La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
La Unión Europea (UE) crecerá de forma modesta pero sin caer en una recesión, ha asegurado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien dio también un mensaje de tranquilidad sobre la fortaleza del euro. "Nosotros no anticipamos una recesión en Europa", subrayó Barroso, tras la reciente advertencia de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, sobre el "inminente" riesgo de que la economía mundial vuelva a entrar en recesión.
A pesar de los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda y las dudas sobre el futuro de España e Italia, Barroso señaló en rueda de prensa que las previsiones de la Comisión Europea (Ce) indican que en la región si habrá crecimiento económico, que calificó de "modesto" sin dar más datos. El presidente de la CE efectuó estas declaraciones acompañado de la primera ministra de Australia, Julia Gillard, con quien se entrevistó poco antes al inicio de su visita oficial al país oceánico.
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) rebajó la semana pasada sus pronósticos de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de la Eurozonaal 1,7 % en 2011 y el 1,5 % en 2012 , por debajo del 1,9 y el 1,8 %, respectivamente, calculados con anterioridad. Pero al igual que Durao Barroso, la agencia crediticia descartó entonces una segunda recesión. Sobre el problema de la deuda de Grecia, Barroso subrayó que es "prematuro" hacer una valoración de los esfuerzos, a pesar de los temores de que en 2011 no se cumplan los objetivos de consolidación fiscal.
Asimismo, en Camberra el presidente de la CE expuso como ejemplo una serie de medidas adoptadas en el seno grupo de los Veintisiete para afrontar los problemas presupuestarios subyacentes y endurecer las medidas financieras. En concreto, Barroso mencionó la propuesta para las transacciones financieras o la llamada "tasa Tobin", un gravamen sobre el flujo de capitales que serviría a la UE como recurso propio de financiación. "Creemos que la industria financiera debería hacer una contribución más importante a la comunidad", acotó Barroso ante la jefa del Gobierno australiano, contrario a adoptar este tipo de medidas en el ámbito financiero.
Durante la reunión, Barroso y Gillard también hablaron sobre un próximo tratado de cooperación entre Australia y la UE, y de iniciar un diálogo a dos bandas con el objetivo de unificar los sistemas de comercio de emisión de CO2 en el futuro. La UE fue pionera en poner en funcionamiento un sistema de comercio de emisiones de gases de efecto invernadero (ETS, por sus siglas en inglés) hace seis años. Por su parte, el Gobierno australiano presentará ante el Legislativo un nuevo impuesto de unos 17,2 euros por emisión de una tonelada de CO2 con la intención de que entre en vigor a partir del próximo año. Este impuesto aumentará anualmente un 2,5 % en términos reales hasta 2015, año en que se dará paso a un esquema de comercio de emisiones similar al de la Unión Europea donde el mercado internacional fijará los precios.
La UE y Australia, ambos miembros del G20 tienen fuertes lazos bilaterales, entre los que destacan los comerciales y las grandes inversiones directas de empresas comunitarias en el país oceánico. Australia además fue el único país desarrollado que evitó los efectos de la última crisis financiera. "Esto es una realidad", dijo el presidente del Ejecutivo europeo.
Barroso realiza junto a la comisaria de Acción para el Clima, Connie Hedegaard, una visita oficial en Australia y el próximo miércoles se desplazará a Nueva Zelanda para reunirse con el primer ministro, John Key, y participar en el Foro de las Islas del Pacífico, hasta el próximo 9 de septiembre.
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