De Quinto acepta una oferta de Santander y Urquijo que no salva a la matriz de Abengoa
Ocho de los quince accionistas que gestionan Abengoashares avalan el acuerdo sin consultar al total de propietarios agrupados
El pacto, que se firma hoy, compensa a los propietarios con un instrumento financiero que les daría el 12% del superávit de una hipotética venta del grupo a partir de 270 millones de euros
Sevilla/Marcos de Quinto, el candidato de los accionistas minoritarios agrupados en Abengoashares para liderar Abengoa si se hicieran con el control del grupo a partir de la junta de accionistas del lunes o martes próximo, ha aceptado una oferta presentada por el Banco Santander y la dirección de la filial Abenewco 1 que preside Gonzalo Urquijo, para compensar a los propietarios a cambio de que se ejecute el rescate firmado el 6 de agosto y no se salve a la matriz del grupo, que es la cotizada, aunque la negociación de sus títulos está suspendida por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) desde el pasado 14 de julio.
El acuerdo porque el se acepta esa se firmará hoy entre las partes, pese a que no ha sido votado por el total de accionistas de la plataforma. Sí se ha votado en el grupo gestor de Abengoashares, integrado por quince personas. En un clima de división, los favorables al acuerdo fueron ocho gestores, frente a siete que se oponen a aceptar la proposición.
Esta oferta ha sido presentada por el Santander, que es el que lidera el pool de bancos acreedores, y Urquijo en nombre de Abenewco 1 a De Quinto y varios miembros del equipo de dirección que habían sido propuestos por los minoritarios para ser alternativa a los gestores destituidos, entre ellos el candidato a secretario, Ignacio Trillo, así como uno de los fundadores de Abengoashares, Antonio Gabriel Gómez Bueno, que se hace apodar Laska en foros de accionistas y en los grupos de la plataforma.
La oferta consiste en convertir las acciones de Abengoa S.A., aunque sólo para quien tenga menos de 150.000 euros al precio de suspensión de las acciones de julio –0,016 euros para los títulos de la clase A y 0,006 para los del tipo B– y no sea accionista institucional, en un instrumento financiero de Abenewco 1 (técnicamente denominado PIV), que cotizará en el BME Growth (el antiguo Mercado Alternativo Bursátil, MAB) en un plazo no mayor de nueve meses.
Ese instrumento, según los términos de la oferta explicados por Laska en un audio al conjunto de accionistas de Abengoashares, quien los denomina “obligaciones”, da derecho a sus tenedores a percibir un 12% de la cantidad que supere un umbral de 270 millones en un evento de liquidez de Abenewco 1. Ese evento puede ser una venta o una salida a Bolsa.
En caso de que ese evento de liquidez no se dé en el plazo de tres años, los propietarios de los PIVs, podrán convertirlas en acciones de Abenewco 1 o en dinero pagado por la empresa, calculado en un 12% del diferencial del valor que KPMG otorgue a Abenewco 1 sobre esos 270 millones.. Esa conversión sería obligatoria si transcurren cinco años sin que se produzca el citado evento de liquidez, según la explicación del accionistas fundador de la plataforma.
A cambio, los accionistas renunciarían a controlar el grupo Abengoa, algo que tienen al alcance de la mano en la junta general de accionistas del próximo lunes 21 o martes 22, a la vista de los votos que ya ha recopilado Abengoashares. El acuerdo preve que los minoritarios tengan dos de los tres consejeros de Abengoa S. A. y sólo uno de los seis que tiene Abenewco 1, que sería Virginia Vargas.
Esto implica que Marcos de Quinto se apartaría y no sería quien lideraría la gestión dela filial operativa del grupo Abengoa. No se ha especificado en el audio a los accionistas, pero se entiende que Gonzalo Urquijo seguiría presidiendo Abenewco 1.
El acuerdo también prevé que el contrato se publique en la web de Abengoa y en un hecho relevante remitido a la CNMV. Además, de un pago de 200.000 euros para cubrir las cuotas que han pagado los accionistas para sustentar el funcionamiento de Abengoashares, con lo que se recuperaría el dinero invertido en ese fin.
Además, el acuerdo prevé que se ejecute el rescate firmado en agosto con un grupo de acreedores, lo que supondrá en la práctica que no se salve la matriz, que está en preconcurso, debe al menos 153 millones a proveedores y es el sujeto pasivo de la sanción de EEUU al grupo Abengoa.
El anuncio de la aceptación de la oferta, hecha en la medianoche de este martes, provocó malestar en muchos accionistas de Abengoa, que no comparten que éste sea el mejor acuerdo posible y creen más adecuado tomar el control del grupo la semana próxima e intentar un plan de rescate alternativo que salve a la matriz.
Los argumentos dados a los accionistas para que acepten es que el grupo Abengoa está en una situación muy deteriorada y que los acreedores amenazan con convertir los bonos que afectan a las filiales intermedias entre Abengoa S.A. y Abenewco 1 –Abenewco 2 y Abenewco 2 bis–, lo que dejaría a la matriz sin patrimonio cuánto todavía tiene importantes deudas. Muchos accionistas discuten este argumento, porque a los acreedores, entre ellos los fondos de inversión KKR y Blue Mountain, no les intereses a convertirse en propietarios porque perdería la prelación de cobro que tienen sus deudas. Los negociadores han asumido ese discurso del miedo de que si se convierten lo pederán todo. Los accionistas que se oponen ven muy improbable la conversión por parte de los acreedores.
El acuerdo produjo además mucha frustración porque se conoció minutos después de que este diario publicase en su edición digital, y este martes en la de papel, que entre marzo y mayo de este año hubo dos valoraciones de KPMG de la poscición de Abengoa S. A. en la filial Abenewco 2, y que en ninguno de los dos informes se dictaminó o recomendó situar a la matriz en causa de disolución.
Pese al acuerdo alcanzado, ninguna de las partes ha explicado cómo se ejecutará el contrato del rescate firmado el 6 de agosto sin la participación de la Junta de Andalucía, que sigue rechazando aportar 20 millones de euros, y que es una condición que exige el Gobierno central para mantener en la operación, en la que aporta 476 millones de los 550 que se movilizan entre préstamos y avales. En concreto, el Estado aporta 50 millones que presta el ICO, que además avala 126 de los 180 que presta la banca acreedora, y hasta 300 millones más en avales técnicos garantizados por Cesce. Faltan 20 millones que Abengoa aseguró sin tenerlos firmados que pondría la Junta.
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