La oferta vinculante por los activos de Abengoa prevé reintegrarlos a la matriz a futuro
El objetivo es que regresen a la sociedad cotizada en producción para asegurar el repago a sus acreedores, también de las filiales
Los compradores consideran que hará falta más empleo del que mantendrá y estiman en 1.500 los nuevos puestos de trabajo que necesitarían
Sevilla/Abengoa SA confirmó poco antes de la medianoche del pasado lunes que en el marco del convenio que el consejo de la matriz del grupo ha presentado al concurso de acreedores (y que está pendiente de que el juez considere o no revocar la liquidación que ordenó el pasado viernes, que aún no es firme), plantea una operación por la que adquiriría todas las unidas productivas (u otros activos de valor) de las sociedades filiales de interés del grupo, en el marco de un cascada de concursos de liquidación de éstas, para posteriormente reintegrar esos negocios, empleos, referencias o patentes en la sociedad cotizada, que sobreviviría al hacer frente a sus deudas.
En una información privilegiada enviada por Abengoa a la Comisión del Mercado de Valores (CNMV), la compañía informa que la propuesta de convenio “se acompaña de una carta de intenciones indicada por el remitente, RCP Resource Project Management, como de carácter vinculante, que recoge la propuesta conjunta de apoyo con la entidad Sinclair Capital Reserve, y se concreta en un compromiso de inversión en el Grupo Abengoa por un importe total y conjunto superior a 200 millones de euros bajo la articulación e implementación de diferentes mecanismos jurídicos”.
Esos 200 millones no servirían para comprar las unidades que se adquirirían en los concursos de liquidación, sino para refinanciarlas con circulante para que Abengoa vuelva a producir lo antes posible. Esto supone un cambio sustancial respecto a las reestructuraciones habidas en la multinacional desde 2015 o en los dos rescate fallidos en 2020 y 2022, cuyos fondos tenían por objeto principal el repago de deudas de un grupo de acreedores financieros concretos.
La comunicación a la CNMV omite que además, tal como adelantó este periódico, la carta de intenciones incluye “avales destinados al mantenimiento de la actividad de todas ellas”. Así consta literalmente en el documento, al que ha tenido acceso este periódico a través de accionistas individuales que se han personado en el concurso de acreedores de Abengoa SA.
Adicionalmente, en una entrevista en Canal Sur Radio, el presidente de la sociedad, Clemente Fernández, también confirmó el dato adelantado por este diario en su edición de ayer de que hay disponibles avales por “300 millones de euros de bancos suizos, que además son cinco puntos más baratos que los que el grupo tiene con el CESCE, que garantizan a la banca una rentabilidad del 6%.
Al margen de garantizar los avales, vitales para reactivar el negocio de la multinacional sevillana, el documento que firma Joao Paulo Videa, director general de RCP Resource Projet Management, que es el socio tecnológico de la oferta que lidera Sinclair Capital Reserve, da detalles de la estructura de la transacción que proponen a los acreedores de la matriz para asegurar, no sólo la viabilidad del grupo de ingeniería fundado en 1941, sino el repago de la deuda a los acreedores en los términos que formula el convenio.
Como ya adelantó este medio, la oferta aportaría fondos, por valor de 16 millones, para el pago de los créditos privilegiados en el marco del concurso de acreedores de Abengoa SA. Además, también se compromete a pagar un 3% de la deuda restante de la matriz, con un año de carencia y a lo largo de ocho ejercicios, con abonos del 5% anual en entre el año dos y siete. En el octavo ejercicio se abonaría el 70% restante.
Esto supone la única oportunidad de que los acreedores de la matriz puedan recuperar parte de las deudas, que superan los mil millones, ya que si el juez no acepta el convenio y mantiene su decisión de disolver Abengoa SA y liquida sus activos, la estructura societaria creada por las reestructuraciones financieras ejecutadas en 2017 y 2019 en el grupo Abengoa, bajo la presidencia de Gonzalo Urquijo, impediría que llegaran fondos a la histórica sociedad fundada en 1941.
La carta de intenciones detalla también que para el resto de adeudos, los ofertantes muestran “interés y disposición para negociar con los acreedores titulares de deuda financiera y no financiera asociada a la sociedad y a las sociedades que integran el perímetro de la transacción”... “un mecanismo que permita, en la medida de lo posible, atender las pretensiones de dichos acreedores”.
Impactos para cada grupo de interés
La carta que detalla la oferta vinculante también enfatiza que la transacción que plantean tiene una estructura que tiene en cuenta el impacto en los diferentes grupos de interés del grupo Abengoa: trabajadores, acreedores de la matriz, acreedores de las filiales y accionistas de la sociedad.
El texto registrado en el Tribunal de Instancia Mercantil como parte de la propuesta de convenio realizada por el consejo de Abengoa SA al concurso, y que necesita, además de que el juez permita su tramitación, el respaldo del 65% de los acreedores de la matriz, especifica los beneficios para cada uno de esos grupos de interés.
A los trabajadores del grupo se les garantiza por escrito no sólo “el mantenimiento” de sus empleos, sino que se añade que se prevé “el crecimiento de la actividad maximizaría las posibilidades de mantener los puestos de trabajo, e incluso de incrementar su número en un mínimo de 1.500 nuevos puestos de trabajo, mayoritariamente en Andalucía”.
A los acreedores de la matriz se les explica que con la transacción se conseguiría retribuirles, ya en “tendrían un valor de recuperación nulo en un escenario de liquidación”. Además, se les informa que el mantenimiento de la actividad, evitaría el devengo de una importante cantidad de créditos contingentes.
A los acreedores de las filiales, la carta de intención vinculante se les traslada que vender conjuntamente las unidades productivas y los activos con valor es más eficiente, por la interdependencia de las sociedades del grupo. Y se les asegura que la posibilidad de incluirlos nuevamente en la sociedad cotizada dará mayor valor a los activos y habrá más margen para repagar lo que se les adeuda.
A los accionistas, se les ofrece participar en la revaloración derivada de la operación.
La carta también detalla que el convenio se acompaña, y así lo ha comprobado este diario en el documento de 500 páginas facilitado por accionistas personados en el concurso, de certificaciones que prueban la existencia y disponibilidad de fondos para ejecutar la transacción.
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