Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Comercio electrónico
Sevilla/Cada vez que un cliente hace click en la web o en la aplicación de Amazon y finaliza el proceso de compra de un artículo, empieza una carrera contrarreloj para cumplir una de las señas de identidad del gigante del comercio electrónico: entregar el pedido en el plazo comprometido con el comprador.
El líder de esa carrera contrarreloj en Europa está en Dos Hermanas, en la provincia de Sevilla.
El centro de empaquetado nazareno, lo que internamente se llama un Fulfillment Center, y que llevan el nombre del código del aeropuerto internacional más cercano, SVQ1, es la planta de Amazon más ágil del continente: el que menos tiempo tarda en tener listo un paquete para que pueda ser entregado cumpliendo el plazo comprometido. En SVQ1 son capaces de hacerlo en 89 minutos.
La marca tiene detrás el esfuerzo combinado de 1.500 trabajadores y una avanzada tecnología logística: robots, cámaras y sensores para que todo funcione.
Esta enorme fuerza laboral trabaja en tres turnos diarios prácticamente las 24 horas y siete días a la semana. “Sólo los sábados y los domingos entre las cuatro y las siete de la mañana se paraliza para labores de mantenimiento”, explica Alberto Palomo (Madrid, 1994), el ingeniero industrial que dirige el SVQ1 Fulfillment Center y quien entró a trabajar en prácticas en la compañía en 2016, en una reciente visita realizada por este periódico a la plataforma logística de Amazon, ubicada en el Polígono La Isla de Dos Hermanas.
Son 180.000 metros cuadrados construidos en cuatro plantas, tres de ellas dedicadas al almacenamiento de los productos que serán empaquetados y etiquetados antes de enviarlos a delivery stations de toda Europa, pero con especial incidencia en las que están en Andalucía: Sevilla capital, Málaga, El Puerto de Santa María y Alcalá de Guadaíra. En cada una de las tres plantas de almacenaje hay mil robots y 18.000 estanterías para alojar los productos a la venta, propios de Amazon o de terceros que venden a través de su canal de comercio electrónico.
Esas tres plantas albergan como media unos 20 millones de productos en el centro nazareno, que puede llegar a los 25 millones en periodos de alta demanda, como los meses que van desde el viernes negro y el cibermonday hasta los Reyes Magos, incluyendo la Navidad, así como el Prime Day.
La superficie está enrejada y los operarios actúan desde fuera. Los robots mueven con gran precisión las estanterías para proceder tanto a la entrada de productos como a la retirada para que pasen a la planta baja, donde se realiza el proceso de empaquetado y etiquetado.
En un día de alta demanda, el centro es capaz de preparar más de medio millón de paquetes diarios. El promedio en los tiempos de demanda normalizada está entre 250.000 y 300.000 paquetes.
Los operarios no ven nunca los datos del destinatario cuando preparan los típicos paquetes o sobres de cartón con la flecha en forma de sonrisa que los clientes reciben en sus domicilios. Un proceso posterior, automatizado y sin que toque el paquete –mediante sopladores– adhiere la pegatina que ya identifica al comprador y el lugar de entrega del pedido. Y de ahí a las sacas para esperar a los camiones que van a los centros de reparto, todo en el tiempo límite de 89 minutos.
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