Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Sevilla/Andalucía podría albergar 334 plantas de biometano –una fuente de energía renovable y autóctona– aprovechando principalmente los residuos agrícolas y ganaderos, lo que se traduciría en un potencial de 23,6 TWh/año (14,5% del total nacional) que permitiría atender el 47% de la demanda de gas natural de toda la región.
Esta es una de las principales conclusiones del informe Estudio de la capacidad de producción de biometano en España, elaborado por la Asociación Española del Gas, Sedigas, en colaboración con PwC y la consultora especializada Biovic, con el objetivo de analizar el potencial nacional de este gas renovable y aportar conocimiento que ayude en la definición de sus planes de desarrollo y en la estrategia nacional de descarbonización.
La puesta en marcha de estas plantas en suelo andaluz movilizaría inversiones por valor de 5.476 millones de euros, el equivalente a un 3,64% del PIB de la región en 2020. A esta cifra habría que añadir la necesaria para conectarlas a las redes de gas ya existentes, que sumaría otros 470 millones de euros, un grado de inversión que se vería favorecido por la ubicación del 74% de las plantas en municipios en los que ya existe red de gas.
Esta apuesta tendría, además, un impacto positivo sobre el empleo en Andalucía, dado que se traduciría en la creación de 3.148 puestos de trabajo directos y 5.315 indirectos asociados a la operación recurrente de las plantas, así como 5.010 empleos directos y 66.800 indirectos asociados a la construcción de las mismas.
Andalucía, con una superficie de cultivo de olivar superior a las 1.500.000 hectáreas, cuenta con el mayor sector agroalimentario de España. La producción de aceite es una de las actividades más importantes de la región, de donde procede el 80% de la producción de todo el país.
Además, destacan otros cultivos como son la fruta, los vegetales frescos y los cítricos, que suponen el 40% de la producción en todo el territorio nacional en el caso de la fruta, casi el 50% en el de los vegetales, y 30% de los cítricos. De esta forma, los residuos agrícolas (especialmente del cultivo de cereales como la paja, y del olivar, como los alperujos y orujos) suponen el 26% del potencial de generación de biometano en Andalucía (6 TWh/año), convirtiéndose así en la principal fuente de generación en Andalucía.
Otros sustratos con potencial de generación de biometano son los ganaderos, ya que podrían generar 2,3TWh/año. A estos habría que sumar la biomasa forestal residual y los cultivos intermedios, que, en caso de desarrollarse, podrían generar 10TWh/año. Los residuos agroalimentarios también podrían generar hasta 1 TWh/año.
El informe identifica tres tipos de instalaciones con potencial de implementación en la región: 255 plantas que utilizan residuos agroalimentarios, ganaderos, agrícolas y lodos de EDAR, 20 plantas de obtención de biometano a partir de la gasificación de la biomasa forestal residual, y 50 plantas que utilizan como sustrato los residuos generados por los cultivos intermedios.
Jaén concentraría el mayor potencial de producción de biometano con 3,4 TWh/año. Esto se debe a que esta región cuenta con un fuerte carácter olivarero, cuyo potencial de generación de biometano es mayor que otros residuos.
En Sevilla y Córdoba, donde se generan más residuos procedentes de la industria (4,5 y 3 millones, respectivamente), el potencial de producción de biometano suma 3 TWh/año en ambas provincias. Estas tres regiones (Jaén, Córdoba y Sevilla) podrían albergar 52, 60 y 74 plantas de biometano respectivamente para dar una solución medioambiental a sus residuos. Asimismo, se estima que se podrían implementar 148 plantas más en el resto de las provincias.
Actualmente existen 34 plantas de biogás, 3 plantas agroindustriales, 23 asociadas a EDAR y 8 asociadas a plantas de tratamiento de FORSU (fracción orgánica de residuos sólidos urbanos) en Andalucía. Estas plantas, según su potencia instalada, tienen capacidad para generar 715 GWh/año, pero ninguna de las plantas de biogás existentes tiene como objetivo el tratamiento de las deyecciones ganaderas o de residuos de la industria olivarera.
En palabras de Joan Batalla, presidente de Sedigas: “Los resultados de este informe ponen de manifiesto la oportunidad de Andalucía de apostar por los gases renovables y, más concretamente, por el biometano, una solución verde y eficiente en costes para avanzar en la descarbonización. No hay que olvidar que su desarrollo está íntimamente ligado al mundo rural, ya que los residuos ganaderos y agrícolas son una de las principales materias primas para su producción, por lo que su despliegue aportaría mayor riqueza a la economía regional”.
Aun así, una vez cuantificado el potencial de Andalucía en la producción de biometano, su despliegue depende de la superación de una serie de barreras.
“Desde Sedigas consideramos que existen dos principales retos a abordar: por una parte, la necesidad de impulsar y facilitar, a través de incentivos, la conexión de las potenciales plantas a la red gasista ya que, debido a la amplia extensión de la región, la red de gas no abarca la totalidad del territorio”, explica Batalla. “Por otra parte, las administraciones deberían priorizar la valoración energética de los residuos agrarios para la producción de energía renovable frente a otro tipo de valorizaciones”, afirma.
El biometano es un gas renovable de características análogas al gas natural convencional cuya importancia en la transición energética se ha puesto de relevancia especialmente desde el comienzo de la crisis de precios y de suministro derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. De hecho, el Plan REPowerEU de la Comisión Europea, concebido para acelerar la desconexión de Rusia, le otorga un papel protagonista en la consecución de los objetivos de independencia energética europeos, ampliando hasta los 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo comunitario de producción para 2030.
El principal valor de este gas renovable reside en que sus posibilidades de desarrollo son especialmente palpables en sectores de difícil electrificación por la naturaleza de sus actividades y en que permite el aprovechamiento de multitud de residuos, solucionando el problema de gestión existente en España e impulsando, por tanto, la economía circular. Asimismo, se evitaría la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano que, de otra manera, se liberarían a la atmósfera de forma natural por la descomposición de los residuos reutilizados para generarlo.
España en su conjunto cuenta con un potencial de producción de biometano de 163 TWh/año, una cifra que permitiría cubrir en torno al 45% de la demanda nacional de gas natural y cuyo desarrollo podría haber supuesto un ahorro de unos 4.000 millones de euros a los consumidores en su factura energética en 2022, por la reducción de las compras a países terceros.
La materialización del potencial español de producción de biometano supondría, asimismo, un importante impulso al desarrollo socioeconómico local, ya que conllevaría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas a lo largo de todo el territorio, con una inversión asociada estimada de 40.500 millones de euros -el equivalente al 3,6% del PIB- y la generación de cerca de 62.000 empleos, entre directos e indirectos, asociados a su operación y mantenimiento
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