Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
El mercado laboral andaluz registra en el arranque de 2022 datos paradójicos y difíciles de analizar. Por un lado, el empleo se reduce en 32.000 personas -según la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE)- pero, por otro, el paro también baja, y nada menos que en 45.900. Hasta el punto de que la tasa de desempleo desciende por primera vez del 20% desde el tercer trimestre de 2008 (19,43%). Además, el número total de parados 775.900, supone alcanzar una cifra más baja que en el peor momento de la pandemia y el mejor dato desde el cuarto trimestre de 2008.
Por partes. La reducción de la ocupación se concentra en Cádiz y Málaga. Entre las dos, suman 42.100 puestos de trabajo menos respecto al cuarto trimestre, más que el total andaluz. En el resto de provincias, las bajadas son más suaves o inexistentes, excepto en Sevilla, donde sí se registra una fuerte subida.
Todo eso indica que en los últimos meses del año 2021 tanto Cádiz como Málaga se beneficiaron en gran medida del alargamiento de la campaña turística para favorecer la llegada tardía del visitante extranjero. Y en los primeros meses de 2022 ha llegado la resaca. No parece que ni la inflación ni la guerra de Ucrania o la huelga de transportistas hayan tenido un efecto significativo.
Pero hay otra razón, quizás de mayor peso, porque el retroceso turístico solo afecta a dos provincias. De los 32.000 empleos que se pierden 25.600 proceden del sector público y 6.400 del privado, lo que significa que las administraciones han empezado adelgazar tras las contrataciones, sobre todo en educación y sanidad, para hacer frente a la pandemia. También bajan, y bastante, los trabajadores por cuenta propia, ya sean autónomos o empresarios. En el primer trimestre son 17.500 menos. Los únicos que suben son los asalariados del sector privado. Son 9.600 más.
El efecto de la reforma laboral -que elimina el contrato de obra y servicio y fomenta la modalidad de fijo discontinuo- ya se deja notar. El número de personas con contrato indefinido en Andalucía aumentó en el primer trimestre en 42.600 personas, hasta la cifra total de 1.824.100, récord absoluto desde que hay estadísticas. Esto, unido a la destrucción de empleo temporal (hay 58.500 menos, en algunos casos porque van al paro o la inactividad y en otros porque se convierten en fijos) hace que baje la tasa de temporalidad hasta el 32,2%, dos puntos menos que en el cuarto trimestre desde 2021. Pese a la mejoría, este indicador está más de siete puntos por encima de la media nacional.
Ese descenso del empleo no se ha traducido en un aumento del paro, que es lo que dice la lógica. La realidad es que, desde el punto de vista estadístico, los que han abandonado su trabajo en estos tres meses no han pasado al paro sino que se han borrado del mercado laboral (han pasado a ser inactivos, ya sea por estudios, porque se jubilan o por dedicarse a labores del hogar) y, además, muchos de los que estaban en lista de espera para trabajar también se han bajado del carro. En total, 77.900 personas abandonan la población activa en tres meses, el mayor número de la historia estadística en un primer trimestre.
En esta situación, baja la tasa de paro algo más de medio punto porcentual (la caída hubiera sido mayor si no hubiera disminuido tanto la población activa) y se sitúa por debajo del 20%. La caída tiene bastante de artificial, ya que en cuanto esa bolsa de inactivos vuelva a buscar trabajo el desempleo subirá, irremediablemente.
Hay que decir, por otro lado, que en esta ocasión la reducción de los activos es casi igual en hombres que en mujeres (normalmente es algo que le afecta más a ellas) y que conforme se avanza en edad va aumentando la 'deserción' del mercado laboral. El mayor descenso se da entre los mayores de 55 años, de hecho (+22.500).
Por sectores, el mayor responsable de que el empleo se reduzca es el de la industria (-17.800), que sufre su mayor caída del empleo en un primer trimestre desde 2008 (cuando se inicia la serie estadística). Esta evolución sí puede ser debida a la subida de los gastos energéticos y a la inflación. A cierta distancia se sitúan los servicios (-11.800) y la agricultura (-6.600), mientras que la construcción es la única actividad que crea empleo: 4.400 trabajadores más.
En tasa interanual, Andalucía va bien, al menos en lo que a los números fríos se refiere. En el último ejercicio reduce el paro en 112.000 personas (hasta 3.217.800) y eleva la ocupación en 165.500 (hasta 775.900). La reducción del paro es algo menor, porcentualmente, que la nacional (12,61% frente a 13,11%) pero sí se crea más empleo (5,42% frente a 4,57%)
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