Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Hay plantas que sí cuentan para Airbus y otras que no. De las siete factorías que tiene la compañía en España -las civiles de Getafe, Illescas y Puerto Real; y las militares de Tablada, San Pablo (ambas en Sevilla), Barajas y El Puerto de Santa María- hay tres que centran especialmente la atención del grupo aeronáutico de cara al futuro. Dos de ellas en positivo y una en negativo. El tándem de las afortunadas lo conforman Illescas (Toledo) y Getafe (Madrid), mientras que, en el otro lado de la balanza, se encuentra el CBC (Centro Bahía de Cádiz) de El Puerto de Santa María.
Las dos primeras están acaparando fuertes inversiones por parte de la compañía para apuntalar su futuro -casi 700 millones entre ambas- y, sin embargo, la última figura en la lista negra de factorías de las que Airbus quiere desprenderse -la primera española en sumarse a otras afectadas en Francia, Alemania o Inglaterra.
Illescas es intocable porque es el centro de excelencia de Airbus en fibra de carbono, el material de futuro dentro de la fabricación de aviones. Getafe representa la gran apuesta de la compañía en un negocio de inmensas oportunidades en el mercado, el de los aviones cisterna o tanqueros -especializados en el abastecimiento de combustible en vuelo-. Y, sin embargo, la fábrica gaditana, dedicada a chapistería, montaje, fibra de carbono -pero de forma más testimonial- y conformado superplástico, es considerada por la empresa como no estratégica. Y es que la mayoría de sus líneas de actividad -menos los superplásticos- están desarrolladas de forma más avanzada por otras factorías que logran hacerle sombra: Puerto Real y Getafe en montajes automatizados, e Illescas en composites o fibra de carbono. De ahí que Airbus busque una salida para la planta, como por ejemplo, integrarla en algún subcontratista de primer nivel como Aernnova, después de que Alestis Aerospace le diera calabazas.
En contraste con la situación andaluza está el momento de expansión de Illescas y Getafe. La planta de Toledo está llamada a convertirse en el centro de excelencia de composites avanzados de Airbus, ya que representa el 50% de las aplicaciones de fibra de carbono de la compañía y el 10% del consumo aeroespacial mundial. "En Illescas vamos dos o tres pasos por delante del resto del mundo y debemos garantizar nuestra continuidad como líderes en esta tecnología", indica Rafael González Ripoll, vicepresidente de Airbus Operations.
Quizá por ello, se añadirá a las instalaciones actuales una nueva planta para fabricar las alas del A350, avión de pasajeros que vendrá a competir con el 787 de Boeing. La nave tendrá 140.000 metros cuadrados -75.000 construidos- y empezará a producir las primeras alas en fibra de carbono en febrero de 2010, aunque no estará completamente terminada hasta 2011. La ampliación absorberá una inversión de 570 millones de euros, incluido el equipamiento, listo para dar salida a 13 aviones al mes. Las primeras entregas del A350 están previstas para 2013.
Para Getafe las cosas también pintan bien. A la reciente construcción de dos hangares para el programa de aviones tanqueros, con un desembolso de unos 60 millones de euros, se suma la intención de construir otro por más de 30 millones. Todo ello para impulsar la conversión de modelos A330 en aviones cisterna, uno de los nichos de mayor futuro para la compañía.
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