Editorial: La nueva Abengoa toma forma
ABENGOA comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la convocatoria de la junta general de accionistas que servirá de refundación de la compañía, actualmente en preconcurso de acreedores tras haber atravesado una crisis que la puso al borde de la desaparición. La junta, convocada para el 22 de noviembre, ejecutará la reestructuración del capital social y nombrará un nuevo consejo de administración. Abengoa dejará de estar controlada por las familias que fundaron la compañía en los albores de los años 40. Al frente de la empresa se pone Gonzalo Urquijo, presidente de Arcelor Mittal España, que es la persona elegida por los bancos acreedores desde el pasado verano para que lleve el rumbo de la compañía. Urquijo será el único consejero ejecutivo de un consejo de administración que, en principio, será muy reducido -siete miembros en total- y estará compuesto por independientes seleccionados por una consultora externa por su perfil profesional y que incluye a personalidades destacadas del mundo económico y empresarial español. El actual consejero delegado, Joaquín Fernández de Piérola, continuará en el día a día de la gestión. Los perfiles elegidos demuestran que los grandes acreedores de Abengoa ponen su empeño en que esta refundación y reflotamiento tengan éxito, aunque el conglomerado resultante sea mucho menor de lo que el grupo llegó a ser. Es una buena noticia, por la importancia que tiene el mantenimiento de la actividad y de gran parte del empleo que la multinacional mantiene en la comunidad. La junta de accionistas también abordará la unificación del capital en una sola categoría de acciones -actualmente está divido en acciones tipo A y tipo B- y ello supondrá que las familias que han controlado Abengoa durante décadas lo pierdan. De hecho, la familia Benjumea, referente de esta compañía, y el resto de apellidos ligados históricamente a ella, sólo tendrán el 1,4% del capital, un dato que da idea de que estamos ante una etapa completamente nueva. Este papel minoritario en el capital y la crisis vivida no pueden hacer olvidar que estas mismas familias lograron convertir la empresa fundada en 1941 en la multinacional que llegó a ser como compañía referente en ingeniería y energías renovables. Para Andalucía y para Sevilla es vital que la nueva Abengoa sea capaz de levantar el preconcurso de acreedores, una decisión que corresponde al juez mercantil, y que se mantenga la actividad. La empresa que ahora pone las bases de su refundación ha sido durante 75 años una creadora de riqueza y empleo en Sevilla y si consigue, aunque en dimensión más reducida, dejar atrás las amenazas que han comprometido su pervivencia serán la ciudad y la región las que saldrán ganando.
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