El A400M entra en turbulencias con Aena por un déficit en el control aéreo
Airbus Military no puede disponer de un controlador en los ensayos y amenaza con trasladarlos a Toulouse
El A400M vuela según el rumbo marcado. El primer modelo del avión militar más grande del mundo ha completado ya 21 vuelos, equivalentes a cien horas de ensayo, y responde a las expectativas marcadas en la fase de diseño. "Empezamos a obtener los primeros datos reales y se comporta de una forma muy noble y según lo previsto. Empezamos a correlacionar diseño y realidad". Es el último balance que ayer hizo el presidente de la compañía, Domingo Ureña, durante un encuentro en Madrid. Es el primer paso de las 3.750 horas de prueba que tiene por delante hasta 2013 y ya empiezan a verse más cerca horizontes técnicos como la validación militar. Esta certificación se hará el próximo año con el aparato número cuatro porque "será el que contará con todos los sistemas militares completos".
Pero en esta fase de "rodaje" ha surgido un inconveniente inesperado con un protagonista imprevisto: Aena. Según informaron fuentes de la empresa aeronáutica con sede en Sevilla, el A400M está sufriendo "complicaciones" a raíz de la reordenación del sistema de navegación implantada en febrero por el Ministerio de Fomento. El problema, que arrastran desde "hace dos meses", es la imposibilidad de disponer de un controlador específico para hacer los seguimientos durante los ensayos para coordinar los movimientos con el resto del espacio aéreo. El conflicto se localiza en la zona sur y, específicamente, en Sevilla porque es donde Airbus tiene instaladas las antenas de telemetría y, por lo tanto, donde operan los aviones de prueba. "Necesitamos una solución ya aunque sea durante un periodo transitorio" hasta que se adapte la red y centros de control -algunos de los cuales se pretende automatizar-. "Estamos hablando de dos controladores", argumentaron y cuyo servicio abonaría Airbus, como hasta ahora, en virtud un convenio con Aena. De lo contrario, la planificación podría peligrar y, en ese caso, Toulouse reclamaría el traslado de las pruebas a Francia, donde, además, existe la figura profesional específica de controlador aéreo de pruebas. "No podemos esperar", aseguraron.
Otro frente de urgente resolución es la financiación. Tras el acuerdo conjunto, los siete países contratantes están cerrando "la letra pequeña" de los convenios para asumir el sobrecoste de 3.500 millones (1.000 de ellos en créditos). Domingo Ureña insistió en que la empresa necesita el dinero "lo antes posible" porque no puede "seguir invirtiendo entre 100 y 150 millones mensuales". "En la velocidad (en el pago) está el secreto". Consecuencia de esta desviación financiera es el plan de revisión de costes que Airbus Military ha puesto en marcha y que, según el presidente, no supondrá externalizaciones, sino que busca medidas de mejora de eficiencia y productividad.
Mirando hacia el futuro, un próximo hito será la exportación del avión, del que están comprometidas inicialmente 180 unidades con este contrato a siete bandas (más una). La aeronáutica empezará a analizar esta vía de negocio "a mediados o finales de año", algo en lo que el precio será determinante.
Más inmediata es la decisión que tendrá que tomar sobre el concurso de tanqueros de EEUU. La presentación, o no, se deberá dilucidar antes de final de mes, es cuestión de días y el mejor escenario posible será contar con un socio subcontratista de EADS Norteamérica que tenga experiencia en la industria local y, específicamente, en aquellas partes de mayor confidencialidad militar.
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