Balanzas Fiscales: ¿Ejercicio contable o instrumento de propaganda política?
Para calcular las balanzas fiscales, la última vez que se publicaron fue en el año 2008 con datos del 2005, se utilizan dos grandes métodos, el de carga-beneficio y el de flujo monetario.
Madrid/El buen uso de las balanzas fiscales puede suponer un ejercicio contable, que refleja el reparto de ingresos y gastos, o se puede transformar, con un uso interesado, en un instrumento de propaganda política, por el que algunas comunidades pretenden denunciar que dan mucho más al Estado de lo que reciben. Según han explicado diversos expertos en la materia, el uso que se ha hecho de las balanzas fiscales en el día a día político ha sido como instrumento de propaganda, de manera que las regiones ricas declaran que pagan mucho dinero, que luego, aseguran, no vuelve a sus autonomías.
Tras este mal uso político de las balanzas fiscales, lo que en realidad se esconde es un ejercicio contable, en el que se establece la diferencia entre los ingresos por impuestos que recibe el Estado en una comunidad y los gastos y la inversión que se destina a esa misma región. En este sentido, el economista del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Ángel de la Fuente ha puesto como ejemplo las embajadas españolas en el exterior, que no son de ninguna comunidad pero se hace en beneficio de toda España, por lo que "lo lógico es repartir el coste de la misma entre todas las comunidades".
"Eso es la balanza fiscal, el ejercicio de repartir ingresos y gastos", ha subrayado De la Fuente, antes de comentar que el problema es que "no es una ciencia exacta y los criterios que se usan para repartir ingresos y gastos varían y muchas veces cada uno arrima el ascua a su sardina". Algunos de los expertos consultados coinciden en señalar que mientras que Cataluña intenta hacer sus cuentas de forma que se refleje que pagan mucho y luego ese dinero no vuelve a ellos, otras regiones tienen un interés opuesto, y prefieren que no se vea mucho el superávit que tienen, es decir la cantidad de dinero que viene de fuera.
El economista del CSIC ha explicado que hasta ahora para calcular las balanzas fiscales -la última vez que se publicaron fue en el año 2008 con datos del 2005-, se utilizan dos grandes métodos, el de carga-beneficio y el de flujo monetario. En el de carga-beneficio, los ingresos y gastos se reparten entre las regiones en función de a quien beneficia o quien soporta la carga, que generalmente se hace en "proporción a la población" del territorio. Por el contrario, el flujo monetario, lo que hace es imputar a cada región sólo lo que se encuentra físicamente en la misma, y en este caso una embajada no se imputaría porque no se encuentra en ninguna comunidad. Por tanto, en el caso de Cataluña, que quieren que el déficit sea muy grande, les interesa utilizar el método "poco razonable" del flujo monetario, ha asegurado De la Fuente, porque su "interés político es demostrar lo mucho que les roban".
En este mismo sentido, Ezequiel Uriel miembro de Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y profesor de la Universidad de Valencia, ha señalado que el único enfoque posible para calcular las balanzas fiscales es el de "carga beneficio" y "ningún autor fuera de Cataluña" admite el enfoque del flujo monetario. Lo que ocurre, según Uriel, es que desde Cataluña insisten en este último método porque "de esa manera el déficit que sale es mayor".
Para identificar situaciones que necesitan corrección, De la Fuente se ha referido al País Vasco y Navarra, que en una situación de superávit fiscal y con una renta muy superior a la media de comunidades autónomas, reciben también subvenciones. El caso de Cataluña, sin embargo, "no es llamativo" -a su juicio- porque si se compara con otras regiones con niveles de renta altos como Baleares o Madrid "está donde le toca por renta".
Sin embargo, la Comunidad Valenciana tiene "una renta inferior a la media y déficit fiscal" y eso es algo que no se debería producir, según el economista, que considera que "las situaciones raras pueden servir de acicate para hacer las reformas que haya que hacer". Este es el sentido de las balanzas fiscales: "poder advertir de situaciones injustas" o por lo menos analizar qué puede estar ocurriendo en determinadas situaciones.
Las balanzas fiscales se publicaron por última vez en el año 2008 cuando gobernaba el PSOE, y aportaron datos del año 2005, que reflejaban que comunidades como Baleares, Madrid y Cataluña, aportaban más de lo que recibían. La decisión de publicarlas ahora después de cinco años encaja perfectamente con el espíritu de la "Ley de transparencia", según los expertos, aunque reconocen que también se debe a la decisión del Gobierno de dar una respuesta a Cataluña sacando los números para contratacar los datos del presidente de la Generalitat, Artur Mas.
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