Reconstrucción judicial del crimen del Suizo en Dos Hermanas
El juzgado ordena la excarcelación de los amantes para trazar la secuencia horaria del asesinato cometido en noviembre de 2021
Tamara y Clemente planearon un minucioso plan para matar a Rafael, el marido de ella, que era un obstáculo para su relación
El triángulo de sangre que acabó con la vida del Suizo
El juzgado de Instrucción número 1 de Dos Hermanas realizó ayer una reconstrucción del crimen de Rafael L. R., conocido como el Suizo, a quien su mujer y el amante de ésta presuntamente mataron en un descampado de esta ciudad en noviembre de 2021. La prueba se llevó a cabo en presencia de los dos acusados, Tamara N. B. y Clemente M. P. Ninguno de los dos prestaron declaración ante la juez que lleva el caso.
De ella llamó la atención su atuendo, completamente de negro y con un pañuelo cubriéndole la cabeza, dejando sólo a la vista el rostro. Él iba con la muleta con la que suele moverse. Ambos fueron excarcelados para esta reconstrucción del homicidio. Los acusados no colaboraron y fueron tres policías los que ejercieron de actores, haciendo cada uno el papel de los dos investigados y de la víctima.
Así, dos de los agentes, el que interpretaba al difunto y a su mujer, salieron del bar de copas Belle Epoque, tal como hicieron los protagonistas de este crimen la noche del 5 de noviembre de 2021. La pareja se dirigió hasta el descampado cercano que se utilizaba como aparcamiento, al que llegaría después Clemente y asestaría a la víctima varios golpes en la cabeza con un objeto contundente, probablemente un martillo. El Suizo, de 43 años, quedó allí malherido e inconsciente, y murió cuatro días después en el hospital.
Uno de los objetivos de la reconstrucción era comprobar la secuencia horaria de los hechos. Las imágenes de seguridad del bar de copas captaron al Suizo y su mujer saliendo del establecimiento a las 23:48 del 5 de noviembre de 2021. Rafael y Tamara salieron del local, portando ella el chaquetón y el teléfono móvil de Rafael, objetos que luego fueron localizados en el vehículo de la víctima. Esto reforzaría la versión de que el marido tuvo que llegar hasta el coche y fue agredido cuando regresó porque algún amigo lo llamó para que volviera.
Dentro de esa planificación del crimen, Tamara y Clemente habían estado juntos desde las ocho y media de la mañana de ese día hasta poco antes de las siete menos cuarto de la tarde, según se acreditó a través del tráfico de los teléfonos móviles de ambos, sus posicionamientos y las imágenes de las cámaras de seguridad de dos bares.
Ambos tomaron otra precaución más. Dejaron los móviles en sus casas. Tamara no lo utilizó desde las 20:11 hasta las 0:11 del 6 de noviembre, mientras que el teléfono de Clemente no estuvo operativo entre las 21:07 del 5 y las 0:44 horas del día siguiente.
El ataque se produjo "de forma sorpresiva, por la espalda y sin que Rafael tuviera oportunidad de defenderse", apuntaron los investigadores del Grupo I de la UDEV de la comisaría de Dos Hermanas en su atestado. Rafael no podía sospechar lo que le iba a ocurrir, pues la persona que le acompañaba era de su confianza, su mujer, la madre de sus hijos, y fue llevada por ésta al lugar donde finalmente halló la muerte".
Los amantes se marcharon rápidamente del lugar a bordo del coche de Clemente, en cuestión de tres minutos, según la hora que refleja una cámara que registró el paso del vehículo. Esto demuestra, para la Policía, que "lo tenían todo bien planeado y que no hubo imprevistos que dificultaran ni postergaran la ejecución".
Dos meses después del homicidio, la Policía Nacional detuvo a Tamara, de 41 años, y Clemente, de 56, como presuntos autores del crimen. La investigación apuntó a un triángulo amoroso en el que los amantes urdieron un plan para deshacerse del marido de ella, al que consideraban un obstáculo para su relación.
Ya desde su casa, Tamara envió un mensaje de voz a su marido, a las 0:13 horas, en el que en tono cariñoso le pedía que no volviera muy tarde y le decía que ella se iba a acostar.
Los amantes tardaron poco en irse a vivir juntos. Dieciocho días después de la muerte del Suizo, Tamara y Clemente compartían ya domicilio. La Policía colocó, previa autorización judicial, micrófonos en la vivienda y esas escuchas resultaron trascendentales para el esclarecimiento del crimen. El mismo día en el que se instalaron, los equipos de grabación captaron una conversación en la que ambos reconocieron su implicación en el asesinato.
"El Rafa se arrastró y se iba para la puerta, así que estaba consciente, y entonces escuchó, nos escuchó hablar. Te escuchó a ti decir: 'Tamara, vámonos ya y tó". "Claro", respondió Clemente. Esta charla se produjo justo el día que la viuda se enteró por la Policía de que su marido se había desplazado desde el lugar de la agresión, siendo hallado finalmente a unos seis metros del charco de sangre inicial.
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