Planta termosolar de Abengoa en Sanlúcar la Mayor, en Sevilla.
Planta termosolar de Abengoa en Sanlúcar la Mayor, en Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

Sevilla/El presidente de Abengoa y de Abenewco 1, Juan Pablo López-Bravo, remitió anoche un correo electrónico a todos los trabajadores del grupo, plagado de contradicciones, en el que confiesa que estudia una compensación para los accionistas y se compromete a mantener íntegramente todas las unidades de negocio, pese a que el plan de rescate que comunicó el consejo que preside a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), vuelve a proponer lo mismo que el rescate presentado en agosto y fracasado: romper el grupo y separarlo de la matriz.

En la misiva, a la que ha tenido acceso este periódico, López-Bravo agradece a los trabajadores “el esfuerzo constante y continuo” que vienen “haciendo por el mantenimiento de Abengoa”, pese a que lo que propone es liquidar la sociedad histórica fundada en 1941 y desgajarla de todas sus filiales operativas

López-Bravo considera una “obligación” ser “trasparente con las decisiones que el consejo va tomando”, algo que señala ya ha trasmitido personalmente en cuantas reuniones ha mantenido “con algunos de vosotros, con los sindicatos que os representan y con los comités de empresa, ser trasparente con las decisiones que el Consejo va tomando”.

Ese compromiso de transparencia es el que le ha llevado, según dice a “comunicar y hacer públicos la totalidad de los pasos necesarios para que salvemos Abengoa”, insiste, aunque el consejo sólo propone salvar Abeewco 1 y las filiales del grupo que penden de ella. Así, confiesa que por eso ha decidido comunicar los detalles de la operación: “Los importes que necesitamos para hacer frente a nuestras deudas, atender nuestros compromisos de toda índole y, además, crecer y seguir siendo un referente mundial en nuestro trabajo diario.

El ex banquero le relata a la plantilla el “preacuerdo con un fondo de inversión a largo plazo para entrar en nuestro capital social aportando para ello 200 millones de euros”, dice en alusión a la oferta no vinculante de Terramar Capital, que en realidad prestaría 150 millones, sin especificar en qué condiciones, y sólo aportaría 50 millones al capital, a cambio del 70% del accionariado de Abenewco 1. “Hemos pedido el apoyo a nuestros acreedores para que mantengan vivo el espíritu de colaboración que suscribió la compañía el pasado 6 de agosto, solicitando, de manera adicional una ayuda al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, por importe total de 249 millones de euros y 300 millones de avales para que podamos seguir acudiendo a los mercados nacionales e internacionales”, recuerda en su misiva.

Juan Pablo López-Bravo.
Juan Pablo López-Bravo. / M. G.

Además, confiesa que el consejo está “estudiando la fórmula para dar valor a la compañía” y que los “accionistas puedan recuperar su inversión y obtener las ventajas derivadas de su apoyo en cada momento”, algo que no se cita en ningún caso en la comuinicación al regulador bursátil.

Tras ese inconcreto compromiso hacia los accionistas que lo eleigieron y que se consideran traicionados por tratar de aplicar el plan que le habían econmendado tumbar para negociar un rescate inclusivo que no dejase a cero su inverión, López-Bravo trasmite a los trabajadores que el “obejetivo” de los administradores es “mantener la compañía íntegramente, como siempre os he dicho, sin perder ninguna de nuestras de unidades de negocio”. Y añade: “Es nuestra intención porque considero que Abengoa es una familia de miles de miembros a los que nos debemos y de cuya estabilidad laboral me siento abiertamente responsable”, reitera pese a que su plan pasa por liquidar Abengoa y aislarla de las filiales y los activos que tienen valor.

Pide disculpas

En la misiva, el presidente del grupo confiesa que “aprovecha esta comunicación para comentar que siente no haberse dirigido a los trabajadores con motivo de la presentación del concurso de acreedores de Abengoa, S.A. que fue solicitado el pasado día 22 de febrero. “Os aseguro que en la mente de este consejo y en la de los directivos, no hemos dejado de buscar soluciones para cumplir con nuestros objetivos prioritarios: mantener el proyecto empresarial, los puestos de trabajo, cumplir con nuestros proveedores, con tantas pymes que dependen de nosotros, y con nuestros clientes, y seguir representando por el mundo con tanta dignidad y orgullo el nombre de Andalucía y España”.

López-Bravo confiesa a los trabajdores que sabe que la presentación del concurso “ha causado mucho pesar e incertidumbre” pero les asegura “que la única voluntad ha sido preservar el patrimonio de Abengoa íntegramente, que un administrador concursal vigile la compañía y defienda los intereses de todas las partes, empezando, como no podía ser de otra manera, por los puestos de trabajo”.

Ciertamente, distintos directivos de la compañía han transmitido a este periódico su pesar por la situación creada por la presentación del concurso de la matriz, por los efectos que están teniendo en todas las filiales. Los proveedores ya no sirven productos ni servicios si no se pagan por adelantado, lo que está generando graves indicdencias en la actividad operativa del grupo.

Esas disculpas se enmarcan en ese contexto, dado que se ha instalado la desconfianza en los verdaderos planes de la dirección, que presenta como salvador a un fondo americano cuya trayectoria ha sido despiezar empresas en concurso, con grandes beneficios para los acreedores y fuertes repercusiones para los empleados, que en su mayoría fueron despedidos, y los accionistas, que han perdido su inversión.

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