Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Sevilla/El concurso de acreedores de Abengoa SA no afectará a la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus), creada hace 30 años por la multinacional sevillana fundada en 1941 por los ingenieros Javier Benjumea Puigcerver y José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua, junto con tres amigos y otros familiares.
Los valiosos fondos pictóricos, bibliográficos o el propio órgano de Gerhard Grenzing que forman parte del patrimonio de la fundación creada cuando Abengoa cumplió 50 años, en 1991, permanecerán ajenos al proceso concursal que se desarrolla en Sevilla desde el pasado 26 de febrero.
Ello es así porque Focus y Abengoa mantuvieron siempre, por deseo de sus fundadores, una absoluta independencia jurídica pese a sus fuertes vínculos.
La compra en julio de 2007 de Santa Rufina, el cuadro de Diego de Velázquez, ganado en subasta en Londres por 12,47 millones de euros, supuso un hito que dio un nuevo giro a Focus, establecida en el Hospital de los Venerables, histórico inmueble que sigue siendo propiedad del Arzobispado sevillano, pero que la fundación rehabilitó y mantiene. Justo ahora financia unos trabajos para mantener y consolidar los frescos que existen tras el órgano que resultaron afectados por una filtración de la cubierta del templo.
Desde entonces, Focus, con el apoyo constante de los accionistas históricos de Abengoa, fue ampliando el patrimonio pictórico que ahora tiene. Fruto de esta apuesta estratégica, Focus adquirió el cuadro anónimo del siglo XVII Vista de Sevilla, en 2008; la primera Inmaculada pintada por Velázquez, o la Santa Catalina de Murillo, ambos en 2009.
Todos ellos son propiedad de Focus y no de Abengoa y por ello no formarán parte de los activos del concurso de acreedores. De hecho, cuando en 2015 Abengoa entró en crisis, la fundación tomó algunas decisiones para fortalecer su patrimonio, como que la Santa Rufina pasase a ser parte de la dotación fundacional.
Actualmente sólo una obra de la colección permanente del Centro Velázquez, el San Pedro penitente de los Venerables, de Bartolomé Esteban Murillo, está afectada por el concurso de acreedores.
Este cuadro fue comprado en 2014, pero al contrario que en los demás fondos, fue adquirido directamente por Abengoa, “porque así lo aconsejaron desde la compañía” –recuerda la directora general de Focus, Anabel Morillo–, que consideró que en aquel momento, por cuestiones de regulación de los mercados, era preferible que lo adquiriese la multinacional, aunque con el objetivo de donarlo a Focus quedó establecido desde el principio.
Se trata de uno de los mejores cuadros de la colección y que más sentido tiene que forme parte de ella. El San Pedro fue pintado en 1675 por el sevillano para la iglesia del hospital de Los Venerables. La obra fue una de las 999 pinturas –en su mayoría de Murillo– confiscadas y almacenadas en El Alcázar durante el expolio de las tropas napoleónicas mandadas por el mariscal Soult en 1810, en la Guerra de la Independencia.
Abengoa y Focus trabajaron, de la mano de Gabriele Finaldi, para localizar y comprar este cuadro, a partir de una imagen de la fototeca de Alfonso Emilio Pérez Sánchez, que es parte del patrimonio de Focus también. El cuadro se localizó en una casa de la isla de Man y se pudo comprar, por unos seis millones, tras autorizarlo el Gobierno británico, entre otras razones porque el murillo regresaba al lugar original para el que fue concebido por el artista.
Pero la crisis de Abengoa, a partir de 2015 truncó que se completase la donación y es parte del patrimonio de la multinacional. Eso sí, el cuadro está pignorado como garantía de la deuda con la Seguridad Social de la empresa, un hecho que tendrá que ser tenido en cuenta en el concurso y que juega a favor de su permanencia en Sevilla y en Los Venerables.
Salvo ese caso puntual, aunque relevante, el patrimonio está a salvo del concurso y de una hipotética liquidación de Abengoa SA si éste no puede levantarse.
Tan diferenciada es la personalidad jurídica de la fundación que ésta se llamaba Focus-Abengoa en virtud de un convenio con la multinacional. Un acuerdo que ya no está vigente y que hace que ya sólo se denomine Focus.
Actualmente, el patronato de Focus lo integran, en orden alfabético, Juan José Asenjo Pelegrina (administrador apostólico de Sevilla), Felipe y Javier Benjumea Llorente, Antonio-Miguel Bernal Rodríguez, Isabel Montes Romero-Camacho, Francisco García Novo, Santiago Grisolía, Luis Manuel Halcón de la Lastra, Rosario Parra Cala, Gabriel M. Pérez Alcalá, Antonio Pulido Gutiérrez (presidente de la Fundación Cajasol), Cristóbal Salas Jarones, Miguel de Solís y Martínez-Campos y Juan Suárez Ávila. Halcón de la Lastra ejerce de vicepresidente y la presidencia está vacante desde noviembre de 2020, una vez que no se renovó a Gonzalo Urquijo tras ser destituido como presidente de Abengoa.
En la etapa de Urquijo, Abengoa dejó de aportar fondos a Focus ante su situación financiera, lo que obligó a buscar alternativas para financiarse. Incluida la venta de patrimonio (entre ellos un cuadro de Antonio López y otro de Fernando Botero). El Estado ha bloqueado la venta al extranjero de la Santa Catalina de Murillo y permanece en el patrimonio.
La pandemia también golpeó su economía, ya que una de sus fuentes de ingresos es el cobro de la entrada para visitar Los Venerables y las joyas que atesora. Desde el pasado viernes, Focus reabrió sus puertas al público, de momento tres días en semana.
Los intercambios con grandes museos o la generación de nuevos contenidos culturales (digitales y audiovisuales) forman parte de las estrategias en las que trabajan la dirección y el patronato de Focus para mantener la fundación.
La adquisición de la joya de la corona del patrimonio de Focus, el cuadro de Diego de Velázquez Santa Rufina, fue adquirido por la fundación creada por iniciativa de Abengoa con el impulso del Ayuntamiento de Sevilla en 2007. Focus compró en julio de ese año el cuadro por 12,4 millones de euros y firmó un convenio con el Consistorio que, por un lado cede obras del patrimonio municipal para que se expongan en la colección permanente, el Centro Velázquez, y por otro preveía el pago de un canon anual por parte de la ciudad –de 500.000 euros al año– que le habría dado opción a hacerse con la titularidad de la obra a los 25 años, aunque ésta permanecería en la citada colección permanente. El Ayuntamiento de Sevilla no abonó ni uno solo de esos plazos, por lo que el convenio no se cumplió respecto a ese extremo y el velázquez se mantendrá como propiedad de Focus.
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