Airbus admite nuevos retrasos y sobrecostes en su avión A400M
Habrá demoras en las entregas de 2015 por complejidades técnicas no previstas y problemas con proveedores alemanes
El avión militar A400M, cuyo montaje final se realiza en Sevilla, se enfrenta a tres serios problemas que lo abocan inevitablemente a nuevos retrasos y sobrecostes. El primer lugar, las mejoras de las capacidades militares que se tienen que introducir en la aeronave están resultando "más complejas de lo previsto", según fuentes de Airbus, compañía impulsora del proyecto. En segundo lugar y, como consecuencia directa, algunos de los países compradores quieren posponer la aceptación de sus pedidos hasta que los aparatos cuenten con las características pactadas. Y en tercer lugar, la producción está teniendo "dificultades" con el ramp up o lo que es lo mismo con el aumento de su cadencia a causa de "fallos en la cadena de suministro", sobre todo, de proveedores de Alemania.
Airbus reconoció ayer en una nota en la que comunicó los resultados de la compañía en los nueve primeros meses del año que el A400M experimenta una "evolución negativa en costes y riesgos", lo que está obligando a la dirección a prestar una "rigurosa atención" al programa. De hecho, en estos momentos están evaluando el impacto que los mencionados problemas tendrán en el calendario de entregas del avión y en las cuentas del grupo aeroespacial europeo.
Fuentes de Airbus consultadas por este periódico avanzaron ayer que el programa sufrirá retrasos, sobre todo, a lo largo del año que viene, cuando está prevista la entrega de 20 aeronaves. "No podemos determinar si se tratará de dos meses, cinco o siete", indicaron, "pero trataremos de paliar los problemas lo antes posible". Por un lado, la compañía se tendrá que emplear a fondo en solucionar "retos de funcionalidad de tipo militar", en áreas como el lanzamiento de cargas, la instalación de soluciones tácticas avanzadas o el repostaje en vuelo. Y, por otro, deberá negociar con los países clientes cuándo se implementarán esas mejoras en las aeronaves y su repercusión en los plazos de entrega previstos.
Los sobrecostes derivados de los rediseños necesarios -horas de trabajo, ingeniería, nuevos materiales...- los absorberá por completo la compañía. "Un avión militar no entra en servicio con todas sus funcionalidades, sino que durante un periodo de tiempo se van implementando mejoras; en el caso del A400M no dispondrá de todas sus capacidades completas hasta 2018; es como si fuésemos subiendo peldaños, pero lo que ha ocurrido es que algunos de esos pasos están resultando más complejos de lo previsto", explican las fuentes.
Y, precisamente porque los requisitos que debía cumplir no están al día, algunos Estados intentan retrasar la recepción de los aviones. "En la planta de ensamblaje final (FAL) de Sevilla hay ya ocho aeronaves terminadas pero sin entregar por las pegas que están poniendo los clientes", explican. De las diez entregas previstas de aquí a finales de año, las únicas seguras son la del primer aparato para Reino Unido -se produjo ayer- y el primero para Alemania -a finales de mes-. Otra consecuencia de los retrasos en las capacidades militares de los aviones es que el pasado uno de noviembre se activó una cláusula contemplada en el contrato por la que los países podrían cancelar parte o la totalidad de sus pedidos, aunque Airbus indicó ayer en su nota que lo considera "altamente improbable".
Por último, el programa se enfrenta a la dificultad de acelerar su cadencia de producción al ritmo esperado. ¿La culpa? De la cadena de suministro, sobre todo, de proveedores alemanes que no están cumpliendo con los requisitos de calidad de Airbus, además de no suministrar el volumen de piezas exigido, según las fuentes consultadas. "Estamos actuando y ayudándoles a encauzar su gestión para que no nos impacten más", concluyen.
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