El expolio y los daños en Ibarburu llegan a la Fiscalía

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La vigilancia instalada por la junta de compensación de la finca frena por ahora la destrucción y robos en una hacienda abandonada hace años

En la hacienda faltan numerosos elementos arquitectónicos y decorativos, como el azulejo de San Lorenzo que presidia esa entrada.
En la hacienda faltan numerosos elementos arquitectónicos y decorativos, como el azulejo de San Lorenzo que presidia esa entrada. / Juan Carlos Muñozo
María José Guzmán

17 de enero 2018 - 07:00

El grave expolio que ha tenido lugar en las últimas semanas en la Hacienda Ibarburu, un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y en alarmante deterioro desde hace años, ha llegado a la Fiscalía. Tras la denuncia interpuesta en la comisaría policial el pasado viernes por un historiador y dos arquitectos alertando de la situación de este monumento situado en el término de Dos Hermanas, la Delegación territorial de Cultura de la Junta de Andalucía interpuso también otra denuncia en la Policía Nacional. Fue el sábado, el mismo día en que el que los hechos trascendieron gracias a su publicación en este periódico. Según han confirmado fuentes de la Consejería de Cultura, también se están realizando los trámites para realizar con carácter de urgencia una visita de inspección al BIC para identificar y valorar los daños.

La Junta tiene la tutela patrimonial de este bien que, al ser privado, debe ser mantenido y conservado por sus propietarios, según la Ley de Patrimonio. ¿Y si éstos la incumplen? Cultura asegura que su función, primero, es denunciar los hechos y ahora esperará una respuesta por esta vía antes de adoptar otras medidas.

Parece que la Junta está dispuesta ahora a exigir a la propiedad que cumpla con su deber de conservación, pero lo cierto es que esta hacienda, una de las joyas de la arquitectura agropecuaria que se mantenían en pie en Sevilla, lleva décadas en un estado importante de deterioro y que el propio Ayuntamiento de Dos Hermanas ha puesto sobre la mesa la posibilidad de expropiación de la finca.

Fuentes municipales confirmaron ayer que "la junta de compensación de la finca, nada más tener conocimiento de la denuncia, contrató los servicios de seguridad para evitar otros expolios". Según las mismas fuentes, esta presencia habría disuadido a cuatro camiones que se habrían acercado a la finca con la intención de retirar material.

Los Pickman, a quienes se apunta como dueños, comparten la propiedad con la promotora Level

Una junta de compensación. Pero ¿quiénes son los propietarios? Una parte fue adquirida por la promotora inmobiliaria Level en 2005 y otra sigue perteneciendo a la familia Pickman, que la compró en 1903. No obstante, estos últimos han explicado a este periódico que no reciben notificación alguna referente a la finca desde hace años y que el Ayuntamiento de Dos Hermanas tampoco se ha puesto en contacto con ellos para buscar alguna salida a la situación de la hacienda, dirigiéndose a la citada empresa como propietarios. Según la familia, no hay interés tampoco por parte de Level para comunicarse con ellos.

Y esta situación dificulta enormemente la gestión de una finca que, incomprensiblemente, ha estado abierta a variado público y sin ningún control durante demasiado tiempo.

En Ibarburu se han perdido ya elementos irrecuperables. El principal destrozo que se observa en una primera inspección ocular está en la fachada mirador del señorío, la que era residencia noble, que tuvo dos cuerpos con arcadas sobre columnas de mármol genovesas. Una doble logia que ha sido derribada por completo después de que los expoliadores hayan intentado arrancar las columnas de mármol.

Una situación conocida

El temor a que Ibarburu fuera totalmente expoliada estaba desde hace ya un tiempo extendido entre conservacionistas y vecinos de la comarca que conocían la desprotección de la hacienda. Y así se refleja en numerosos comentarios en redes sociales. La denuncia pública que hizo el antiguo casero, despedido por la propiedad en septiembre, desató las alarmas. En octubre, un vecino llevó una queja ante el Defensor del Pueblo, que fue admitida a trámite, para que se protegiera este BIC.

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