“La Administración debe favorecer la competitividad para atraer la inversión”
Carles Navarro | Presidente de Feique
El presidente de la patronal química reivindica su papel de sector estratégico y advierte: “Con más facilidades en el precio de la energía, infraestructuras o legislación habría más inversiones”
La industria química española cerró en 2018 un año de récord: 65.647 millones de cifra de negocios y un crecimiento del 4% sobre el año anterior. Si se suman los efectos directo, indirecto e inducido, supone el 5,8% del Producto Interior Bruto del país y el 3,5% de la población ocupada. “Es un sector estratégico”, destaca el presidente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), Carles Navarro, y como tal reclama que las administraciones favorezcan la competitividad (precios de la energía, infraestructuras) para poder seguir creciendo.
Se espera que la química mundial crezca a un ritmo del 4,5% hasta 2030. ¿Podrá seguir ese ritmo el sector en España?
Tenemos un mercado asiático con mucha inversión y un crecimiento muy dinámico, mientras en Europa hay menos crecimiento. Pero venimos de una época de crecimiento sostenido y si hacemos las cosas bien entre todos y tenemos un apoyo firme de las administraciones somos optimistas a la hora de seguir creciendo.
¿Qué necesita la química española para poder seguir creciendo a ese buen ritmo?
La química española crece gracias a varios factores. Uno de ellos es la exportación. Si la demanda de productos químicos fuera de nuestro país sigue sana, sigue fuerte, la industria seguirá suministrando esos mercados. Si la demanda en el exterior baja aquí lo notaremos, porque casi un 60% de la facturación de la industria química española se va a mercados exteriores. Y después está la demanda interna, que en España se está recuperando tras la crisis económica. Si esa evolución positiva continúa la química se mantendrá al alza. Es cierto que este año parece que el PIB va a crecer menos que el año pasado.
¿Temen que el alargamiento del proceso del Brexit pueda afectar negativamente?
Reino Unido no es de los mercados más importantes para la química. En total el comercio químico con Reino Unido está en torno a 4.000 millones de euros, es una parte significativa pero no esencial, y lógicamente no desaparecerá de un día para otro. Por muy duro que sea el Brexit seguirá habiendo relación entre dos países. Habrá que esperar para hacer una valoración.
En los últimos cuatro años la química española ha realizado una inversión de 8.000 millones de euros, pero ustedes plantean que se debería llegar a 10.000.
Es una cuestión de cálculo matemático; cuando uno mira el peso de la inversión en España respecto a la ejecutada a nivel mundial, ese porcentaje es menor del que tenemos como mercado. Realmente creo que las empresas están haciendo todo lo que pueden para seguir invirtiendo y si tuviéramos más facilidades desde el punto de vista de las infraestructuras, del precio de la energía o una legislación más clara veríamos más disponibilidad de inversión. De esto estamos seguros. La forma de conseguir más inversiones sería eliminar esas barreras.
Dentro de su agenda incluyen precisamente una reclamación de apoyo a la Administración para atraer más inversión.
La Administración debería concentrarse en favorecer factores de competitividad. En la medida en que a través de leyes y de medidas concretas consiguiese eliminar barreras esto se convertiría en una situación más favorable para que empresas que buscan destino para sus inversiones escojan España. El concurso de la Administración es por vía indirecta.
En materia de precios de la energía se están dando algunos pasos por parte del Gobierno. ¿Se está en el buen camino?
El camino es el correcto, queda todavía mucho trecho por recorrer, pero por lo menos se han desbloqueado asuntos como el estatuto de las empresas electrointensivas y las redes cerradas de distribución de electricidad. Que estaban ahí, venían siendo tratadas por gobiernos anteriores y en esta última legislatura han dado un paso adelante. Proyectos que se han sacado del cajón y han empezado a avanzar.
¿Esperan que el desarrollo sea más rápido?
Somos optimistas respecto a que el Gobierno trabaje sobre la base de lo que ya se ha construido. Que esos borradores se conviertan en leyes y se aprueben.
Una de las cuestiones que sigue pendiente es la ejecución del Corredor Mediterráneo, ¿en qué medida les afecta?
Hay un retraso evidente. El Corredor llega por ahora a Barcelona, pero nos interesa que siga avanzando hacia el sur. En el momento en que llegue a Tarragona nos será más fácil exportar, eliminar cuellos de botella, ineficiencias, se incrementará el porcentaje de uso del ferrocarril como medio de transporte. Es muy atractivo porque es medioambientalmente más eficiente, más seguro y más barato. Todo lo que sea hacer llegar el ancho europeo a Tarragona y el resto de los centros de producción de la cornisa mediterránea sería muy positivo.
¿Qué capacidad real de atracción de nuevas inversiones tiene España?
España tiene muchos factores a favor, con polígonos químicos establecidos que cuentan con una infraestructura propia de transporte, seguridad, servicios comunes, acceso a fuentes de energía. Si descontamos el precio de la energía, en el que estamos claramente desfavorecidos, y alguna infraestructura de transporte en el resto somos muy competitivos. Eso lo demostramos porque somos capaces de exportar a más de 200 países y más de la mitad de la facturación se va al exterior. Eso no sería así si no fuéramos realmente eficientes.
Estamos en pleno debate sobre la transición energética, con la adopción de las primeras medidas en Europa. ¿Qué consecuencias tendrán para la industria, habrá alguna negativa?
La industria va a tener que transformarse. Hablamos de transición ecológica porque es un proceso que va a tomar décadas y va a exigir un esfuerzo por parte de todos. Esta claro que no podemos seguir haciendo las cosas como las hemos hecho hasta ahora, estamos en la transformación de una economía lineal a una economía circular. Tenemos que separar el crecimiento económico del consumo creciente de recursos materiales y eso solo se puede hacer cambiando la filosofía, el paradigma. Pero no podemos hacerlo en dos años, hay que hacerlo en décadas. Y hay que hacerlo iniciando el camino y avanzando de una forma decidida, pero siempre intentando no destruir todo aquello que hemos construido con anterioridad, de forma gradual para que todos tengamos la oportunidad de irnos adaptando. Ahí es donde pedimos prudencia a la Administración.
¿Con los plazos actuales corremos el riesgo de que haya empresas que se queden en el camino?
Es difícil hablar por todas las empresas. En un proceso de estas dimensiones habrá vencedores y perjudicados, pero lo importante es que todos tengan por lo menos la oportunidad.
Un cambio que lidera Europa.
Europa lidera porque tiene claras las ideas. Con ese liderazgo nos destacamos de otras regiones que no están poniendo tanto énfasis en la protección del medio ambiente o los consumidores. No deberíamos aspirar a que Europa afloje sino que el resto de regiones del mundo sigan el ejemplo.
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