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Abengoa celebra en Bolsa el paso atrás de la familia Benjumea

Los acreedores esperan cerrar un pacto sobre la reestructuración de la deuda a mediados de la semana que viene Las acciones suben un 20%

Un conjunto de espejos en el complejo solar de Abengoa en Sanlúcar la Mayor (Sevilla).
Alejandro Martín Sevilla

05 de marzo 2016 - 05:02

Las acciones de Abengoa volvieron ayer a liderar el mercado tras conocerse que su principal accionista, Inversión Corporativa, estaría dispuesto a reducir su participación hasta el 5% una vez que se acometa la reestructuración de su deuda. Las acciones de clase B, los más líquidos, se revalorizaron un 20,9% y cerraron la sesión en 0,17 euros. Los títulos A, que otorgan más derechos políticos y que permiten a Inversión Corporativa controlar el 51% de los derechos de voto en la junta de accionistas siendo titular de alrededor de un tercio de las acciones, subieron algo menos, un 12,9%, y acabaron la jornada en los 0,62 euros.

El paso atrás de Inversión Corporativa -la sociedad presidida por Felipe Benjumea mediante la cual la familia Benjumea y el resto de herederos de los fundadores controlan Abengoa- era una exigencia de los acreedores para avanzar en el saneamiento de la compañía. Solventado este escollo, las discusiones se desarrollan ahora en el reparto de responsabilidades entre los principales acreedores, entre los que se encuentran bonistas y el llamado G-7 bancario -formado por Santander, Bankia, Caixabank, Popular, Sabadell, Crédit Agricole y HSBC-.

Fuentes cercanas a las negociaciones señalaron que se podría llegar a un acuerdo a mediados de la próxima semana, que se plasmaría en el plan de viabilidad global en el que está trabajando KPMG. Según las mismas fuentes, uno de los puntos de discusión radica en que la banca comparta con los bonistas la pignoración sobre la participación del 41,6% de Abengoa en Atlantica Yield, la antigua Abengoa Yield. Esta sociedad cotizada en Estados Unidos es titular de parte de los principales activos concesionales en funcionamiento de Abengoa, considerados los más valiosos de su cartera. Además, los bonistas estarían dispuestos a satisfacer las necesidades de liquidez más urgentes de Abengoa, que la compañía cifró en unos 1.130 millones de euros para este ejercicio. En ese sentido, se trabaja en una línea de 165 millones para mantener la operatividad de Abengoa durante el periodo del preconcurso.

Mientras llega esta inyección, Abengoa inició ayer el abono de la nómina de febrero con una semana de retraso tras lograr reunir la liquidez suficiente mediante "ajustes internos".

Tras el acuerdo sobre el plan de viabilidad global, el siguiente paso consistiría en exponer la hoja de ruta al resto de acreedores para lograr su adhesión antes del 28 de marzo, momento en el que expira el plazo de cuatro meses que estipula el artículo 5bis de la Ley Concursal, conocido como preconcurso. El G-77 y los principales bonistas aglutinan alrededor del 30% de la endeudamiento financiera de Abengoa. Para que el juez acepte el convenio, debe contar con la aceptación de al menos el 75% de la deuda.

La reestructuración consistirá en la capitalización de hasta 6.000 millones de euros de la deuda de Abengoa, que supera en total los 9.300 millones, según los resultados de 2015 divulgados el pasado lunes. Esta operación convertirá a los acreedores en los principales accionistas y diluirá en un 90% el capital actual, dejando a Inversión Corporativa con un 5%. La Nueva Abengoa será más pequeña y se centrará en su negocio tradicional de ingeniería y construcción.

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