Airbus acuerda con los gobiernos un plan para salvar el A400M
Aeronáutica
El calendario de entregas se flexibilizará, así como el desarrollo de capacidades
La firma asumirá un "significativo" incremento de las provisiones de 2017 para reducir riesgos futuros
Airbus y los países del avión de transporte militar A400M, cuyo montaje final se realiza en Sevilla, han llegado a un principio de acuerdo para revisar el contrato de lanzamiento del avión firmado en 2003. Para ello, han firmado una declaración de intenciones en la que se flexibiliza el calendario de entregas y se establecer una hoja de ruta para desarrollar y completar las capacidades de la aeronave, según informó este miércoles la compañía aeronáutica. La previsión es que la agencia de defensa europea, la Occar, que representa a los siete países (España, Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Reino Unido y Turquía) y Airbus negocien los detalles del acuerdo y lo firmen a finales de 2018.
A lo largo de su historia, el programa ha sufrido numerosos problemas, que han conducido a un sobrecoste sobre el presupuesto inicial (18.000 millones de euros) de más de 7.000 millones. Ya en 2010 los países tuvieron que acudir al rescate del A400M con una aportación de 3.500 millones y en los últimos años los problemas con las cajas reductoras (una especie de caja de cambios) han obligado a Airbus a realizar fuertes provisiones anuales. El año pasado, hasta el tercer trimestre, había asumido 150 millones extra con cargo a 2017 después de que en 2016 fueran 2.220, pero Airbus reconocía este miércoles en el comunicado que probablemente habrá un incremento (respecto a los 150 millones) que "podría ser significativo". Esta última provisión permitiría a Airbus, "con una hora de ruta clara, limitar la exposición residual de cara al futuro". El comunicado no menciona nada sobre una revisión de las multas por los retrasos, pero según fuentes de Airbus es algo que está implícito en el acuerdo y que en todo caso se dilucidará en la negociación sobre los detalles que se inicia ahora.
El presidente ejecutivo, Tom Enders, se había quejado en varias ocasiones de que el contrato actual obligaba a Airbus a asumir un ritmo muy alto de producción a un coste elevado. Este miércoles, en el comunicado, afirmó que, independientemente de los problemas, el A400M ha sufrido "los efectos de un contrato inadecuado y un presupuesto insuficiente", que "han provocado pérdidas significativas para Airbus como contratista principal". "Tenemos una buena oportunidad para detener, o, al menos, reducir el flujo de pérdidas ahora y entregar las capacidades que necesitan nuestros clientes", aseguró Enders.
La compañía lleva desde febrero de 2017 intentando renegociar el contrato original, ya que los sobrecostes y las sanciones a las que se enfrentaba ponían en riesgo el propio futuro del A400M, del que dependen miles de trabajadores en Sevilla y Cádiz y la actividad de la industria auxiliar.
El país más reticente siempre fue Alemania, principal contribuyente del programa, que no estaba dispuesta a perdonar las multas por los retrasos. España ha mantenido una postura mucho más conciliadora y de hecho, en una visita a Sevilla en 2016, el entonces ministro de Defensa, Pedro Morenés, se mostraba partidario de dilatar las entregas ante las dificultades presupuestarias para asumir compras del avión en un corto espacio de tiempo. España, además, se enfrenta a otro problema: ha encargado 27 aviones, pero de ellos 13 están, teóricamente, destinados a la exportación. Si renunciara a estos últimos tendría que abonar una multa de 243 millones. Ahora mismo no hay ningún país -salvo Malasia, al principio del programa- al que Airbus haya conseguido exportar, por lo que la no contratación por parte de España de estos aviones podría erigirse en un elemento negociador en la revisión del contrato.
La falta de compradores -más allá de los países contratistas y Malasia- es un problema más, y es una de las razones que ha obligado a reducir la producción del A400M de 20 a 15 unidades en 2018 y 11 en 2019. La previsión de entregas este año (20) se mantienen, ya que hay un stock en las plantas de Sevilla derivado de los problemas tras el accidente de 2015 y los fallos de la caja reductora. De todas formas, mientras no haya más exportación el menor ritmo de producción se alargará en el tiempo para prolongar la vida del programa y dar tiempo al mercado a reaccionar.
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