Bruselas propone un tope al gas ruso y recortar beneficios de las energéticas

Ursula von der Leyen, este miércoles, en Bruselas. / Olivier Hoslet · Efe
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07 de septiembre 2022 - 19:01

Bruselas/La Comisión Europea (CE) propuso este miércoles cinco iniciativas para responder a los "astronómicos" precios energéticos, entre ellas introducir un tope a las compras de gas ruso, reducir los ingresos de las compañías eléctricas, pedir una "contribución solidaria" a las energéticas o establecer un ahorro obligatorio de electricidad.

La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, explicó también en una rueda de prensa que otra de las medidas pasa por ayudar a las compañías energéticas que debido a la volatilidad de los precios del gas se están enfrentando actualmente a problemas de liquidez.

"Nos estamos enfrentando a una situación extraordinaria porque Rusia no es un proveedor fiable y está manipulando los mercados energéticos", argumentó Von der Leyen a dos días de que los ministros de Energía de la UE se reúnan en Bruselas para pactar los siguientes pasos.

La principal medida será una propuesta para limitar el precio de compra del gas ruso con el objetivo "muy claro" de "reducir los ingresos que (Vladimir) Putin utiliza para financiar su atroz guerra en Ucrania".

Von der Leyen aseguró que este tope al precio del gas podría ser efectivo "muy rápido" y también añadió que la Comisión también está barajando aplicar un límite a los precios del gas natural licuado (LNG) que llega en barco, aunque no es una de las cinco medidas planteadas formalmente a los Estados miembros.

En segundo lugar, Bruselas propondrá a los Veintisiete "un límite sobre los beneficios de los que producen electricidad a bajo coste", como las renovables, la nuclear o la hidráulica, y que están registrando unos ingresos "inesperados" con los que "nunca contaron, nunca soñaron, que no pueden invertir tan rápido" y que "no reflejan sus costes de producción".

"Es el momento de que los consumidores se beneficien de estos bajos costes de las fuentes energéticas bajas en carbón, como las renovables. Así que propondremos reconducir esos beneficios inesperados para apoyar a los hogares y empresas vulnerables", justificó.

Otra propuesta del Ejecutivo comunitario pasa por introducir una "contribución de solidaridad" sobre las compañías petroleras y gasísticas que también se están anotando "beneficios masivos" en esta crisis para obtener otros ingresos que después sean distribuidos a hogares y empresas.

En cuarto lugar, y en línea con el ahorro voluntario del 15% de gas acordado el pasado julio por los países de la UE, Bruselas propone ahora una reducción obligatoria del consumo eléctrico en los picos de demanda.

"Necesitamos una estrategia para aplanar los picos que impulsan el precio de electricidad. Propondremos un objetivo obligatorio para reducir el uso de electricidad en las horas con picos" de demanda, señaló la presidenta del Ejecutivo.

El objetivo de la quinta y última iniciativa es ayudar a las compañías energéticas que se están enfrentando a problemas de liquidez derivados de la volatilidad de los mercados, una situación que "amenaza su capacidad de comerciar y la estabilidad de los mercados de futuros".

En esta línea, Bruselas actualizará el marco temporal de ayudas de Estado para que los Estados miembros puedan desplegar "rápidamente" avales públicos en apoyo de estas empresas.

El próximo viernes, los ministros de Energía de los Veintisiete se reunirán en un consejo extraordinario en Bruselas que deberá servir para debatir esta tanda de medidas planteadas por la Comisión y las que puedan proponer los países.

El objetivo es disponer de herramientas para abaratar los precios energéticos en "semanas", a expensas de una reforma de calado del mercado eléctrico que llevará más tiempo.

Estas iniciativas se suman a los esfuerzos de la Unión Europea para alejarse aceleradamente del gas ruso, que esencialmente pasan por diversificar proveedores, aumentando las importaciones de Estados Unidos, Noruega, Argelia, Nigeria o Azerbaiyán, reducir el consumo de gas y llenar las reservas -actualmente al 82%- e invertir "masivamente" en fuentes de generación renovable.

