Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Andalucía cierra un 2022 excepcional para el comercio exterior en sus dos sentidos. Por un lado, ha sido un año atípico porque la inflación ha elevado mucho el precio de los productos vendidos; y, por otro, ha sido un ejercicio de abultados récords. El último, el del mismo mes de diciembre, con unas ventas de 3.732 millones de euros, un 17,6% más que en mismo mes del año anterior. En cualquier caso, se trata del menor incremento mensual del año, lo que indica una cierta desaceleración.
En el conjunto de 2022, las empresas de la región han vendido al exterior por un valor de 42.957 millones de euros, un 24,3% más que en 2021, cuando ya se llegó a máximos históricos con 34.551 millones de euros. Las cifras marean: no solo se superan los 40.000 millones de euros de largo sino que la facturación se incrementa en 8.400 millones, según los datos publicados este jueves por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Algo nunca visto.
Pero igual que las exportaciones suben, las importaciones también lo hacen, y más aún. En 2022 Andalucía compró productos de otros países por 47.168 millones de euros, un 42% más que en 2021, o, lo que es lo mismo, casi 14.000 millones más. En solo dos años, este concepto se ha incrementado en nada menos que 17.000 millones de euros, un 43,16% más.
La mayor parte de la factura importadora, tres de cada cuatro euros, procede de la compra de productos energéticos.
El altísimo coste de las compras trae como consecuencia que el déficit comercial se eleve a 4.210 millones de euros, con lo que se le da la vuelta al saldo positivo de 1.364 con el que terminó 2021. Estamos ante el mayor déficit desde 2015 y el primero que se contabiliza en siete años.
En comparación con España, las exportaciones se elevan en mayor medida en la región, no mucho, (un 24,3% frente al 22,9% nacional, que también bate récords con casi 390.000 millones), pero la cuota autonómica de Andalucía se mantiene en el 11%, un nivel en el que se ha estabilizado en los últimos años con leves oscilaciones hacia arriba y hacia abajo.
Las importaciones también se disparan más en el sur: un 42% en Andalucía y un 33% en el conjunto del país, hasta 457.321 millones. Y aunque las compras en Andalucía crecen más, el déficit comercial es menos acusado, ya que la tasa de cobertura (relación entre exportaciones e importaciones) se sitúa en el 91,1% frente al 85,1% nacional.
Las ventas al exterior están en récord en euros, pero no en toneladas, lo que quiere decir que se vende lo mismo, o incluso menos, pero a un mayor valor. Según los datos de Datacomex, la plataforma del Ministerio de Industria dedicada al comercio exterior, las empresas de Andalucía transportaron a otros lugares del mundo 36,5 millones de toneladas, cuatro millones menos que en 2021.
Eso quiere decir que en 2021 cada tonelada exportada se vendió por 885 euros y en 2022 se elevó el precio a 1.175 de media. Se trata del mayor incremento de la historia, del 32%, muy superior a la inflación general y también bastante superior al incremento de los precios de exportación que refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE), un 16,9% de media en 2022. A esta inflación de precios puede haber contribuido que determinados capítulos exportadores con un alto valor, como el de la aeronáutica y el de barcos, se hayan disparado de forma espectacular en 2022.
Con las importaciones pasa algo parecido, con un volumen vendido de 46,2 millones de toneladas, muy similar al de 2021 pero con un mayor valor por el aumento de los precios.
Por capítulos exportadores, los productos energéticos (con Huelva y Cádiz como núcleos principales) son los que más crecen en ventas al exterior, un 50%, hasta casi 8.200 millones y el 20% de las ventas totales, aunque conforme pasan los meses va perdiendo peso. El sector alimentario mantiene su pujanza, con casi 14.000 millones, un 14% de aumento y el 30% de cuota, con un aceite de oliva fuerte; y otros sectores como el químico se van a los 4.800 millones con un incremento superior al 27%. Sin embargo, apartados como el de bienes de consumo duradero (electrodomésticos, aparatos electrónicos, muebles, etc.) apenas crecen, y otros como el de manufacturas (textil, joyería, etc.) descienden un 14%.
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