Deoleo se juega su 'españolidad'

La retirada de Ebro de la puja por el capital deja el campo abierto a operadores foráneos Sólo un papel protagonista de Hojiblanca daría un barniz español al buque insignia del sector aceitero

Imagen aérea de un campo de olivares.
Imagen aérea de un campo de olivares.
T. Monago Sevilla

18 de febrero 2014 - 05:02

La aceitera Deoleo (antigua SOS), líder en España del mercado marquista con Carbonell, está en la encrucijada. Las cajas de ahorros, que acumulan más del 30% del capital, quieren vender sus acciones, y de hecho la compañía encargó el pasado septiembre a JP Morgan que iniciara el estudio de su "reordenación" accionarial. O lo que es lo mismo, que pilotara el proceso de venta.

El primer gran movimiento con Deoleo ya en venta se produjo hace unos días. Ebro Foods, otra de las grandes compañías alimentarias españolas cotizadas, se retiraba de la puja. La firma que preside Antonio Hernández Callejas descartó la fusión -siempre en el ambiente desde que Ebro se integró en Deoleo en 2009 con un 9,3% del capital- e inició un proceso de desinversión. Ya ha reducido su partipación, de hecho, al 7%.

Si no es Ebro, ¿quién entrará en Deoleo? La expectación en el mercado es alta, con la acción en los últimos meses entre 0,40 y 0,50 euros (ayer cerró en 0,41), un promedio muy superior que el de los últimos años. Según informa Juan Carlos Castillo, director de Análisis de Capital Bolsa, "se ha detectado cierta acumulación institucional a esos precios, lo cual es destacable, pues el valor había estado fuera del centro de atención de los grandes inversores desde 2011". Deoleo negó recientemente que ya haya negociación, pero se habla de gigantes agroalimentarios como las americanas Bunge (45.000 millones de facturación), Cargill (101.000 millones) o la portuguesa Sovena, distribidora en España de la marca Hacendado de Mercadona. En medio de todo está Hojiblanca, que ya tiene un 10% del accionariado. Su director general, Antonio Luque, lo dejó claro: si Deoleo vende barato, comprará; si lo hace caro, venderá. Así de simple.

Quizás no lo sea tanto. La cooperativa andaluza -la mayor productora de aceite de oliva virgen del mundo- no oculta su interés en Deoleo, pero condicionado. "Si vamos a aumentar el capital sin pintar nada, para eso mejor nos vamos", se señala desde la firma. "Para la empresa el escenario idóneo sería la salida ordenada de las cajas y la entrada de un socio industrial con ánimo de permanencia (Cargill o Bunge) y el aumento de la participación de Hojiblanca. Así se formaría un núcleo duro con intereses no financieros en el capital y con visión estratégica", se añade desde Capital Bolsa.

El papel de Hojiblanca es más importante de lo que parece, pues un protagonismo real -aunque no fuera como accionista mayoritario, algo complicado por la limitada capacidad financiera de la cooperativa- daría un barniz de legitimidad a la venta. Deoleo no es una compañía cualquiera: es el emblema del sector aceitero español. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, declaró hace poco en Sevilla: "No podemos dejar el aceite español en manos de los portugueses, por mucho que queramos a nuestros amigos portugueses", una frase algo críptica que cobra un sentido si la asociamos con la venta de Deoleo.

Como se recuerda desde fuentes del mercado, el mayor accionista, Bankia (18,6% del capital), es un banco nacionalizado, y habrá de tener en cuenta más factores aparte de los financieros. En principio, venderá su participación conjuntamente con Caixabank (5,528%) y BMN (4,85%). Suman casi el 29% del capital, suficiente para no afrontar una OPA (Oferta Pública de Acciones). Esta situación sería posible si se suman Unicaja (11,3%) y Kutxabank (4,8%). No es la opción preferida de Bankia, porque descontrolaría el proceso al presentarse una oferta por el 100% del capital, pero tampoco es un desastre, ya que también lo encarece.

Bankia tiene provisionada su acción a 0,29 euros por acción, equivalente a 103 millones. En las últimas semanas se ha especulado con precios más bajos, y la entidad espera a una oferta por encima de su cantidad provisionada. "Creemos que un precio aceptable sería 0,35 euros por acción" (121 millones), se afirma desde Capital Bolsa. El precio mayor o menor dependerá sobre todo de si puja más de un operador o de si hay OPA.

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