Ayesa crea una división para ayudar a la transformación digital de la industria
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La multinacional sevillana concentra todos los servicios de tecnologías inteligentes para el sector manufacturero
Ayesa ha creado una división negocio denominada Factoría Digital, que concentra todos los servicios actuales de la compañía para la transformación digital del sector de la industria manufacturera.
Según señala la multinacional sevillana en una nota, su gran factor diferencial respecto a otras firmas es que "aborda la implementación de tecnologías inteligentes desde el prisma de la ingeniería industrial".
En este sentido, Pedro Sanz, director general del área, afirma que “digitalizar una fábrica ineficiente significa hacer una fábrica digital pero igual de ineficiente, que es lo que está ocurriendo en algunos casos. Por ello, nosotros buscamos la mejor solución en el mercado y la integramos aportando el valor añadido de la optimización de los procesos”.
Los proyectos ya desarrollados por el grupo en este ámbito van desde la fabricación de paneles solares para satélites hasta envases de plástico para cosmética. El servicio está enfocado a todo tipo de sectores como el agroalimentario, de productos de consumo y componentes electrónicos, oil&gas y otras materias primas.
"Aunque son las grandes compañías las que están invirtiendo más en la transformación digital, hay un gran recorrido para pymes industriales, incluso para las que ni siquiera han dado el paso de la automatización", señala Ayesa.
Factoría Digital es el resultado de tres décadas de experiencia en proyectos industriales, así como en sistemas de tecnología de la información y todo tipo de soluciones 'smart' para sectores estratégicos como el agua, la energía, la movilidad o la seguridad, basadas en big data, analytics y el machine learning, entre otras.
Para acercar el servicio a los clientes, Ayesa realiza un diagnóstico preliminar gratuito que se lleva a cabo en una jornada. "Basado en los objetivos y problemas principales identificados por la dirección, observamos las posibilidades y hacemos una propuesta que siempre tiene un punto de partida en los procesos. Normalmente entre el 15% y 20% de la mejora en eficiencia puede conseguirse sin tecnología nueva. A partir de ese punto buscamos mejoras adicionales aplicando tecnología, a veces disruptiva, a veces muy contrastada”, afirma Sanz.
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