La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Sevilla/BBVA Research, el servicios de estudios del banco, ha rebajado su previsión de crecimiento para la economía española hasta el 4,1% para 2022 y hasta el 3,3% para 2023, debido a la invasión de Ucrania por parte del Ejército ruso y a las sanciones asociadas, aunque se debe tener en cuenta que "la incertidumbre es muy elevada".
Así lo ha indicado el director del BBVA Research, Jorge Sicilia, en la presentación este jueves de la última edición del informe Situación España, en el que se detalla que además de la guerra hay otros riesgos para la economía, como el incremento de los precios -sobre todo de combustibles y electricidad- o los cuellos de botella.
Respecto a la inflación, podría terminar 2022 en un 7% y 2023 en un 2,5%, aunque podría moderarse este año si la Comisión Europea aprueba la propuesta de los gobiernos de España y Portugal para limitar el precio de la electricidad, añade el informe.
El responsable de Análisis Económico del BBVA Research, Rafael Doménech, ha insistido en que la exposición directa de España a la guerra es "limitada", ya que "las relaciones comerciales con Rusia y Ucrania son poco significativas, pero se concentran en sectores importantes como la energía o la alimentación".
No obstante, podrían verse afectadas de manera más directa las relaciones comerciales con la Unión Europea, ha explicado Doménech, quien ha añadido que otras cuestiones que podrían perjudicar a la economía española son los cuellos de botella, que podrían mantenerse en 2022, además de la volatilidad y la inflación, que llevan a un menor consumo y a una pérdida del poder adquisitivo.
A su juicio, la recuperación podría acelerarse en la última parte del año, apoyada por el consumo privado (gracias al ahorro acumulado y a las menores restricciones), el turismo y el buen comportamiento del mercado de la vivienda, además de los fondos NextGenerationEU, que "deberían impulsar un crecimiento más basado en la inversión".
Los economistas del BBVA coinciden en que las políticas públicas van a ser clave para minimizar los efectos de la guerra, aunque también la caída del precio de la electricidad y un pacto de rentas, ya que el desigual impacto de la inflación puede aumentar la conflictividad social.
Sobre la decisión del Gobierno de bonificar los carburantes, Doménech ha dicho que se trata de una medida general y "poco selectiva" que "no fomenta el ahorro en el consumo", además de que se produce en un país con "una de las fiscalidades (sobre los carburantes) más bajas de la Unión Europea".
Ha propuesto, además, un acuerdo para proteger a los sectores más vulnerables, con medidas fiscales selectivas para quien lo necesite, y una apuesta clara por las energías renovables y las tecnologías eficientes.
La economía española ha tenido un primer trimestre del año mejor de lo esperado y de hecho la mayoría de los indicadores apunta a que la actividad se mantiene fuerte, como la afiliación a la Seguridad Social - que continúa creciendo-, y la estabilidad en el número de personas en un ERTE, aunque Doménech ha reconocido que hay incertidumbres respecto a la evolución de las horas trabajadas y la productividad.
Preguntado por los próximos trimestres, ha comentado que se espera un "escenario de estancamiento" con una variación de PIB cercana a cero, aunque la realidad será muy diferente dependiendo de los sectores: construcción y servicios podrían estar en expansión, mientras que la industria podría tener "caídas significativas".
Sobre la política monetaria, los economistas del BBVA Research estiman que el BCE comience a subir los tipos a finales de año o a inicios del siguiente, aunque se espera que suban más en EE. UU. que en Europa.
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