Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
La reforma de pensiones que el Gobierno ha presentado a los agentes sociales incluye una cuota de solidaridad en las cotizaciones de los sueldos más altos, duplicar el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) y poder elegir entre el periodo de cómputo actual para calcular la pensión o ampliarlo.
La reforma, pactada con Bruselas y en el seno del Gobierno de coalición, forma parte de los hitos comprometidos para desbloquear un nuevo desembolso de los fondos europeos y pone el foco en asegurar la sostenibilidad del sistema con distintas medidas para fortalecer los ingresos.
Este último bloque se suma al paquete de medidas pactadas en julio de 2021 y que, entre otros cambios, volvió a vincular la revalorización de las pensiones con la inflación.
Estas son algunas claves de la reforma a la que el Gobierno confía poder sumar a los sindicatos, ya que la patronal ha venido rechazando aumentos de las cotizaciones sociales.
Se establece un "régimen dual del periodo de cómputo" para los próximos 20 años que permitirá a los pensionistas elegir entre mantener los 25 años cotizados que actualmente se tienen en cuenta para calcular la pensión inicial o contar 29 años pudiendo descartar 2, lo que deja ese periodo en 27 años de facto.
Según han detallado fuentes del Ministerio de Inclusión, la nueva opción de ampliar y descartar se desplegará progresivamente durante 12 años, a partir de 2026, "con el objetivo de beneficiar a los trabajadores con carreras irregulares".
El periodo de cómputo ha sido uno de los principales escollos en la negociación, ya que tanto los sindicatos como Podemos se oponían a ampliarlo.
Para intentar avanzar en la reducción de la brecha de género en las pensiones, se introducen dos medidas.
Para empezar, con respecto a la cobertura de periodos sin cotizar, las denominadas lagunas, se mantiene que los vacíos de cotización se compensen con el 100% de la base mínima los primeros cuatro años y con el 50% de la base mínima a partir del mes 49.
A esto se añade, para las mujeres trabajadoras por cuenta ajena, el 100% de la base mínima hasta el quinto año y el 80% de la base mínima del quinto al séptimo año.
También se recoge que el complemento de brecha de género de las pensiones -actualmente fijado en 30,40 euros mensuales por cada hijo- tendrá durante 2024 y 2025 un incremento del 10 % adicional a la revalorización anual que se fija conforme a la subida de pensiones.
Del lado de los ingresos, la reforma contempla varias medidas empezando por una subida de las cotizaciones de las bases máximas, que se hará entre 2024 y 2050 sumándole a la cuantía anual del IPC una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales.
Las pensiones máximas también se revalorizarán año a año con la cuantía anual del IPC más un incremento adicional de 0,0115 porcentuales acumulativos cada año hasta 2050. A partir de 2050 y hasta 2065 habrá incrementos adicionales.
Junto al progresivo destope de las cotizaciones máximas, se impone una cuota de solidaridad para la parte del salario que actualmente no cotiza por superar el tope máximo de cotización.
Esta cuota será del 1% en 2025 e irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6% en 2045.
También para mejorar los ingresos del sistema se incluye una subida progresiva en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que ha entrado en vigor este mismo año y que supone un alza de 0,6 puntos de las cotizaciones, de los que 0,5 puntos son pagados por la empresa y 0,1 por el trabajador.
Así, se recoge que pase de esos 0,6 puntos porcentuales actuales a 1,2 puntos porcentuales en 2029, al ritmo de una décima por año, en aras de "reforzar el sistema durante los años en los que puede haber una mayor tensión por la jubilación de la generación del baby boom".
Junto a estas medidas para reforzar ingresos, la reforma establece una senda de subida de las pensiones mínimas contributivas para asegurar que converjan con el 60% de la renta mediana.
Para ello, se toma como referencia la evolución de la pensión mínima con cónyuge a cargo, que alcanzaría entre 2024 y 2027 el 60% de la renta mediana correspondiente a un hogar de dos adultos.
Se establece un proceso similar para la evolución de las pensiones no contributivas, que crecerían hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.
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