invierten en el sector industrial, generando un crecimiento débil de la región”.
Iturri se preguntó, además, que converger requiere formación y esfuerzo y se preguntó si los andaluces quieren realmente dar el paso. Puso el ejemplo de que alguien heredara una empresa con 1.000 trabajadores a su cargo. “¿Lo consideraría una suerte o una desgracia”, se preguntó el empresario.
Francisco Ferraro, por su lado, se refirió a una estructura del mercado de trabajo que no es la que requieren las empresas. Por un lado hay muchos universitarios y por otro, muchos con formación básica, pero faltan, afirma, profesionales de grado medio, muy especializados en una determinada actividad.
También incidió en la cantidad de legislación administrativa que se publica cada año, que al final supone una carga para las empresas. Aunque en el foro se reconoció que la Junta había avanzado en simplificación administrativa, también se convino en que queda mucho camino por recorrer.
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