"Estamos ante una situación extraordinaria, porque Rusia es un proveedor poco fiable y está manipulando nuestros mercados energéticos. Nuestra unidad y nuestra solidaridad asegurarán que prevaleceremos", aseveró Von der Leyen.

El tope de precio al gas de Moscú no afectaría al GNL que importa España

La medida planteada hoy por la Comisión Europea (CE) para fijar un precio máximo de compra en Europa al gas de origen ruso afectaría sólo al combustible que fluye por gasoducto y no al gas natural licuado que adquiere España, que el pasado julio supuso el 14,5% de sus importaciones.

"El gas ruso por tubería no se puede desviar fácilmente a terceros países. Un tope de precio en el gasoducto ruso permitiría la compra de dicho gas en la medida en que el precio no supere un umbral preestablecido", puede leerse en la propuesta informal distribuida por la Comisión Europea.

El Ejecutivo comunitario contempla cinco medidas para encontrar soluciones urgentes para mitigar la crisis de precios y sobre las que los ministros de Energía de los países de la UE debatirán este viernes en un consejo extraordinario convocado en Bruselas.

Estas ideas consisten en una reducción obligatoria del consumo eléctrico en los picos de consumo, capturar beneficios extraordinarios de empresas energéticas, limitar la asignación que recibirían renovables, hidráulica y nuclear en el sistema marginalista, aportar liquidez a las empresas con dificultades e imponer un precio máximo de compra al gas ruso.

"Lo importante es considerar que será un límite máximo en el precio de importación por tubería de gas ruso", subrayan al comentar esas ideas fuentes europeas, que precisan que "sería una medida al gas por gasoducto, que no es evidente que Rusia pueda venderlo a otro".

Sin embargo, Rusia no sólo exporta a través de gasoductos. Una pequeña parte del combustible viaja en barcos metaneros en forma licuada y llega a las costas de España, país que en julio y agosto se ha convertido en el mayor comprador del mundo de GNL ruso por delante de Francia, China, Bélgica y Japón, según los cálculos del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), con sede en Helnsinki.

El GLN ruso que importa España ha sustituido en parte al gas que compraba en Argelia, país con el que mantiene ahora una tensa situación diplomática a propósito del reciente apoyo de Madrid a las tesis marroquíes sobre el Sáhara occidental.

Según los datos del gestor del sistema en España, Enagás, las compras de gas a Rusia supusieron un 14,5% en julio, lo que supone un 10,7% en los siete primeros meses del año y un 9% en el cálculo interanual entre julio de 2021 y 2022.

Mientras tanto, Argelia ha dejado de ser el principal proveedor de España, con el 24,5% en lo que va de año y superada por EEUU (32,9%).

"El precio tope se aplicaría al momento de la importación, dejando la formación de precios para la venta de gas dentro del mercado interior no afectado. La medida bien puede ser utilizada por Rusia para justificar más interrupciones en los contratos existentes", plantea el Ejecutivo comunitario.

Y efectivamente, el presidente de Rusia, Valdímir Putin, ha amenazado a la Unión Europea con cortar todas las exportaciones de productos energéticos hacia la UE si Bruselas impone límites de precios.

"No suministraremos gas, petróleo, carbón, carburante para calefacción, no suministraremos nada", ha dicho Putin.

No obstante, las exportaciones energéticas rusas han caído y seguirán cayendo en volumen, aunque la carestía hace que Rusia ingrese más por vender menos. Desde agosto están prohibidas las compras de carbón ruso en la UE, a partir de enero se vetará el 90% del petróleo y trece países de la UE han visto ya cortado o limitado el suministro de gas.

El último de ellos Alemania, el mayor importador de gas ruso de la UE, al que Moscú ha ido reduciendo el bombeo de gas hasta cerrar el grifo del Nord Stream 1 la pasada semana.

El pasado agosto, las importaciones de gas ruso por tubería en la UE fueron de 3.000 millones de metros cúbicos (3 bcm) frente a los 11,4 bcm de agosto del año pasado.

"Nuestra exposición reducida al gas ruso, por otro lado, hace que la imposición de un precio tope para las importaciones de gas por gasoducto son una opción más factible", señala la propuesta de la Comisión.

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