Las comisiones e intereses del primer rescate de Abengoa superaron los 400 millones
Sevilla/El primer rescate de Abengoa, el ejecutado en marzo de 2017, suponía una refinanciación de 1.169 millones de euros, de los que el grueso, casi 700 millones, se dedicó al A3T de México (un activo que apenas aportó al balance del grupo, porque en enero pasado se lo adjudicó el Banco de Santander) y supuso entre los años 2017 y 2018 más de 400 millones en comisiones e intereses para los acreedores. Esas cuantías impidieron que el grupo sevillano recibiera nueva liquidez para lograr su reflotamiento, que es lo que se había anunciado ante el regulador de los mercados en España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y en Estados Unidos, la Securities and Exchange Commission (SEC).
Así se desprende de los documentos depositados en el Registro Mercantil de Luxemburgo a los que ha tenido acceso este periódico, que detallan las cuentas auditadas de ABG Orphan Holdco –la sociedad ajena al grupo Abengoa que prestó el dinero– y de las filiales de la cotizada sevillana en ese país ACIL Luxco 1 y 2 y A3T Luxco 1 y 2, que recibieron parte de esa refinanciación.
Las cuentas de ABG Orphan Holdco desglosan tanto los intereses como las comisiones de los préstamos y cobros que se hicieron en la primera reestructuración financiera de Abengoa.
Se trata de condiciones muy duras, que provocan que sólo en comisiones se pagarán más de 208 millones de euros. En concreto, una comisión de apertura del 5,9% por 50.666.536,90 euros y una comisión de cancelación anticipada del 5% de 46.649.783,60 euros. En las cuentas de ACIL Luxco 1 se detalla otra comisión por la venta de Atlantica Yield de 95.923.960 euros. A todo ello hay que unir los 15 millones de euros comunicados a la CNMV como comisión por los tramos del dinero nuevo New Money 2 (10,8 millones), que se cargó a la sociedad instrumental Abenewco 2, creada en España, y del New Money 1B (4,2 millones)
Condiciones leoninas
Los intereses tampoco le fueron a la zaga, y también superaron al menos los 200 millones de euros.
Las cuentas de ABG Orphan Holdco señalan que en el ejercicio de 2017, firmadas por Christian Anders Digemose, se cobraron intereses por importe de 95.288.323,88 euros. En 2018, los intereses cargados ascienden a 68.870.301,09 euros. Esta sociedad luxemburguesa se liquidó en diciembre 2019, por efecto de la segunda reestrucuración, que canceló anticipadamente los préstamos que afectaban al New Money 1 y al New Money 3. Sin embargo, en el Registro no constan cuentas de 2019, aunque al menos se cobraron los intereses del primer trimestre, sino únicamente un documento que comunica la terminación de la actividad de la sociedad.
El New Money 2 también generó intereses, que sólo en el primer año superaron los 27 millones de euros, con lo que ya se rebasan los 200 millones. Una parte de la deuda, además, sigue viva porque se refinanció en la segunda reestructuración de 2019.
La contabilidad de ABG Orphan Holdco también muestra las duras condiciones del interés aplicado a los bonos y préstamos en la refinanciación. Para los tramos del New Money 1A ABY y New Money 1A Escrow, la suma de la comisión de apertura (5,9%), el interés del 14% (anual del 5% y PIK del 9%) y la comisión del 5% si se cancelaba en 12 meses sumaban el 24,9%. El tramo New Money 1B también tenía una comisión de apertura del 2% y el mismo interés del 14% (anual del 5% y PIK del 9%), por lo que sumado era del 16% si se cancelaba en 12 meses.
Tomando como referencia la cifra del coste de la financiación reflejado en el balance auditado de ABG Orphan Holdco durante los años 2017 y 2018, ésta fue por un total de 261.474.945,5 euros, por lo que el coste real fue del 20%.
Las cuentas de la sociedad luxemburguesa que recibió el dinero también reflejan que la mayoría de los 1.169 millones se usaron en financiar la terminación de la planta de cogeneración mexicana A3T, que importó más de 699 millones de euros.
Ese activo, una vez terminado y puesto en operación, tuvo una importante contribución al Ebitda del grupo Abengoa en 2019, según comunicó el grupo a la CNMV. Sin embargo, en diciembre de 2020, el Banco de Santander activó una call option que tenía en virtud de la segunda reestructuración y se lo adjudicó (salió del balance de Abengoa) el 4 de enero pasado.
Todas esas cifras señalan que el dinero se usó en repagar deuda interina contraída en 2016 y terminar el A3T, con fuertes intereses y comisiones, y no quedó liquidez para dotar al grupo de los “de recursos y estructura de capital óptima” que se comunicó al mercado que se obtendría por Abengoa si accedía a este primer rescate.
Todos estos datos refuerzan lo que el ex director general del grupo, Joaquín Fernández de Pierola Marín, ya afirmó en abril de 2017, apenas un mes después de ejecutarse el primer rescate, en las cuentas de 2016 de ACIL: “Los consejeros [de Abengoa Concessions Investments Limited] piensan que pese al acuerdo de reestructuración de Abengoa se firmó en marzo de 2017, continúan vigentes incertidumbres respecto a la capacidad de Abengoa para ejecutar su plan de viabilidad revisado, lo que crea incertidumbre sobre la Compañía [ACIL] y una preocupación continua si no es capaz de recibir fondos de su matriz [Abengoa]”.
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