La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Wiesbaden/Alemania alcanzó en 2011 un nuevo récord de empleo con más de 41 millones de trabajadores registrados y con domicilio en este país, el mayor número desde la reunificación de 1990, anunció la Oficina Federal de Estadística (Destatis). El instituto público con sede en Wiesbaden, en el centro del país, señaló que Alemania tuvo en 2011 una media de 41,04 millones de personas con trabajo registrado, lo que supone un incremento del 1,3 % o 535.000 personas frente a 2010.
Destatis explicó que el pasado año el número de desocupados se redujo en 446.000 personas hasta 2,5 millones de media.
Asimismo subrayó que el aumento de empleo afectó prácticamente a todos los ámbitos laborales, pero sobre todo al sector servicios, con un aumento del 4,2%, en agricultura y pesca un 2,3%, en industrias productivas un 1,7% y en construcción un 1,6%.
Se registró asimismo un notable aumento de la oferta de puestos de trabajo, según comunicó también hoy la Agencia Federal de Empleo, que atribuye este incremento a las ampliaciones de plantilla derivada de la buena marcha de economía alemana.
La Agencia Federal de Empleo dará a conocer el martes la cifra de desempleados correspondiente a diciembre -en noviembre el índice del paro estaba en el 6,4 %-. Los expertos del departamento estiman que el cómputo de trabajadores se incrementará incluso el próximo año, a pesar de la previsible ralentización del crecimiento económico del país, de manera que podría alcanzarse la cifra de 41,24 millones de personas con trabajo.
El alto número de ciudadanos con trabajo se debe, apunta el semanario Der Spiegel, a que la cifra incluye también a los millones de personas empleados a sueldos mínimos o en la modalidad de minijob. Este semanario advertía ya la semana pasada de que Alemania se está convirtiendo en un país de "sueldos baratos", no sólo en la económicamente deprimida mitad este del país, sino también en los estados federados más prósperos.
Unos cinco millones de alemanes trabajan por lo que dicho semanario calificaba de "sueldos de hambre", a veces por debajo de los 6,5 euros la hora, en empleos regulares. A estos trabajos regulares de baja remuneración se unirían los aproximadamente siete millones de personas que lo hacen en régimen de "minijob", fórmula que implica un sueldo máximo de 400 euros mensuales y un límite de 40 horas mensuales.
La fórmula del minijob fue impulsada dentro del programa de reformas estructurales denominado Agenda 2010 del canciller socialdemócrata Gerhard Schroder (1999-2005), en cuya etapa final se llegó a la marca de cinco millones de desempleados. Originariamente iba a ser una fórmula "puente", para favorecer la reincorporación al mercado laboral de los desempleados. En la práctica, sin embargo, se ha establecido como un tipo de trabajo precario que acaba convirtiéndose en un callejón sin salida y que, además, hipoteca la jubilación futura de esos trabajadores, dada su mínima contribución al seguro obligatorio.
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